Mi Esposa Astuta romance Capítulo 498

Paola colgó el teléfono, se quedó sentada en silencio durante un buen rato y luego dio un largo suspiro.

Aunque ella no había pensado en la caridad por la fama, un evento así podía aumentar la reputación, lo cual podría aliviar un poco sus nervios.

Tras una larga charla con ella, Julia se fue aliviada al ver que el ánimo le mejoró un poco que cuando había llegado.

De una vida de dos personas, pasó a estar sola de nuevo, ella sufrió insomnio fuera de normal, aunque tenía tanto sueño que casi no pudo mantener los ojos abiertos.

Se había acostumbrado a una vida en que tenía a él e incluso había llegado a depender de él, pero este desapareció de su vida por unas palabras irracionales que ella había dicho bajo el enfado, dejándola sola.

Los seres humanos son igual, que les es fácil pasar de lo sencillo a lo lujoso, pero es difícil pasar de lo lujoso a lo sencillo.

Él había entrado silenciosamente en su vida y ahora la dejó silenciosamente. Era difícil imaginar que los dos acabaran de pasar juntos los momentos más íntimos una docena de horas antes.

***

Al día siguiente, Julia se despertó en el estudio. Como anoche había trabajado a las altas horas, simplemente pasó la noche en la sala de descanso del estudio.

Tras de lavarse bien, ella fue a abrir la puerta principal del estudio como de costumbre, pero no pudo empujar la puerta de ninguna manera, como si estuviera atascada por algo.

—¿Eh? ¿La puerta principal está rota? ¿Qué pasa? Pero estaba bien cuando la cerró anoche. No me quedaré encerrada todo el día aquí, ¿verdad?

Sin resignarse, Julia ejerció todas sus fuerzas y abrió con éxito la puerta en un empujón.

Se sintió muy satisfecha con los brazos cruzados y miró hacia abajo sin querer.

—¡Oh, Dios mío! ¡¿Cómo es que hay un hombre tumbado aquí?!

La escena sobresaltó mucho a Julia.

—¿Por qué no se mueve en absoluto? No podrá estar muerto, ¿verdad?

Pensando que cabía tal posibilidad, se apresuró a agacharse para ver si el hombre seguía vivo o no.

Justo cuando se puso en cuclillas, un fuerte y desagradable olor a alcohol le llegó a la cara y Julia se tapó rápidamente la nariz.

—¡Qué maloliente! ¿Cuánto demonio ha bebido este tipo? ¿Cómo ha podido correr hasta aquí y quedarse dormido? Afortunadamente, no es invierno ahora, de lo contrario este habría muerto de frío. ¡Espera! ¿Por qué me resulta familiar esta cara?

El borracho iba vestido con un traje fino, y por su forma de vestir parecía un hombre rico, empero, ¿por qué estaba apoyado contra la puerta principal del estudio?

—¡¿No es este Ismael Escribano?! —Julia se acercó un poco más al hombre borracho, aguantando el olor desagradable y lo reconoció.

La familia Escribano se dedicaba a la abogacía de generación en generación y este Ismael era el primo de Simón Escribano. Se decía que este Ismael, recién graduado en la facultad de derecho, estaba haciendo prácticas en el bufete de su primo.

Julia recordó que Simón, abogado del padre de Paola, había pedido en una ocasión a su primo, Ismael, que entregara un documento legal a la casa de Paola.

«¿Pero qué este tipo está en la puerta del estudio? Si no fuera por mi fuerte corazón, ¡yo habría muerto de susto por su repentina aparición!»

—¡Oye! ¡Borracho! ¡Despiértate ya! —Julia no fue nada amable con este y le dio una fuerte patada en el muslo.

Por el dolor repentino en el muslo, Ismael abrió lentamente sus ojos somnolientos.

Frunció el ceño y, confundido, se fijó con los ojos en la chica que la miraba con enojo de arriba abajo.

—¿Todavía te atreves a fruncir el ceño? ¡¿Por qué me miras fijamente?! ¿Quieres que te dé otra patada mía? —Julia, que no era tan amable como Paola, le dio otra patada a Ismael sin pensárselo dos veces.

«¿Esta mujer está loca o qué? ¡¿Cómo se atreve a golpearme?! ¡¿Espera?! Debería estar en casa, ¿no? ¿Qué lugar ese este? ¿Cómo he acabado aquí?»

Ismael se incorporó en el suelo de un salto, se apresuró a examinar su ropa, y no se tranquilizó hasta ver que estaba todo bien vestido.

Sospechó que esta mujer lo había llevado de vuelta a casa aprovechando que él estaba borracho y había tenido una aventura pasional con él.

«No puede ser así, ¿verdad?»

Debido a la repentina incorporación, Ismael sintió que el cielo le daba vueltas, provocándole mareos.

«No importa mientras esta no se haya aprovechado de mí.»

Con esto en mente, Ismael cerró los ojos con la intención de dormir de nuevo.

—¡Oye! ¿Qué te pasa? ¿Por qué te acuestas otra vez? ¡Lárgate ya! ¡Aquí es mi estudio, no una chatarrería!

Tras decir eso, Julia le dio unas patadas más al hombre.

Al instante, los pantalones de Ismael, que eran muy limpios al principio, se quedaron cubiertos de las huellas de sus zapatos.

Frente tal brusquedad, Ismael no estaba dispuesto a ser más amable con Julia. Sin abrir los ojos, agarró el tobillo de ella con su mano y tiró de ella con algo de fuerza.

