Camila estaba en el vestuario del personal de la emisora, se peinó de nuevo y cogió un uniforme del almacén del servicio de limpieza. Tras ponerse el gorro y tomar una toalla, observó con atención durante un largo rato. Cuando vio que no había nadie, se acercó con cautela al salón del descanso privado de Catalina Murillo.
En la sala del descanso de la jefa de la estación de televisión, salvo las limpiadoras, nadie entraba arbitrariamente, por lo que la puerta no solía estar cerrada. Catalina no estaba en la sala, ya que era hora de salir del trabajo, y había muy poca gente que se quedara para trabajar horas extras.
Camila cerró la puerta y buscó rápidamente el lugar donde podría estar escondida la Caja de Cristal de Colores.
Pero no se encontró nada. La habitación estaba amueblada de forma muy sencilla. Aparte del gran sofá, la mesa y la vegetación, apenas había muebles adicionales.
¿Cómo era posible?
Según lo que había oído antes, la Caja de Cristal de Colores estaba efectivamente guardada en esta habitación.
¿O era que Catalina adivinó que ella había vuelto a buscarlo y lo había guardado en otro lugar?
La Caja de Cristal de Colores no parecía más que una caja de bella apariencia, pero era un tesoro de conocimientos para los que estudiaban medicina.
«Si Catalina cambiara el lugar donde la escondía, ¿dónde estaría? ¿En la familia Bailey, o quizás en la familia Murillo?»
Incluso era probable que se la llevara encima. El lugar más seguro sería probablemente el depósito privado de una institución exclusiva.
Los otros lugares eran mejores, pero la casa de la familia Bailey y la familia Murillo, Camila no tenía ninguna posibilidad.
Cuando ella se casó con Lorenzo y vivió en la Propiedad Privada de Ameriart, supo lo bien vigiladas que estaban las mansiones y que era imposible que los extraños entraran.
No sabía por qué su madre había dejado ese objeto tan valioso al cuidado de los estudiantes en aquel entonces, pero según sus conjeturas, ella debía tener sus razones para hacerlo, y era probable que hubiera una relación inseparable entre varias de las grandes familias con la Caja de Cristal de Colores
Pero...
Eso no era lo más importante.
—¿Por qué estás aquí?
Su voz temblaba ligeramente, y había demasiadas dudas en su corazón.
Al fin y al cabo, no le interesaba la Caja de Cristal de Colores, y el objeto no le servía de nada.
Entonces, ¿qué hacía viniendo al salón de Catalina?
Seguramente no sería para encontrar a Estela.
—Me gustaría preguntarte. ¿Qué querías hacer cuando te escapaste del coche y, tras algún disfraz, irrumpiste en el salón de Catalina?
Preguntó Lorenzo mientras miraba a Camila en sus brazos.
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