Mi Esposa Astuta romance Capítulo 436

En las Afueras, en el Castillo de Aldrington.

Estaban sentados en la sala de estudio dos hombres igualmente excelentes, uno era un poco malicioso, y el otro era elegante con una fuerza que no podía ser ignorada.

—¿Parece que vas a morir? ¿Estás siendo intimidado por el conejito blanco?

Andrés jugó con el encendedor en la mano, se tumbó perezosamente en el cómodo sofá, levantó ligeramente las cejas y miró al hombre sentado frente a él. Sus ojos eran significativos.

El hombre frente a él parecía ser capaz de hacer todo de manera tranquila.

Realmente súper aburrido.

—¿Me haces trampa a mí?

Ignacio no prestó atención al principio, solo sintió que algo andaba mal con él. No bebió nada. Además, estaba en su propio territorio.

Lo único que se podía explicar era que Andrés hizo trucos de manera tranquila.

Tomó todas las precauciones, y el resultado fue que cayó en trampa de su propio amigo...

—Oh, tu conejito blanco lo probó ella misma. Ella lo bebió y tú lo inhalaste.

Andrés sonrió ligeramente y aplastó el cigarrillo en su mano, pero nunca fumó.

—¿Quieres morir?

La voz de Ignacio era fría y la luz en sus ojos parecía ser fría.

Tomó el antídoto, así que no tenía reacciones. Pero, su buen amigo no lo tomó.

Andrés no tenía miedo en absoluto, sino mostrando que estaba esperando ver un buen espectáculo.

Después de todo, la vida había sido tan tranquila como el agua, y sería interesante ver a su buen amigo que siempre había mantenido tranquilo, se volvería loco.

La línea final de la dignidad del hombre no puede ser desafiado. Pero, Andrés todavía creía muy emocionante desafiar la marginación de la dignidad del hombre.

Al escuchar esto, Ignacio sintió dolor de cabeza, ¿este tipo estaba loco?

Andrés escuchó las palabras, su rostro se oscureció al instante e hizo todo lo posible por contener sus emociones.

—No me hagas burlarte, ¿vale?

Andrés se levantó y salió del estudio.

Ignacio ya había tenido alucinaciones, todo su cuerpo estaba caliente como si tuviera fiebre alta. La sangre fluía hacia atrás en todo su cuerpo, como una bestia atrapada que intentaba atravesar la jaula a toda prisa, con venas azules flotando.

Se lavó la cara con agua fría, respiró hondo y se dirigió a su dormitorio principal.

En el momento en que el hombre abrió la puerta, vio a Isabella llevaba un camisola ajustada y extremadamente corta, con las manos y los pies atados a los pilares decorativos tallados de la cama.

La mujer gimió, sus ojos estaban llenos de desesperación y las lágrimas no podían parar.

—¿Por qué me tratas así...?

Isabella parecía extremadamente inquieta y tenía mucho miedo.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi Esposa Astuta