Mi Esposa Astuta romance Capítulo 370

Como era de esperar, la pareja hizo preguntas a los demás. Cada una con sus propias razones, pero todas sus palabras eran pretextos, que la pareja entendía claramente.

—¿Qué hacemos? ¿No será aún más molesto si Camila se entera de esto? También es culpa mía, solo me enfadé y no tuve en cuenta que esta gente está acostumbrada a aprovechar las debilidades de otros. Cariño, ¿qué debemos hacer ahora?

—Espera, Camila aún no ha bajado, me inventaré una excusa para detenerla primero, y le diré que hay gente que no quiere ver, así que no sale hasta que haya terminado con ellos.

—Entonces haré lo que digas, ve a entretener a las invitadas primero, no podemos dejar que nadie vea nuestra broma.

La pareja hizo buenas migas y cada uno se dedicó a sus asuntos según su asignación del trabajo.

***

En una discreta tienda de té con leche cerca de la familia Amengual.

—Estela, has visto, he observado que no hay chicos de la edad adecuada traídos en absoluto, de vez en cuando hay uno o dos, pero esos son todavía niños en edad de jardín de infancia, cómo emparejarse con Camila, me muero de risa.

Victoria tomó un sorbo de su té con leche y habló con una sonrisa.

—Esa perra Camila, ¿todavía quiere buscar un marido? Está soñando. Ahora se pone a ella misma en una situación embarazosa..

A Estela le alegró mucho al ver esta escena.

—Estela, ¿crees que Daniel la habría abandonado si supiera que había perdido la virginidad? ¿Cómo permitiría la familia Cambeiro que tuviera tal nuera nuera?

Victoria se rio.

—¿Qué prisa tienes, la familia Murillo también se considera una familia del círculo de la clase alta, Daniel se disgustará cuando se entere de la noticia, ¿si no te casa, se casará con una mujer como Camila? Tengo que felicitarte de antemano, somos buenas amigas y nustros futuros maridos son ambos señores ricos. Con una vida así, no puedo evitar alegrarme.

«Camila, ¡también te encuentras en tal situación! Aunque él te ayudó ayer, ¡pero ahora sigues siendo el hazmerreír de todo el país!»

—He oído decir a mi abuelo que tu abuela va a dar las gracias hoy a la persona que le salvó la vida. Estela, ¿le pasó algo a la abuela antes? No me he enterado, además, ¿quién es el benefactor de la vida?

Victoria miró a Estela con gran curiosidad.

—No sé, por la mañana la abuela fue a la tesorería y dijo que quería llevarse un objeto muy valioso de la familia Bailey como regalo de agradecimiento. Aunque no sé cuándo salvó la vida de mi abuela, pero es normal que la gente dé algo valioso como regalo de agradecimiento por haber salvado su vida.

Estela también tenía bastante curiosidad en su corazón, había preguntado a su abuela, pero no dijo nada.

—¿Es sorprendente que tu familia no esté encabezada por tu padre?

Victoria la miró sorprendida.

—Mis padres no tienen una buena relación, ninguno de los dos vive en el mismo lugar, y a mi madre le resulta aún más difícil ver a mi padre. Mi padre dijo que estuvo fuera del país durante muchos años, y que era mejor dejar el poder en manos de la abuela, así que la abuela ha vuelto a ser la cabeza de la familia Bailey. Pero mi abuela tiene una personalidad bastante fuerte, mientras esté decidida, básicamente no hay vuelta atrás.

Estela frunció los labios, aunque no quería admitirlo, después de todo, era un hecho conocido.

***

La pareja de la familia Amengual lo estaba pasando mal, cuando otra oleada de gente vino.

—Rubén, ¿con quién te has enemistado?

Los hermanos que también vivían en la familia Amengual, al ver varios coches de lujo aparcados fuera, entraron corriendo y advirtieron primero a Rubén.

—Oye, ¿qué pasa hoy?

Rubén habló con enfado.

Al ver esto, los invitados no sabían lo que estaba pasando, y nadie se avergonzaba de preguntar.

—Jaja, no te pongas nervioso, Sr. Rubén, soy yo quien está aquí.

—Hoy es vuestro aniversario de boda, soy vieja, me gusta ponerme en esta alegre situación, no debería ser mal recibido, ¿verdad?

La voz fuerte, antes de que la persona fuera vista, llegó primero al patio.

¡Esto!

Todos se enteraron de que la persona que había venido a visitar no era alguien que destruía el banquete, sino la persona que era cabecera de la familia Bailey, la Doña Bailey.

La multitud estaba tan conmocionada que inconscientemente abrió el camino para ella.

Después de todo, la familia Bailey era uno de los principales gigantes de Freston, no diferente de la familia Cambeiro, ¡y el jefe de la familia Bailey había venido a felicitar personalmente!

¡Esta era una gloria incomparable!

—La Señora Cambeiro, ha venido, por favor, entre, por favor, entre.

En cuanto Rubén oyó que era la Doña Bailey la que había llegado, se apresuró a ir a saludarla con una gran sonrisa.

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