Desde que me enteré de que estoy embarazada he tenido que hacer cosas difíciles y pasar por momentos aún más difíciles, pero creo que esta es la primera vez que estoy tan nerviosa al hacer algo que tenga que ver con mi embarazo.
El sábado después de que eligiéramos el nombre del invasor, Matheo, mi hermano me llamó emocionado de que iba a recibir un premio en la universidad el fin de semana siguiente por una investigación que estaba haciendo y que quiere que vaya a apoyarlo. No pude decirle que no y yo creo que ya es hora de que Robbie sepa que va a ser tío.
Es viernes por la noche y estoy viajando en un bus con Mack y Bren. Ambos saben lo difícil que va a ser para mí que mi hermano sepa de Matheo y por eso no me quisieron dejar sola en esto.
Nos vamos a quedar en un hotel bastante sencillo que está cerca del campus donde estudia mi hermano. Él no sabe que traje a mis dos mejores amigos porque si no entraría a sospechar, pero sabe que estaré en un hotel hoy en la noche y que mañana, sábado, nos veremos en la mañana.
Lo único que quiero en este minuto es vomitar y eso que el periodo de vómitos ya se había ido hace bastante tiempo.
-Estás pálida- dice Bren a mi lado mientras toma mi mano- No estés nerviosa, todo va a salir bien.
- ¿Cómo puedes saber eso? - pregunto asustada y él me abraza.
-Te prometo que tome la posición que tome Robbie con respecto a Theo, todo va a salir bien.
-Sigo sin creer que hayan elegido el nombre de MI sobrino sin mí- dice Mack a nuestras espaldas.
Bren y yo nos damos vuelta para mirarla y nos está haciendo un puchero con sus labios. Nos reímos y ella agranda más el puchero de sus labios.
-No reclames, elegiste tú sola el segundo nombre- le digo y la sonrisa vuelve a aparecer en los labios de mi mejor amiga.
-Matheo Alexander- dice orgullosa- Mi sobrino ya tiene nombre del típico chico guapo que tiene a todas las chicas a sus pies.
- ¿Cómo yo? - pregunta Bren mientras nos mira con su cara de orgullo.
-Si, aun no entiendo lo que las chicas vieron en ti, Bren- dice Mack fingiendo asco.
-Lo mismo que viste tú, Mackie. Ustedes fueron novios cuando niños- me burlo y ella me tira un poco del maní que está comiendo en la cabeza.
Me tranquilizo un poco cuando llegamos y pedimos las habitaciones. Con Mack compartimos una que tiene dos camas y otra habitación para Bren.
Mack toma las llaves y la seguimos para encontrar nuestras habitaciones que están una al lado de la otra. Le da una de las llaves a Bren y se queda con la otra.
-Todo listo, ahora vayamos a descansar- le digo y ella me sonríe con malicia- ¿Qué estás tramando, Mackenzie Knight?
- ¿Cómo sabes que estoy tramando algo? - me pregunta entre risas.
-Te conozco, ahora dime que planeas.
Mack me muestra la llave y me doy cuenta de que la llave que ella tiene es de la habitación que tiene una sola cama, lo que significa que Bren tiene la que es de dos camas.
-Oh, no- le digo mientras me tapo la cara con las manos- No hagas esto, Mack.
-Buenas noches, chicos- dice ella y, con su mochila llena de ropa para dos días, entra a la habitación lo más rápido que puede.
Me quedo mirando a Bren y él tiene una hermosa expresión de confusión en su cara que hace que me dé risa.
A veces puede ser tan inocente...
-No entendí nada de lo que acaba de pasar- dice Bren sin cambiar su expresión.
-Mack se apoderó de la habitación para una persona- le digo y él ahora parece entender.
La expresión en la cara de Bren pasa de la confusión a su típica cara coqueta que hace que quiera golpearlo por lo guapo que hace que se vea.
-Así que, ¿dormiremos juntos? - pregunta mientras mueve sus cejas de forma divertida.
-Tú en tu cama, yo en la mía- le digo mientras le apunto la puerta para que la abra.
Bren me hace caso y entramos a la habitación. Es bastante simple, solo dos camas con una televisión adelante sobre una cómoda donde podremos guardar nuestra ropa y un baño al fondo.
Me gusta, es sencillo y no nos costó tanto.
-Pido la cama que da a la ventana- dice Bren y corre para dejar su mochila en ese lugar.
Río porque parece un niño. Creo que Robbie y yo hacíamos eso cuando queríamos irnos adelante en el auto junto a mamá. Ahora nos peleamos para ganar el puesto que va detrás y no ir con ella.
