—¿Qué está pasando? ¿No eres la señora Dulce...?
Carmen se acercó, observando la situación sorprendente, y finalmente reconoció a Dulce.
—Hola, Señora Campos.
Dulce la saludó con rigidez.
—Está borracho y no puedes despertarlo.
Luna vio que Carmen reconoció a Dulce, se enfadó y dijo a Carmen:
—Quizá Iván le pidió que viniera a cuidar a Alberto.
—¿Nos conocemos bien?
Carmen miró a Dulce sospechosa. Su futuro yerno estaba solo en una habitación con una belleza y aún agarraba la ropa de otra persona.
—Dulce, resulta que estás aquí. ¿Dónde está Sergio?
La voz de Celia llegó desde atrás y Dulce la saludó:
—Hola, Señorita Campos.
—¿Por qué está tan borracho?
Celia se acercó y cuando vio la situación, se río.
—¿Dónde está Sergio? Ten cuidado. Se enfadará si vea esto.
—Él...
Dulce frunció las cejas y no sabía cómo explicar. Susurró:
—¿Hay una navaja, un cortaúñas o algo así?
Luna sacó un cortaúñas de su bolso y lo dio a ella. Dulce tiró de su ropa y la cortó.
«¡Necesito volver a comprar ropa!»
—Es imposible. Celia es tan comprensiva y gentil, que cuando llegue a mi casa, toda nuestra familia la mimará. ¿Cómo podríamos pedirle que haga las tareas del hogar?
En ese momento, Dulce volvió al salón para tomar la llave de su bicicleta que estaba en el sofá, al lado de los pies de Alberto.
Fingiendo ser sorda y ciega, pasó rápidamente por delante de las tres mujeres.
Al verla entrar, la cara de Luna se volvió sombría. Dulce ignoró su expresión, encontró la llave de la bicicleta y se apresuró a salir.
Celia miró a Dulce con una sonrisa.
De repente, Alberto se dio la vuelta, abrazó la pierna de Celia y murmuró en voz baja. Al oír sus palabras, ella se congeló.
Carmen la acusó descontentamente:
—La señora Dulce es realmente extraña. Cuando Santiago Rodríguez estaba viva, no la he visto tan grosera. ¿Por qué se está volviendo más y más inculta?
Luna también estaba indiferente. Entonces, ninguna de ellas escuchó los desvaríos de Alberto.
Cuando ellas se dieron la vuelta, sólo vieron a Alberto abrazando la pierna de Celia y todas sonrieron.
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