Mi Chica Melifluo romance Capítulo 144

Alberto esta persona, si obedeciste y te comportaste, también retiró sus afiladas garras, acariciando suavemente junto con el pelaje de su presa, e incluso tuvo el humor de recompensarte con dulces para comer, otorgándote de nuevo para pasar la noche ...

Tan pronto como entró en la oficina, Dulce sintió que el ambiente estaba un poco apagado. Hace unos días, aunque sus colegas no la querían mucho, no la veían como un monstruo...

Saludó a unas cuantas personas, y todas giraron la cabeza para ignorarla, hasta que se dirigió a la mesa, sólo para encontrar un periódico en el escritorio con varias fotos grandes del Hotel Forestal celebrando una fiesta pornográfica, Daniel Silva siendo detenido, y el personal del hotel proporcionando fotos con ella en ellas, aunque su rostro estaba mosaico, pero su ropa y los accesorios del bolso les decían a estas personas que era una de las mujer que había comerciado con su sexo para obtener beneficios.

—Ella es tan sucia.

—Ella es tan descarada.

Las mujeres susurraron y la regañaron con las palabras más directas.

Dulce dobló el periódico y lo apartó a un lado, pero antes de sentarse llegó Elena, golpeando fuertemente con los dedos la mesa y diciendo con cara fría.

—El Director Juan te pide que vengas.

Dulce la miró y se levantó lentamente.

El Director Juan también estaba leyendo el periódico, y cuando la oyó entrar, lo dejó y dijo en voz baja,

—Dulce, ¿no te torciste el pie? Descansa en casa estos días, no te preocupes, tu sueldo y tu prima te serán entregados normalmente.

Dulce comprendió inmediatamente que la empresa no la quería, pero debido a la relación de Sergio, o por la de Alberto, no se atrevieron a hacerle nada, y sólo la dejaron tomar un permiso remunerado.

En tales circunstancias, si Dulce insistiera en quedarse, sería repugnante.

Permaneció un rato en silencio, se quitó la tarjeta de trabajo del pecho, la puso suavemente delante del Director Juan y susurró,

—Dimitiré entonces, siento las molestias que te he causado.

—He dimitido —Dulce susurró.

Gonzáles se quedó atónito por un momento, luego dejó escapar un largo oh, una mirada esperada, ¿cómo podría la señora rica hacerlo por mucho tiempo cuando tenía a alguien en quien confiar?

—No...esa foto, el director me pidió que descansara…

Dulce explicó una frase, pero no la terminó, y luego sintió que ¿para qué defenderla? Ella sonrió amargamente y dijo suavemente,

—Maestro, yo iré primero, gracias por su atención.

Gonzáles y la Gerente Ana se miraron, sacó un cigarrillo, lo pellizcó en sus dedos durante un rato, y dijo con voz profunda,

—Dulce, voy a cambiar de trabajo, y voy a traer a algunas personas allí, ¿quieres ir?

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