Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 41

Tomo a mi pequeño Matheo entre mis brazos y le doy un beso en su cabeza con cabellos rubios cada vez más abundantes.

Llegamos a nuestro hogar hace una semana, lo que significa que Theo tiene dos semanas de nacido. Mi pequeño está creciendo fuerte y sano o al menos eso quiero pensar. Nadie me ha dicho lo contrario. Lo lleve a la doctora que lo verá de ahora en adelante y me dijo que no parecía prematuro lo que me hizo sentir mucho mejor.

Theo es un bebé fuerte y eso me gusta. Todos me dicen que es fuerte como yo y eso me hace sentir bastante bien, debo decir. Abrió los ojos hace unos días y son como los de todos los bebés. Algo oscuros, pero no tanto como deberían. Ya estoy esperando a que sus ojos se aclaren y sepa de qué color son.

Mi bebé es hermoso... y no lo digo porque soy su madre, sino que es verdad. Mi hijo es demasiado guapo para tener dos semanas de nacido. Creo que voy a ser una mamá celosa porque ahora solo me imagino como las chicas van a estar babeando por él.

- ¿Por qué tenías que ser tan lindo, Theo? - le digo y él me mira sin entender nada de lo que le digo- Solo no dejes que tu tío Bren te enseñe tácticas de seducción. Es bastante bueno en eso.

Parece que Theo está muy despierto porque solo me mira y mueve sus brazos. Hace bastante frío aun así que tiene puesto un traje de bebé de polar de color azul, un gorro celeste de lana y unos pequeños guantes en sus manos. Me gusta vestir a mi bebé combinado.

Ya le di de comer y cambié su pañal. Debería quedarse dormido, pero parece que no tiene mucho sueño así que lo dejo estar despierto. Lo dejo en uno de esos juegos de bebés en donde tiene varios animales colgando sobre él y Theo se divierte observándolos, pero es demasiado pequeño como para entender nada de esto.

Me quedo sentada a su lado con mi portátil entre mis piernas. Abro mi correo y veo que mis profesores ya me han mandado el material para poder estudiar desde casa y tener que dar unas pruebas ocasionales ya que ahora tengo que cuidar de Theo todo el tiempo o al menos tengo que estar cerca de él.

-Mami ya tiene que empezar a estudiar, Theo- le digo, pero ni siquiera creo que me escuche bien- Tienes suerte de que recién en cuatro años tendrás que ir a la escuela.

Siento que alguien toca mi puerta y la cabeza de Calum aparece. Le sonrío para que sepa que puede entrar y lo hace. Se sienta al otro lado de donde está Matheo y acaricia la cabeza de mi hijo con ternura.

- ¿Cómo están las cosas en la cafetería? - le pregunto mientras respondo el mail de mis profesores.

-Bien, todo es más tranquilo desde que mi abuelo contrató a esa chica nueva- dice y yo asiento.

Phil, al ver que ya estaban muy atareados con las cosas antes de que Theo naciera, decidió contratar a alguien más. Esa persona es una chica de veinte años llamada Mila. Es bastante organizada y seria, pero me cae bien. Se toma las cosas en serio.

-Él está muy despierto hoy- dice Calum y yo bajo la cabeza para ver a mi bebé.

-Si, él debería estar durmiendo, pero no veo que quiera- digo entre risas- Theo, te doy cinco minutos más. Después te haré dormir, aunque sea lo último que haga.

Calum ríe a mi lado y acaricia la cabeza de Matheo de nuevo. Eso parece tranquilizarlo y comienza a cerrar sus pequeños ojos poco a poco.

-Hey, descubriste su punto débil- le digo a Calum haciendo que sonría- Bien hecho, enano.

Tomo a Matheo en mis brazos y parece que quiere llorar. No es un bebé que disfrute mucho de estar en brazos, pero de estar en su cuna o en cualquier otra parte sí. Bren disfruta haciéndome sufrir diciendo que mi hijo va a ser un obeso adicto a dormir.

Calum se acerca a mí mientras le hace cariño a Matheo. Veo como mi hijo se relaja cada vez más y siento un ataque de ternura al verlo.

- ¿Quieres cargarlo antes de que se quede totalmente dormido? - pregunto a Calum quien asiente efusivamente con la cabeza.

Él y Leanne ya saben cómo tomar a Matheo en sus brazos por lo que no tengo que enseñarle, pero siempre tengo que estar yo presente o Phil. Calum se mantiene a mi lado mientras le canta algo a Theo que parece tranquilizarlo aún más.

-Es oficial, eres perfecto para hacer dormir a Theo- le digo y sé que él se siente orgulloso cuando se lo digo- Tienes el don.

-Creo que ya se quedó dormido- me dice susurrando.

-Entonces dámelo para que lo deje en su cuna, ¿sí?

Calum asiente mientras que con mucho cuidado me entrega a Matheo. Lo dejo en su cuna y parece que ya no sabe nada del mundo. Va a dormir dos horas hasta que tenga que alimentarlo de nuevo y cambiarle el pañal.

Me gusta ser madre. No me arrepiento nada de lo que hice.

-Tengo que volver a la cafetería- dice Calum y yo asiento- Mi abuelo dice que, si necesitas algo, nos avises.

-Claro que lo haré.

Calum se va dejándome sola con un muy dormido Matheo.

Una siesta sería muy buena idea ahora. No estoy durmiendo bien por las noches por razones obvias. Matheo no es de llorar mucho, pero siempre que lo hace es en la noche. Además, de todas formas, debo darle de comer cada dos horas.

Me recuesto en la cama sabiendo que mi hijo está a salvo a mi lado. Pongo una alarma en mi celular para dos horas más por si sigo de largo durmiendo, cosa que es muy posible. Bostezo mientras me tapo con una manta y me quedo poco a poco dormida.

...

-Eres todo una dormilona- escucho la voz de cierto chico idiota a mi lado.

También siento un peso extra en la cama que no estaba ahí antes. Miro hacia mi lado y ahí está Bren mirándome con su típica sonrisa que me hace suspirar.

No, creo que lo que me hace suspirar es el hecho de que tiene a Matheo en sus brazos quien parece muy cómodo allí.

-Hola, Brennie.

-Tu alarma estaba sonando cuando llegué- dice y yo abro los ojos con sorpresa, despertando por completo- La apagué y preferí despertarte yo.

-Por favor dime que no fue hace mucho.

-Tranquila, mamá oso. Acabo de llegar.

Suspiro de alivio porque no quiero ser una mala madre y que todos piensen que se me olvidó darle de comer a mi bebé por un momento. Ya estoy bajo muchas críticas por ser mamá a los dieciséis años y no quiero más cosas por el estilo.

Miro a Bren quien le hace caras graciosas a Matheo. Sonrío porque me gusta la imagen que proyectan.

-Te ves tan guapo- digo haciendo reír a Bren- pero supongo que solo tiene que ver porque tienes a mi hijo en brazos.

-Soy muy guapo y sexy sin necesidad de Matheo- dice él acercándose a mí- Y lo sabes muy bien.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pequeño caos (COMPLETO)