Mi Esposa Astuta romance Capítulo 204

En la habitación de hotel.

Viendo que la condición de Camila era muy mala y no era adecuado llevarla al hospital por el momento, Daniel ya había eliminado una parte de toxicidad de Camila. En este momento Camila necesitaba tomar un descanso.

Unos pasos apresurados rompieron la atmósfera tranquila entre los dos.

No hacía falta prestar atención a estos ruidos, Daniel sabía que esta persona que los acercó debía ser Lorenzo.

En el momento en que se apresuró a la habitación, Lorenzo vio a Daniel abrazando a Camila. Al ver que los dos parecían muy íntimos, al instante Lorenzo se volvió sombrío.

Lorenzo no dijo nada, pasó adelante y tiró directamente de Camila desde el lado de Daniel. Como Camila estaba muy incómoda, se sentía peor cuando estaba tirada. Se quedó mareada y le dolió el caballete por el golpe. Camila sintió que algo salió mal. Para ver con más claridad, ella se pellizcó con fuerza sin que nadie se dara cuenta.

En el momento en que Camila levantó los ojos, vio la mirada de Lorenzo llena de ira, Camila se estremeció de miedo y se despertó instantáneamente.

—Señor Lorenzo...

Camila se detuvo suspensa antes de poder hablar.

—Eres sorprendida, ¿verdad? Llevarte al huerto te hace sentir bien, ¿no?

Lorenzo entrecerró los ojos, con una mirada cortante, mientras se burló de Camila.

—No... yo...

Solo entonces Camila se dio cuenta de que el hombre al que acababa de abrazar era Daniel, no Lorenzo.

—¿Qué pasa con la media máscara tuya? Siempre te niegas a quitártela, ¿no?

Sintió un peligro a través de la voz de Lorenzo.

—Yo...

Camila levantó la mano y tocó la cara inconscientemente. En el momento en que no logró tocar la máscara, Camila se encontró aterrorizada.

¿Dónde estaba su máscara?

Cuando Camila se quedó inconsciente, no podía recordar lo que ella hizo.

—¿No dices nada? ¿O no puedes explicarlo en absoluto? Hasta que llegué y caminé a tu lado, todavía estabas en los brazos de Daniel.

—De todos modos, lo has visto todo, no hace falta explicar nada, ¿verdad?

—Camila, ¿he sido completamente ignorado por ti?

Parecía que Lorenzo estaba frío como hielo, cuyos ojos eran tan agudos que los hacían sentir incómodos, pero la emoción de Lorenzo no estalló, y él sólo miró a Camila en silencio.

Camila preferiría que Lorenzo la regañara en este momento que la viera tan callado, porque esto era una señal muy peligrosa.

—Pregúntame si tienes dudas. Esto no tiene nada que ver con ella.

—Vale, hablamos —dijo Daniel después de guardar silencio durante mucho tiempo.

Levantando los ojos y mirando a Daniel con frialdad, Lorenzo empujó a Camila al dormitorio enorme y cerró la puerta con fuerza con candado.

¡Bang Bang Bang! Hubo un fuerte golpe a la puerta.

—¡Abre la puerta! ¡No es lo que piensas! ¡No lo es! ¡Tienes que creerme! —Camila golpeó la puerta sin cesar, pero Lorenzo no planeó dejarla salir en absoluto.

—Todavía quedo un poco de paciencia ahora, por eso sería mejor que me digas cuanto antes.

Lorenzo levantó la mano, arrancó sin piedad la corbata fina que llevaba puesta, y agarró el cuello de Daniel con enojo, cuyos ojos eran de color escarlata.

Cuando Lorenzo se enfrentó a Camila, todavía controló su ira. Sin embargo, en este momento se enfrentó solo a Daniel, Ya no escondió su ira, como una bestia que intentara destrozar a su presa con sus propias manos.

—Lo que viste es la verdad. —Daniel miró a Lorenzo con una expresión tranquila.

—¿Te parece que creeré lo que dices? “La señora Cambeiro cocina personalmente para mí y me regala sus flores favoritas.” ¿Creeré lo que dices? —Lorenzo se burló de él, con desprecio.

Le regaló las flores favoritas de Lorenzo...

—La constitución física de Camila es especial. Casi ningún virus puede acercarse a ella, ¿lo sabes? —Daniel empezó una conversación formal y no planeó chismear.

—Camila me lo dijo, que su madre la ayudó a cuidar de ella para cambiar su estado físico, por lo que tiene una condición física especial. —dijo Lorenzo.

—Ahora, Camila a la que te enfrentas se ha convertido por completo en una persona común, como tú y como yo, ¡ella no puede evitar probar la medicina por tercera vez!

—Si no quieres que Camila muera, ¡Aléjate de ella lo antes posible!

En el interior del dormitorio.

Camila hizo todo lo posible para romper la puerta, pero nadie le prestó atención.

Lorenzo y Daniel parecen ser incompatibles entre sí. ¿Iban a pelearse por la disputa?

Lo más importante era que Daniel no debería contar a Lorenzo todo sobre la prueba del veneno.

¡Sonaron los ruidos!

Camila estuvo mareada en un instante y accidentalmente chocó contra un estante a su lado. Tenía sangre en la cara e inconscientemente agarró el marco de la ventana.

Todo a su alrededor de repente se oscureció y hubo un... ¿corte de luz?

Después de unos segundos, la habitación se iluminó de nuevo.

La puerta se abrió desde el exterior.

—Señor Lorenzo... yo...

Camila miró hacia la puerta de inmediato. Era Lorenzo, cuyo rostro se veía tan sereno que no podía ver ninguna emoción. Camila se puso un poco nerviosa.

Lorenzo no dijo nada, miró a Camila en silencio, caminó a su lado, la llevó en brazos, se dio la vuelta y salió del dormitorio. Se acercó hacia el coche y colocó a Camila ligeramente en el asiento del pasajero

—¿De qué hablasteis?

Camila se puso nerviosa al ver que Lorenzo estaba demasiado tranquila. Los dos se sentaron en el coche, ninguno de los cuales habló y la atmósfera entre ellos era abrumadora.

—Le gustas a Daniel, ¿lo sabes?

Lorenzo encendió el coche y dijo ligeramente. La ventanilla del automóvil reflejaba el rostro hermoso de Lorenzo.

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