Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 31

Me despierto por el movimiento de Matheo dentro de mí. Creo que está demasiado inquieto ahora porque se ha movido tanto que me ha despertado y eso que no es fácil despertarme últimamente.

Otra cosa que termina por despertarme es mi celular que no deja de sonar de forma muy molesta y apostaría todo el dinero que tengo a que es o Mack o mi hermano.

Tomo el celular entre mis manos y veo el identificador de llamadas. Lo adiviné, es Mack.

-Hola, excuñada- saludo animosamente.

-Muy gracioso, Cass- dice ella y yo sigo riéndome- Te iba a decir feliz navidad, pero después de ese chiste, creo que solo le diré feliz navidad a Matheo.

-Ya, no seas mala, Mackie- le digo y ella ríe conmigo- Feliz navidad, hermosa chica trigueña.

-Feliz navidad, hermosa chica rubia.

- ¿Todo bien en tu casa? - pregunto con interés.

Me sigue doliendo todo lo que mi embarazo ha causado. Que Tony se haya alejado de todos es mi culpa y ni Bren me lo puede sacar de la cabeza.

-Bueno, mamá lloró la mitad de la noche- dice un poco triste- pero a pesar de eso, todo estuvo bien.

- ¿Aun no saben nada de Tony? - pregunto con cuidado. El tema de Tony la deja un poco sensible.

-No y la cosa se pone peor- dice y siento la tensión en su voz- Mamá llamó al servicio preguntando por Tony y le dijeron que no quería hablar con nadie.

- ¿Ni siquiera con tu mamá?

-No, le rechazó la llamada el muy maldito, estúpido, imbécil...

-Si, si ya entendí. Se está comportando como un verdadero imbécil.

-Entiendo que no quiera hablar conmigo o contigo, pero mamá no sabe nada de Matheo ni de ustedes siendo padres, así que no entiendo porque la aleja.

-Tal vez piensa que ya le dijimos.

-Pero si él nos pidió que no le dijéramos y yo le prometí que no le iba a decir nada a mamá.

-No lo sé, Mack. - digo ya un poco estresada- No entiendo a tu hermano.

-Esperemos que cambie de opinión- dice con todo de cerrar el tema- Tengo que irme. Mándale saludos a Bren.

-Claro, adiós Mackie.

Cortamos la llamada y guardo mi celular debajo de la almohada. Recién me vengo a dar cuenta que Bren no está en la cama, sino que en la puerta de su habitación mirándome como incómodo mientras tiene un poco de mi ropa en sus manos.

Me levanto de la cama y camino hasta él. Me da una de sus sonrisas de siempre mientras me entrega la ropa.

-Traje esto de tu casa- dice mientras pasa una mano por su cabeza con incomodidad- No quería despertarte así que saqué las llaves de tu bolso y traje lo primero que encontré.

-Gracias, Bren- le digo y él me mira como si quisiera preguntarme algo- Pregunta, no hay problema.

Bren toma de mi mano y me lleva hacia la cama donde nos sentamos uno al lado del otro. Él sigue pareciendo un poco incómodo porque juega con mis manos con ternura.

Finalmente, toma aire y parece estar listo para hablar.

- ¿Saben algo de Tony? - pregunta.

-No, aun nada- digo con el ceño fruncido- ¿Tantas vueltas para hacer una simple pregunta?

-Siento que no es mi asunto- dice haciendo una linda mueca con sus labios- pero a veces la curiosidad me gana.

Le sonrío a Bren, pensando que debe ser el chico con más facetas en este mundo. Puede ser gracioso, simple, presumido, egocéntrico, preocupado, tierno, tímido y romántico, todo al mismo tiempo.

Me acerco a sus labios y le doy un corto beso en los labios. Creo que en toda la noche no nos besamos y ya me hacía falta.

-Puedes preguntar todo lo que quieras, Bren- le digo con mis labios a solo unos centímetros de los de él- Después de todo, siempre te cuento todo.

-Y me encanta que confíes de mí de esa manera.

Bren se acerca a besarme nuevamente y yo le respondo el beso con la misma dulzura que él. Cuando nos separamos, miro la ropa que Bren me trajo y comienzo a reírme.

- ¿Qué sucede? - pregunta Bren entre divertido y confundido.

-Literalmente tomaste lo primero que encontraste, ¿verdad?

- ¿Por qué lo dices?

Le muestro la ropa que me trajo que consiste en unos pantalones de buzo anchos color azul oscuro, una playera que tiene una palmera al medio y una sudadera enorme color rojo con la letra L en medio.

-Este es mi pijama, Bren- le digo entre risas.

- ¿Qué? ¡pero si yo pudiera usar esto en la calle!

-Si, porque estas son cosas de Robbie de hace como dos años atrás- le digo aun riendo- Tranquilo, esto es mucho mejor y más cómodo que un vestido.