Sin preverlo, Julia cayó al suelo y sintió un dolor. Al instante, se puso enfadado, se levantó y gritó:

—¡Estás loco!

—¡La que está loca es tú! ¡Todos de tu familia son locos! —Ismael, que ya sufría un dolor de cabeza por la resaca, se puso impaciente por haber recibido tantas patadas de esa loca que tenía delante.

Como resultado, los dos empezaron a pelearse y humillarse mutuamente en la puerta del estudio.

No obstante, como hombre, Ismael tenía más fuerzas, por lo que Julia no era rival para él en la pelea. Con un tirón, Ismael la derribó a Julia al suelo fácilmente, quien se cayó con la cabeza contra el suelo. Por suerte había una alfombra en la puerta, de lo contrario ella se habría quedado herida en la cabeza.

Julia tardó un buen rato en recuperarse de los mareos.

«Este tipo es demasiado fuerte. No puedo enfrentarme así con él directamente.»

—¡Te advierto que no me molestes por el momento! Ahora no me encuentro bien, voy a descansar un rato y me iré después —Ismael habló con mala gana— Si crees que mi presencia tiene impacto en tu negocio, ¡aquí tiene el dinero, que debe es suficiente para cubrir tus gastos durante un mes!

Tras decir eso, sacó su cartera del bolsillo y arrojó una pila de billetes a su frente.

Por sentirse muy incómodo, Ismael cambió de idea y llamó directamente a su guardaespaldas para que viniera a buscarlo.

—¡¿Dirección?! —Ismael preguntó mirándola con enojo a Julia.

—Waston de Fretston.

—Deja de disparates, ¡pregunto qué es la dirección exacta de este lugar!

—¡No lo sé!

—¡¿Cómo existe una mujer tan mujer como tú...?

—La familia Escribano se puede considerar como una prestigiosa de abogados y todos son inteligentes, sin embargo, ¿por qué eres tan tonto? ¿No sabes usar tu teléfono para enviar una ubicación?

Al escuchar la burla de la mujer, Ismael casi murió de enfado.

Si no hubiera tenido resaca, ¿cómo sería posible que él no supiera esto? Ahora seguía teniendo un fuerte dolor de cabeza.

—¡Te advierto que no te hagas tonta y loca!

—¡No intentes amenazarme! ¡Eres tú quien casi me has matado del susto temprano en la mañana! Mis padres no están bien del corazón. Si hoy hubiera venido a traerme el desayuno y visto a un borracho tirado aquí, seguramente se habrían quedado desmayados por tu culpa. Si fuera así, ¡¿podrías permitirte ser responsable?!

Dicho esto, Julia cogió el dinero en el suelo que le había dado arrojado y se lo lanzó a él encima.

«¡Bah! ¡Qué chica más irrazonable!»

Ismael pensó que esta mujer era bastante arrogante y audaz al tener un gran valor por arrojarle el dinero, pero vaya uno a saber que al segundo siguiente ella se agachó para recoger los billetes uno por uno.

«¿Por qué es tan descarada? Me ha dado tantas patadas, ¿y ahora tiene el descaro de recoger así el dinero esparcido por el suelo?»

Julia maldijo muchas veces al hombre en el interior mientras recogía los billetes. Y después, se levantó de repente, se dio la vuelta y se alejó.

Ismael no reaccionó por un momento.

«¿Qué le pasa a ella? ¿Por qué se va sin decir ni una sola palabra? ¡Qué mujer más extraña! Ay, es verdad que emborracharse no es una buena manera de aliviar las molestias. Aún me duele mucho la cabeza.»

A lo mejor eran las secuelas de la ruptura. El amor le había herido demasiado. ¡Él no estaba resignado a esto!

***

En su casa, Paola recibió un aviso de Belana Murillo, la directora de la Federación de Caridad, notificando que la entrevista tendría lugar en tres horas, ya que la emisora tenía que someterse a una revisión por parte de los altos cargos a la hora prevista inicialmente y todas las actividades se suspenderían en la semana siguiente.

Colgó el teléfono y se apresuró a arreglarse. Por suerte, había preparado ya el vestido que necesitaba para la entrevista.

En el set de entrevistas de caridad.

Paola y Belana se comunicaron de antemano antes de que comenzara el espectáculo, y después de una pequeña charla llegó el momento de subir al escenario.

Belana, como anfitriona, primero hizo preguntas sobre la caridad a Paola.

Veinte minutos después, Belana cambió de tema.

—Hay mucha gente que tiene curiosidad por la relación entre usted y Armando Gayoso. ¿Por qué se canceló el matrimonio de repente cuando ya habían estado dispuestos a casarse?

Paola había adivinado que le haría esta pregunta, pero realmente no pensó en cómo responderla para minimizar el riesgo y su mente estuvo algo confundida durante un tiempo.

Ella tenía que considerar mucho. Estaba bien ahora que su madre y sus hermanos se escondieran en el extranjero de incógnito, pero su padre ahora estaba en una situación bastante difícil y un fallo podría ser fatal para él.

Aunque la relación padre e hija fuera mala, seguía siendo su propio padre.

Al ver que la atención del público se centraba en ella, y Belana esperaba su respuesta, Paola respiró profundamente para tranquilizarse. Justo cuando estaba a punto de decir algo, de repente vio a una figura alta y apuesta de pie junto a la caja de atrezzo en el lado opuesto, radiando algo de majestad difícil de ignorar en su aura de elegancia.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi Esposa Astuta