Tras regresar a su dormitorio, Spencer cogió una botella de vino y se sentó junto a la ventana francesa. Miró las noticias en su tableta, sólo para encontrar más y más noticias negativas sobre él desde la tarde.
El número de "likes" y "reposts" aumentaba de forma alocada.
Spencer tenía experiencia en seguridad de redes y solía ganar el campeonato en un concurso internacional de ciberseguridad.
Según su experiencia, podía decir que alguien le había creado problemas deliberadamente.
Quienquiera que estuviera detrás de esto debía de querer empañar su reputación, por lo que todas sus noticias negativas aparecieron en línea de repente.
Los temas incluían "Spencer Lawrence es arrogante. Es una basura", "Spencer Lawrence no será famoso por mucho tiempo. Caerá muy pronto" y "Spencer Lawrence solía tener 187 novias. Es un Casanova moderno".
Aunque sus fans le defendieron, los escandalosos títulos de esas publicaciones provocaron muchos trolls en la red.
Spencer ojeó las noticias mientras sorbía el vino. No se enfadó.
Estaba solo y no le importaba en absoluto su reputación.
Sin embargo, tenía curiosidad por descubrir al manipulador.
Spencer pensó en Iván, pero no coincidía con el estilo de éste, ya que nunca se había aburrido tanto.
Tomó un sorbo de vino y volvió a hojear las noticias. Cada segundo, se añadían exactamente cien "likes" a los comentarios debajo de las noticias negativas. Confirmó que lo hacía un determinado tipo de software.
Por lo tanto, con curiosidad, Spencer comenzó a buscar al manipulador.
'Podemos luchar uno a uno. No te escondas ahí y juegues a los trucos sucios'.
Como hacker profesional, Spencer escribió un programa en diez minutos y pulsó el botón de entrar.
En la pantalla oscura de su tableta, apareció de repente un nombre: Hanson Moran.
Spencer no tenía ninguna impresión de este nombre, así que lo buscó en Internet.
Spencer también se dio cuenta de que la mayoría de sus fans actuales solían ser fans del tal Hanson. Supuso que esa era también la razón por la que Hanson se había molestado.
Sin embargo, Spencer no quiso vengarse de él. Guardó la tableta, levantó la cabeza y bebió un poco de vino.
Bahía de Kelsington.
La cena terminó en armonía.
Después de ver a Iván terminar todo su plato principal, Aubree se alegró mucho. Pudo comprobar que el problema gástrico de Iván se había resuelto.
La salud siempre era lo primero.
"Iván, ¿nos quedamos aquí a pasar la noche?" sugirió Jennifer sin dejar de mirar a su marido.
Antes de que Iván respondiera, Aubree soltó: "No, no podéis".
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