- ¡Hey! Igual te gusta ese vestido.

-Me encanta, querido Bren- le digo acurrucándome a su lado- pero es para ocasiones especiales, no para andar por tu casa.

-Hablando de eso- dice él abrazándome y después besa mi cabeza antes de seguir hablando- Mamá dice que bajes a tomar desayuno. Los enanos deben estar por despertar y vas a querer ver su cara cuando vean todos los regalos debajo del árbol.

-Claro- digo levantándome de la cama y tomando mi querido pijama de invierno- pero primero voy a cambiarme.

-Pero si puedes hacerlo perfectamente aquí- dice levantando sus dos cejas.

-Eso quisieras- le respondo riendo.

-Si, eso quiero.

Toma una de las almohadas y se la tiro en la cara mientras ambos reímos. Al menos sé que solo estaba bromeando. Es decir, ¿quién querría ver a una chica embarazada de siete meses? Puedo asegurarles que no tiene nada de sexy.

Camino hasta el baño y me doy una muy corta ducha antes de bajar hasta donde está la mamá de Bren con Eliana en sus brazos. El padrastro de Bren aparece por las escaleras con Dan en sus brazos y detrás de él vienen Aaron y Colton corriendo hacia el árbol donde están los regalos.

Bren se sienta junto a sus hermanos para ayudarles a abrir los regalos y el papá de los chicos también. La mamá de Bren los mira sonriendo con Ellie en sus brazos y yo los grabo con una cámara que me dio Bren antes.

-Para nada- dice Bren y la doctora se ríe junto con él.

¿Ahora ellos tienen un complot contra mí?

Está bien, puede que haya dormido mucho estas últimas semanas, pero es que me siento tan cansada después de trabajar en la cafetería y más ahora que pasa llena desde que estamos de vacaciones y hace un frío enorme afuera que hace que la gente necesite un café muy caliente.

-Puede que en las próximas semanas sea todo lo contrario y tengas insomnio- dice ella y yo me asusto.

¡Pero si dormir es lo más hermoso de este mundo! Que no me quiten el sueño por favor.

- ¿Algún otro síntoma que tenga que saber? - pregunto haciendo un puchero hacia Bren quien me toma de la mano con dulzura.

-Si no has sentido dolor de espalda, puede que venga pronto.

-Pensé que era por estar trabajando tanto tiempo sentada- digo mirando la imagen de Theo en la pantalla de la doctora.

-Y también puede que te cueste un poco más ir al baño- dice la doctora y me sorprendo demasiado porque nunca había escuchado nada parece.

Eso hace que Bren estalle en risas.

Me doy la vuelta para mirar a mi querido Bren con mala cara y eso hace que, de nuevo, se detenga.

-Eres un niño, Brennan- le digo rodando los ojos.

- ¡Vamos! Es que debiste haber visto tu cara, Cassie.

Ruedo nuevamente los ojos y me giro hacia la doctora que nos mira con gracia. Escucho como el corazón de Theo late y, como cada vez que lo escucho, me emociono. No hay nada mejor que escuchar el corazón latiendo de tu hijo. Es algo que vale mucho más que cualquier moneda. Incluso más que el oro. Es más valioso que cualquier cosa en el mundo.

- ¿Todo va bien? - pregunto, tragándome las lágrimas.

-Todo va perfecto, Cassie- dice ella y me hace sentir muy feliz.

La doctora me da un par de datos de medidas del bebé y solo me quedo con la parte de que están dentro de los rangos normales. Sigue siendo un poco más pequeño, pero nada de lo que haya que preocuparse. No hay rastros de alguna enfermedad extraña ni nada por el estilo.

Me da un poco de papel para que me limpie el estómago y me siento en la camilla. Bren se sienta junto a mí y yo pongo mi cabeza en su hombro.

Adivinen... estoy cansada y tengo unas ganas enormes de dormir.

-Quiero que estés muy atenta a ahora en adelante, Cass- me dice la doctora y su tono de voz hace que me sienta interesada de inmediato- Si sientes nauseas, mareos, tienes vómitos, manos hinchadas, dolores de cabeza o dificultad para respirar, tienes que venir de inmediato.

- ¿Por qué? - pregunta Bren a mi lado.

-Son síntomas de preeclamsia- dice ella y yo asiento. He investigado sobre el tema- Y las cosas van tan bien con tu bebé que no quiero que las cosas se compliquen y que Matheo nazca antes de lo que debería.

Bren y yo asentimos y le prometemos a la doctora que estaremos atentos ante cualquier cosa.

-La cuenta regresiva para que Matheo esté en tus brazos, Cassie, ya ha comenzado- dice la doctora y hace mucho tiempo que no sentía estos tipos de nervios con ansiedad.

Ya quiero a Matheo aquí.

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