Me acerco a la cama y dejo mi mochila que no está para nada pesada porque muchas de mis cosas están en la mochila de Bren. Pienso en que estoy muy cansada y que es hora de que me vaya a dormir. Mañana será un largo día y tengo que prepararme mentalmente para decirle a mi hermano mayor que su hermanita tiene seis meses de embarazo.
Si, mañana va a ser un día difícil.
Me apodero del baño y me cambio de ropa. Me pongo un pijama de polar que hace que me vea más gorda de lo que estoy, pero no me importa porque hace frío y tengo que cuidar a Matheo del frío también.
Si, Cass. Usa a tu hijo como excusa para poder verte como un oso polar.
Salgo del baño ya lista para dormir y me encuentro con que Bren está vestido con unos pantalones de tela y arriba nada de nada.
Dios, voy a morir de frío de solo verlo.
- ¡Brennan! Ponte algo, te vas a congelar- le digo desde la puerta del baño.
-Pero si no hace tanto frío- dice moviendo sus manos para quitarle importancia al asunto- Además, ahora mismo me voy a arropar debajo de las sábanas.
Asiento y camino hacia mi cama. El arreglo para poder acostarme a dormir, pero justo me llama Bren:
-Ven a despedirte, mujer.
Entre risas, me acerco a él. Nos podemos frente a frente y él se agacha un poco hasta quedar a la altura de Matheo.
-Buenas noches, Theo- dice besando mi estómago, haciendo que un montón de mariposas asesinas me ataquen- No molestes a tu mami en la noche, que sino yo pagaré las consecuencias.
Golpeo suavemente a Bren en la cabeza y él se levanta. Quedamos frente a frente de nuevo y, aunque es más alto que yo, no tiene que agacharse mucho para poder besar mi frente.
Pobre árbol, pobres pájaros. Ellos no tienen la culpa.
-Robbie...- trato de acercarme a él, pero Mack me detiene. - Por favor, Rob.
- ¡Confíe en ese imbécil! - grita a todo pulmón- Confíe en él para que te cuidara mientras no estoy, ¿y qué hace? Te deja embarazada para luego salir corriendo.
-No ha salido corriendo, Robbie- defiendo a Tony y no tengo idea de porqué.
-Si, si lo hizo- dice Mack y eso hace que aumente la furia en la cara de Robbie- Escapó con la promesa de que va a volver a hacerse cargo.
-No estás ayudando, Mack.
-Sabes que no soy buena mintiéndole a Robbie- dice en un susurro para que solo yo la escuche.
En los diez minutos que le siguen Robbie hace un montón de cosas que en otras circunstancias me darían mucha risa y me burlaría de él para siempre. Sigue golpeando un árbol, patea los basureros y las bancas. Con Mack solo nos lo quedamos mirando como esperando que pare su rabieta.
Luego, se sienta en la banca que ha pateado y esconde su cara entre sus manos. Yo me siento a su lado con la esperanza de que no me rechace.
-Lo siento por decepcionarte- susurro ya llorando a mares- Te juro que lo siento mucho.
Robbie se gira para mirarme y no hay odio ni asco en su mirada, como con mamá, y tampoco hay decepción.
-No me has decepcionado, Cassie- dice con suavidad- Estoy enojado conmigo mismo por no estar allí para protegerte.
-No puedes culparte por esto- le digo poniendo mis manos en mi estómago- Esto solo es culpa mía y de Tony. Más mía que de él.
-Soy tu hermano mayor. Se supone que yo debo protegerte de todo lo malo y no pude protegerte de un imbécil que te embarazó y se fue.
-Va a volver- digo tratando de sonar convencida, pero es difícil.
Mack se sienta al otro lado de mi hermano y me recuerdo mentalmente que debo agradecerle por hacer esto conmigo. Sé que no debe ser fácil estar al lado de mi hermano después de todo lo que ha pasado entre ellos.
- ¿Podemos vernos en la tarde? - me pregunta Robbie fingiendo una sonrisa- Necesito asimilar la noticia de que mi hermana de dieciséis años me va a hacer tío.
-Claro- respondo un poco decepcionada. Pensé que iba a reaccionar un poco mejor, pero no me quejo. - Pero no quiero que hagas ninguna estupidez.
-Yo me quedo con él- dice Mack y yo niego con la cabeza sin que Robbie me vea, porque está mirando fijamente a mi amiga- Tranquila, yo lo cuido.
Me levanto de la banca y agradezco que hayamos escogido un parque cerca del hotel porque de otra forma no sabría como devolverme.
-Me llamas cuando quieras hablar conmigo, ¿sí? - le digo a mi hermano aguantando más lágrimas que quieren salir.
-Te prometo que será en la tarde- me dice.
Asiento mientras camino hacia el hotel. En estos momentos necesito urgentemente un abrazo enorme de Bren.
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