Mi Chica Melifluo romance Capítulo 169

Alberto estaba tranquilo, pero la llamada de Iván le hizo empezar a echar de menos a Dulce. Quería ver su mirada asustada, lastimera y obstinada.

«¡Quiero besar a Dulce!»

Celia lo besó, pero él no respondió. Sacudió suavemente el hombro de Alberto y lo miró acusadoramente.

Se distrajo de nuevo.

—Debes volver.

Alberto frunció el ceño

El matrimonio con Celia estaba siendo organizado por Sofía. Alberto la había detenido, pero cada vez que se oponía, Sofía sacaba la efigie de Alba. No podía hacer nada con ella, así que se mudó.

Celia también era una belleza popular, pero Alberto era el hombre más frío que había visto.

Frunció el ceño, se levantó y susurró:

—Alberto, ¿no estás contento con nuestro matrimonio? Si es así, puedo hablar con mi madre.

—Sí. Gracias.

Alberto la miró con indiferencia.

Celia le preguntó nerviosa:

—¿Tienes a alguien que te gusta?

En realidad, ella sabía que era arriesgado.

La sala se quedó en silencio, y él pasó otra página del libro antes de decir débilmente:

—Me he enamorado de alguien.

Celia se congeló de inmediato.

Era tan orgullosa, pero se esforzaba por complacer a todos los que rodeaban a Alberto, aunque él ya tenía a alguien que le gustaba. Resistió el impulso de preguntarle quién era esa persona, tomó un ligero respiro, sonrió, le sacudió el hombro y dijo:

—Vale, entonces se lo diré a mi madre y le pediré que hable con Sofía.

Alberto dejó su libro y la miró sin expresión.

Celia no podía quedarse más tiempo y, al igual que Elene, recogió apresuradamente sus cosas y se marchó.

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