Mi Esposa Astuta romance Capítulo 132

Camila abrió Twitter. Vio que Diana, a quien no había visto en mucho tiempo, volvió a causar problemas. Diana publicó un nuevo mensaje en Twitter.

—Leila se desmayó y fue enviada al hospital —Se adjuntó una foto.

Era una foto de alta definición tomada en la sala. El rostro de Leila estaba pálido. Estaba conectada a un gotero y dormida en la cama del hospital, con un aspecto lamentable.

Ahora, esos tipos en línea tenían otro chisme que discutir.

Había uno que había publicado en otro Twitter:

—Las dos hijas de la familia Amengual, ¡la batalla decisiva del siglo!.

Debajo del post, había innumerables respuestas.

—¡Leila, aguanta! Definitivamente te apoyamos!

—No soy fan de nadie. Sólo vengo a ver un espectáculo tan maravilloso.

—Camila es realmente impresionante. Parece tan ordinaria, ¡pero resulta ser la esposa del Sr. Lorenzo!

—¡Nadie es su rival!

—No digas tonterías. ¿No creen que Camila es muy poderosa? Fue enviada al desierto desde que era una niña. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que regresó al país? Arruinó a su familia y a su hermana. ¡Vean lo miserable que es Leila! ¡Admiro a Camila!

—Es aterrador. Tengo miedo.

Los comentarios en ese Twitter se convirtieron rápidamente en la lista de temas candentes. La escena ocurrida en la Escuela de Medicina de Capttar fue publicada en Internet. ¡De rodillas, llorando y pidiendo clemencia! La intimidación de los fans de Camila también estuvo en Internet.

Los títulos de esas noticias se han cambiado por el título unificado.

¡El grupo de fans de Camila podría llamarse grupo de demonios!

—De todos modos, son hermanas. ¡Camila realmente obligó a Leila a arrodillarse!

—¡Camila es demasiado dominante! Ella tiene a Lorenzo como su apoyo. ¡No podemos ofenderla!

—Camila es tan viciosa. ¡Sus fans no son mucho mejores!

—¡Mira qué lamentable es Leila! ¡Está amenazada!

—¡Camila, por favor, suelta a Leila! ¡Sois hermanas!

—¡Es una barbaridad! ¡Tenemos que ayudar a Leila!

Los comentarios eran todos a favor de Leila. Había constantes voces que denunciaban a Camila, y mucha gente se burlaba de las fotos de Camila.

—¡Camila, por favor, suelta a Leila!

—¡Camila, por favor, dale a Leila una forma de vivir!

Después de unas horas, Camila se convirtió en el diablo a los ojos de todos.

Camila leyó la noticia y no se lo tomó a pecho. Después de todo, a Leila se le daba bien fingir que era débil. La gente estaba acostumbrada a simpatizar con los débiles y no tenía en cuenta los hechos.

Camila estaba viendo actuar a Leila. Ahora, ella volvía a ser noticia. No actuaría precipitadamente, de lo contrario sería fácil caer en la trampa de Leila.

—Camila, te apoyo. Estas mujeres sólo son envidiosas y celosas. Te odian porque eres increíble. No hagas caso a estas ignorantes.

Amara envió un mensaje de texto a Camila.

—Está bien. Realmente no me tomo en serio los trucos de Leila.

Camila respondió con un mensaje.

—¡Eso es bueno! ¿Qué vas a hacer con lo siguiente? Leila está montando un espectáculo. De tal palo, tal astilla. Lo que ha hecho ha ido demasiado lejos que su madre. Ella sólo sabe cómo usar la opinión pública para presionarte.

—A los ojos de los demás, es una gran bailarina. Ahora, ella pretende ser débil de nuevo.

Amara no se preocupó demasiado al ver que Camila estaba tan tranquila.

Camila sabía que Amara estaba preocupada por ella. Siempre había sido recta. Pero Leila siempre le jugaba malas pasadas. Además, Camila había vivido antes en el desierto. De repente la trajeron de vuelta para reemplazar a Leila para casarse. Además, el hombre con el que se casó era un pez gordo. Entendía por qué tanta gente la odiaba.

—No podemos apresurarnos. Hay que hacer una mentira por innumerables mentiras. Esperemos a ver qué hace Leila.

Camila respondió con calma.

Amara y Leila no dijeron mucho. Con el entendimiento tácito a largo plazo entre las dos, enseguida captaron las ideas de la otra. Como Camila podía ocuparse de ello, Amara se sintió aliviada.

Justo después de terminar la charla, volvió a sonar el tono especial de llamada.

Era Lorenzo.

Lorenzo ya había visto la lista de los principales medios de comunicación. Estaba preocupado por Camila, así que hizo una llamada telefónica.

—Sr. Lorenzo, ¿qué pasa?

Camila respondió al teléfono con dulzura.

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