Había deseado volver a cocinar para él.
Ahora tenía la oportunidad, así que no dudó.
Miró a Iván y vio que su rostro seguía siendo muy tranquilo. No pudo ver ninguna emoción en sus ojos, ni tampoco rechazo.
Entonces, Jennifer fue a la cocina.
Alfie y Diana se miraron, sonriendo. Marry también estaba contenta.
"Toma asiento, Diana, Alfie". Marry volvió a decir a Iván: "Sr. Marsh, por favor, siéntese, la pasta estará lista muy pronto".
En el sencillo pero elegante comedor, Iván se sentó con Alfie y Diana, esperando. Alfie y Diana tenían buenos modales. No empezaron a comer hasta que la pasta estuvo servida.
"Papá, hoy hace buen tiempo".
"Sí".
"¿Dormiste bien anoche?"
"Sí."
Iván y los niños charlaban.
Al ver las sonrisas en los rostros de Alfie y Diana, Iván comenzó a cuestionarse. ¿Era un error odiar a su madre?
¿Debía hacer algunos cambios, como permitir que Jennifer los visitara cuando quisiera?
Los sentimientos de Iván habían cambiado silenciosamente, pero no era consciente de ello. Estaba usando a Alfie y Diana como escudo.
En la cocina.
Jennifer vertió un poco de agua caliente en los tomates que habían sido fritos. El vapor emitido por el agua hirviendo le nubló la vista. Volvió a sentir su amargura.
"Señora Marsh, es hora de poner la pasta". Marry se quedó en un susurro.
Jennifer retiró rápidamente su mirada y puso la pasta en la olla.
Marry estaba triste. Vio lágrimas en los ojos de Jennifer.
Y la forma en que se dirigió a Jennifer, "Sra. Marsh", las hizo sufrir a ambas.
"Señora Marsh", Marry no pudo evitar preguntar: "¿Por qué se fue con Spencer cuando el señor Marsh aún estaba en peligro?".
Jennifer se quedó helada.
"Gracias", Iván levantó la vista, mirando el rostro de Jennifer a corta distancia.
Ella no le miró. "De nada". Luego se sentó a su lado. Alfie y Diana se sentaron frente a ellos.
"¡Sí! ¡Hora de desayunar!" Alfie estaba emocionado.
Diana también estaba contenta. "¡Papá, pruébalo! Mamá hace buena pasta. Te encantaba en el pasado!"
Al oír esto, el corazón de Jennifer se estremeció.
Iván cogió el tenedor. La pasta parecía muy apetecible.
Marry preparó un abundante desayuno. Había una docena de platos, incluyendo gachas, huevos, bocadillos, albóndigas de gambas...
El número de platos se duplicó. Marry había preparado el desayuno cuidadosamente. Jennifer se sintió como una invitada valiosa.
Iván comió la pasta con gracia y en silencio.
El sabor era muy especial. Se concentró en cada bocado de la pasta, esforzándose por recordar este momento.
Después del desayuno, Alfie dijo: "Mami, hace poco la maestra nos asignó una tarea, que requiere la ayuda de papá y de ti".
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