Algunas personas habían comenzado a susurrar.
—¿Quién es? ¡Es tan hermosa!
—¡No lo sé, supongo que debería ser una invitada de la familia Vega!
Cuando Cordelia dejó la familia Vega hacía cinco años, todavía era joven, sus rasgos faciales aún no se habían desarrollado por todo. Además, como había estado estudiando la mayor parte del tiempo, muy pocas personas la habían visto.
De modo que ahora en su reaparición, nadie la había reconocido.
Tal vez otros no la reconocieran, pero Briana sí.
En ese momento, estaba rodeada por un grupo de personas, y cuando vio a la mujer entrar por la puerta, no pudo evitar estar aturdida.
¿Esa era Cordelia?
En su impresión, Cordelia siempre se vestía de un atuendo profesional o una ropa casual ordinaria.
Aunque daba la sensación de aseada, también era sosa y aburrida. Después de verla por mucho tiempo, la gente siempre sentía que le faltaba algo de feminidad.
Además, no le gustaba mucho maquillarse, tampoco se cuidaba mucho el cabello. Su cabello largo y negro era siempre negro y liso, muy pasado de moda.
Con esa pinta, si se colocaba entre las chicas de clase trabajadora común, quizás podría considerarse destacada.
Pero realmente no era llamativa si la ponían entre un grupo de celebridades que se arreglaban todos los días.
Sin embargo, esa persona no llamativa hoy había hecho una aparición como si se tratara de un ángel que descendía del cielo, dejando a la gente asombrada.
Así que Briana no pudo evitar apretar los puños.
Las chicas a su alrededor le preguntaron con curiosidad.
—Briana, ¿quién es ella? Se ve tan hermosa. ¿Es una de tus invitadas?
—¿Será alguna famosa?
—Probablemente no, si fuera una famosa, con este aspecto debería haber sido popular y seguramente la habríamos reconocido.
Los murmullos en sus oídos eran como unas agujas de acero que atravesaban el corazón de Briana una y otra vez.
Apretó los dientes en secreto para luego respirar hondo.
—¿No la conocéis? ¡Esa es mi hermana Cordelia!
—¿Qué?
—¿Cómo es posible que es ella?
La gente a su alrededor parecía sorprendida.
Briana sonrió gentilmente.
—No es de extrañar que no lo reconocieras. Después de todo, mi hermana ha cambiado mucho en comparación con hace cinco años. De hecho, si fuera la primera vez que la veo, ¡tampoco me creería que es ella!
Había algo entrelínea en sus palabras y alguien se dio cuenta de inmediato.
—¿Quieres decir que tu hermana ha hecho alguna cirugía plástica?
—Entonces no es de extrañar, ya decía que se veía bastante normal hace cinco años, ¡cómo es que se ha vuelto tan hermosa ahora!
—Creo que la influencia del escándalo de hace cinco años le ha dejado secuelas. Tendrá miedo de que, si seguía teniendo ese aspecto de antes, la gente le arrojaría huevos podridos en las calles, ¡por eso se cambió de cara completamente!
—Ja, ja. Tiene sentido lo que dices.
Briana parecía avergonzada.
—No le digas eso a mi hermana, no fue su culpa lo de hace cinco años...
—Briana, eres demasiado buena. Si no hubiera robado tu abra, ¿te habrías perdido la plaza en la Real Academia de Bellas Artes?
—Eso. Además, ella se fue al extranjero para evitar ser el centro de atención, y ya se le ha pasado la historia. Pero ¿qué hay de ti? ¿Quién te pagará por tu pérdida después de estar triste por tanto tiempo?
—En mi opinión, es posible que regresó esta vez para apuntarte, Briana, ¡tienes que tener cuidado!
El grupo de personas no paraba de discutir el tema, Briana se hizo la buena para detenerlas, pero una sonrisa de éxito brilló en sus ojos.
Al otro lado, Cordelia se acercó a Isabel.
—¿Por qué has tardado tanto en venir?
Sebastián frunció el ceño con descontento.
Cordelia lo miró fríamente y dijo con frialdad:
—Ya le he hecho quedar muy bien viniendo, señor Sebastián.
—¡Tú!
Cordelia enarcó las cejas, sorprendida por su actitud.
Pero no pensó mucho en el tema, solo pensó que Isabel dijo esas suaves palabras a propósito porque le estaba pidiendo un favor. Además, como tenía sed, levantó su copa y tomó un sorbo.
Después de beber, Isabel la llevó a donde estaba la señora Libertad.
La señora Libertad vio a Cordelia desde el momento que entró, ya que vino hoy solo para buscarla.
No se habían visto en cinco años. En el momento en que vio aparecer a Cordelia, se dio cuenta de que la niña tímida ya se había convertido en una adulta.
El temperamento frío y noble que poseía era exactamente el mismo que el de su madre. De manera que por un segundo pensó que había visto a Olga.
La anciana estaba tan emocionada que la recibió temblorosa sin esperar a que se acercaran.
—¡Cordelia! ¡De verdad eres tú!
Al ver eso, Cordelia rápidamente caminó unos pasos para sostenerla.
—Señora Libertad.
—Cordelia, ¿cuándo volviste? ¿Por qué no viniste a verme?
La señora Libertad, que siempre había sido una persona tranquila, estaba tan emocionada que tenía los ojos enrojecidos. Por su lado, Cordelia también estaba un poco conmovida.
—Lo siento, no he podido visitarla todo este tiempo, ¿cómo está?
—Bien, estoy muy bien.
El incidente que sucedió hacía cinco años dejó secuelas en el corazón de Cordelia, por lo que cuando regresó al país dos años atrás, no se puso en contacto con muchas personas.
La señora Libertad pareció comprender sus dificultades, le dio unas palmaditas en la mano y la consoló.
—Hija mía, ya todo pasó, me alegra que hayas vuelto.
Isabel se acercó y sonrió.
—Señora Libertad, Cordelia tiene algo que decirte.
Con eso le dio a Cordelia una mirada de advertencia.
Cordelia se rio levemente.
—¿Cuál es la prisa? Lo que la abuela me ha ensañado, naturalmente se lo diré a la señora Libertad, ¿pero no puedes permitirnos charlar un rato del pasado antes?
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