"¿Qué pasa?" Iván no la miró.
A Catalina no le importó su actitud, sonrió y se puso delante de él: "Le has dado mucha importancia a la Colección Real de Año Nuevo, y yo también. He decidido completar un conjunto completo de diseño, ropa más joyas".
"Innecesario". Iván firmó su nombre en un documento, su voz ronca y clara, "No hay necesidad de cansarse tanto".
"No importa. Estoy bien".
No nos faltan talentos". Dijo: "La división del trabajo es la única manera de asegurar la calidad y la cantidad".
Catherine mantuvo una sonrisa en su rostro todo el tiempo. "Un conjunto completo puede ser útil si hay una emergencia. No se puede garantizar que todo el mundo sea lo suficientemente precavido. Además, las buenas obras nunca sobran".
Iván dejó de hablar.
No creía que fuera necesario, pero no se molestó en hablar con ella si insistía en hacerlo. En cualquier caso, no la apreciaría, y mucho menos se conmovería.
Iván empezó a responder a los correos electrónicos.
Catherine se sintió un poco avergonzada. El aura ascética de Iván solía atraerla, pero ahora la hacía sentir muy herida.
¿Acaso ya no la consideraba una amiga por culpa de Jennifer?
"¿Qué más?" Iván la miró.
Catherine sonrió: "Nada. Me voy". Se fue con sus tacones.
Iván no le pidió que se quedara.
Iván acababa de terminar de responder a un correo electrónico cuando entró Finnley: "Fueron los R-Alan quienes atacaron nuestro sistema, y su objetivo era el departamento de diseño".
Iván ya lo había adivinado, así que no se sorprendió mucho.
"Lo sé".
"Somos su único rival en el sector de la joyería, sobre todo después de que les hayamos superado en los últimos años. Han intentado tontamente vencernos. También quieren hacerse con la Colección Real de Año Nuevo".
"No es tan fácil". Iván se rió: "Vigila de cerca sus movimientos".
preguntó la señorita Amy a Alfie en el jardín de infancia. "¿Por qué no haces el juego? ¿No te gusta?"
"No, ya me voy". Volvió a meter el iPad en la mochila escolar y se puso la gorra de béisbol.
No muy lejos, dos chicos jóvenes bloquearon el camino de Diana.
Uno de ellos preguntó burlonamente: "¿He oído que eres del pueblo?".
Diana parpadeó con sus grandes ojos llorosos: "No es asunto tuyo".
"Eres un faisán cayendo en un nido de fénix. ¿Sabes lo que somos todos?" El otro chico sonrió con orgullo: "Sólo tengo curiosidad. ¿Cómo has llegado hasta aquí?"
Diana era introvertida y no se le daba bien discutir. Se sonrojó mientras apretaba su pequeño puño.
Al chico le hizo gracia y la agarró de la mano, preguntando en broma: "¡Eh, háblame de tu campo! ¿Es cierto que la gente de allí no se baña en un mes? Apestan".
"¡Suéltala!" Diana forcejeó y vio a Alfie no muy lejos, "¡Alfie! ¡Ayuda!"
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