Mi dulce corazón romance Capítulo 53

Cordelia lo miró, más o menos estaba persuadida por él.

Pero cuando pensó en el contenido de la llamada que escuchó, todavía sintió como si tenía algo en la cabeza y era difícil de olvidarlo.

Ella cambió de expresión y lo miró seriamente.

—Aurelio, no sé por qué quieres casarte conmigo ni cuánto tiempo durará este matrimonio, pero espero que puedas informarme con antelación si algún día quieres disolver este matrimonio de verdad. No me importa si te enamoras de otras mujeres o si te quieres divorciar conmigo, pero me importa la traición, ya sea como pareja o como socios, ¿me entiendes?

La mirada del hombre se volvió solemne.

La miró con frialdad y dijo solemnemente:

—¿No te importa si me enamoro de otras mujeres?

De pronto, Cordelia sintió una punzada en su corazón por sus palabras.

No podía justificar por qué sintió algo así.

No obstante, ella y Aurelio no se amaban, solo estaban juntos por otras razones, así que, si realmente se encontrara con su amor verdadero algún día, ¡realmente no tenía necesidad de detenerlo!

Entonces, asintió con la cabeza.

—¿Tampoco te importa divorciarte conmigo?

Ella asintió de nuevo.

El hombre rio fríamente de repente.

El rostro originalmente amable también se volvió sombrío y frío.

Se levantó y salió.

Cordelia estaba un poco aturdida.

Antes de que pudiera reaccionar, lo vio entrar con dos libretas rojas.

Esos eran sus certificados de matrimonio.

Cordelia sintió un mal presentimiento, no sabía lo que el hombre quería hacer, pero inconscientemente sintió que algo andaba mal.

Inmediatamente después, lo vio caminar hacia la mesa y sosteniendo un mechero, de repente encendió las dos libretas rojas.

Cordelia abrió los ojos en grande.

—Aurelio, ¿qué estás haciendo?

Se apresuró a acercarse, tratando de arrebatar el certificado de matrimonio que se había encendido.

Pero el hombre la detuvo.

Él le agarró de la mano y la apretó contra la pared.

—Cordelia, te dije que solo voy a tener una mujer en mi vida y solo me caso una vez. ¿Siempre crees que estoy bromeando contigo? Entonces te lo demostraré hoy. El certificado de matrimonio se ha quemado. ¡No podrás divorciarte de mí! ¡De ahora en adelante, ni lo pienses!

Cordelia se quedó sin palabras.

Ella solo lo dijo casualmente, ¿por qué ese hombre se lo tomó tan a pecho?

Le estaba agarrando fuertemente de la muñeca y le dolía un poco.

Intentó liberarse con dificultad y descubrió que no podía sacarlo, por lo que se rindió.

—Está bien, está bien, ya lo sé, ¿puedes soltarme primero?

Pero Aurelio no la dejó ir.

Él la miró con seriedad y dijo solemnemente:

—Entonces dime, ¿quieres el divorcio aún?

Cordelia puso los ojos en blanco.

—Señor Aurelio, tú me has puesto los cuernos primero. ¿No te da vergüenza preguntarme de esta forma?

Entonces Aurelio soltó una carcajada.

Nadie sabía lo que estaba pensando, pero de repente estiró una mano para frotarle el cabello y susurró.

—¡Tonta!

Cordelia estaba muy confusa.

Pero menos mal que finalmente la soltó y le explicó.

—Ella es una persona muy importante en mi vida, pero no es como tú piensas.

Cordelia sospechaba.

Aurelio vio su mirada y volvió a reírse.

—Te llevaré de regreso a la Ciudad Capital en un tiempo, entonces lo sabrás.

El rostro de Cordelia cambió.

¿De regreso a la Ciudad Capital?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi dulce corazón