Mi Esposa Astuta romance Capítulo 454

Por la noche, a través de la ventanilla del coche, Camila miró la calle de piedra y los carros que iban y venían, con sus magníficos faros formados como un largo dragón de fuego. La escena era impresionante con el atardecer.

—Señorita, este es el lugar —el conductor la recordó.

Camila pagó la cuenta y bajó del coche. Justo cuando llegó a la entrada del Hotel Disado, un camarero la saludó rápidamente.

Ella respiró profundamente, reprimiendo la tristeza de su corazón y siguió al camarero hasta el último piso. Él asintió respetuosamente y se fue, dejándola sola en el pasillo.

Lorenzo dijo que ella lo entendía.

Pero al estar frente a la puerta del estudio perdió repentinamente el valor para llamar, no sabía cómo enfrentarse a él.

Durante un tiempo, Camila pensó que podría olvidarse de él.

Pero la realidad era tan dura que los que todavía tienen sus recuerdos son los que más sufren.

Quería decir mucho pero no podía decir nada.

La puerta se abrió de repente desde dentro.

Evidentemente, el hombre acababa de ducharse, con el pelo aún mojado, y llevaba una bata negra que reflejaba el contorno de sus firmes pectorales.

El tiempo pareció congelarse mientras los dos permanecían frente a frente sin hablar.

—Oye...

—Tú...

Ambos hablaron y se detuvieron al mismo tiempo.

—Entra y habla —el hombre habló después de un rato.

Camila volvió a mirarlo, solo para ver que estaba muy tranquilo y no se le veía ninguna emoción.

Deseó que fuera un poco más indiferente y que no prestara atención a nada relacionado con ella.

Y ahora que Estela era su prometida, por eso no habría futuro para él y Camila.

Ella ya estaba muy triste, pero más que su preocupación, deseaba que él fuera más indiferente con ella para que ella pudiera ser más fuerte y vivir por su cuenta.

—Estás preocupada por mí, ¿verdad?

Ella se quedó congelada en su sitio al oír las palabras, quizo hablar pero no pudo decir ni una palabra y su corazón latía cada vez más rápido.

—Hoy es demasiado tarde, todavía tengo cosas que hacer.

Camila utilizó todas sus fuerzas para empujar al hombre que tenía delante y huir sin mirar atrás.

Lorenzo no cerró la puerta hasta que ella dejó de ser visible, mostró una imperceptible sonrisa.

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