Iván se preguntó si Aubree se había ido con Catherine.
Iván sentía curiosidad por saber qué pensaba Aubree.
Aubree no se opuso con fuerza a la boda, y tampoco hizo nada paranoico hoy. Pensando en esto, Iván se sintió aliviado y lleno de gratitud hacia su madre.
Si hubiera sido Aubree la que hubiera montado un escándalo por la boda hoy, Iván no habría sido capaz de echarla.
Ahora que Aubree aceptaba la boda, Iván confiaba en poder reparar la relación.
Después de que Ivan llevara a Jennifer a brindar por los invitados uno por uno, le soltó el hombro y volvió al escenario.
Ante la mirada perpleja de Jennifer, Ivan cogió el micrófono de plata y dijo: "Finnley".
Al oír esto, todos se volvieron hacia el escenario y luego miraron hacia Finnley, que no estaba muy lejos. Finnley sostenía una copa de vino y miraba a Iván. "¡Estoy aquí, señor Marsh!"
Iván miró a Finnley y anunció con calma: "A partir de mañana, todos los empleados de nuestra empresa estarán de permiso durante cinco días, y los que no puedan abandonar sus puestos recibirán diez veces el salario diario durante dicho periodo."
¡La multitud se quedó asombrada!
"¡Madre mía!" La mayoría de las damas de honor y los padrinos eran empleados del grupo Marsh. Estaban todos en la luna.
Con una leve sonrisa, Iván continuó: "Además, todos los empleados podían recibir cien mil. Este es el regalo de la señora Marsh".
Los ojos de Jennifer se abrieron de par en par. Pensó que había escuchado mal.
"¡Madre mía!"
"¡Hurra! Cien mil!"
Un estruendoso aplauso sonó en toda la sala mientras todos miraban hacia Jennifer agradecidos.
"¡El Sr. Marsh es tan generoso! Es un jefe tan bueno".
"¡También lo es la Sra. Marsh!"
"¡Es un gran honor trabajar para el Grupo Marsh! Todos los empleados se alegraron.
Jennifer se tranquilizó. Iván la miraba con gran afecto. En respuesta, Jennifer le sonrió con cariño y admiración hacia él.
Mya tomó otro micrófono, lo que atrajo la atención de todos fuera del escenario.
"Sr. Marsh". Parpadeó con sus hermosos ojos y preguntó en tono serio: "¿Puedo ser miembro de su compañía?".
Iván se detuvo un momento y soltó un suspiro de alivio. "Por supuesto".
Todos los invitados se sorprendieron.
Se preguntaban qué estaba pasando.
Iván se volvió hacia Jennifer. "Catherine está despedida y Jennifer ocupará el puesto, así que puedes ser su asistente. ¿Te gusta?"
Los ojos de Jennifer se abrieron de par en par, llenos de consternación.
Ella volvió a ser el centro de atención.
Iván no le había hablado de esto, y parecía muy serio.
Mya contestó alegremente: "¡Claro que me gusta!".
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