Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 42

Miro a Matheo que está en mis brazos y no puedo creer que ya tenga un mes y medio de vida. Un mes y medio con este hermoso bebé de cabello rubio oscuro y mejillas regordetas que me ha enamorado por completo y que ha hecho de mi vida algo mucho mejor.

Estoy tratando de que se quede dormido, pero, aunque ya comió, le cambié el pañal y le canté- porque ama que lo haga- parece que no quiere quedarse dormido. Mira hacia todos lados con sus ojos curiosos que todavía no tienen un color definido. Sé que debe ver solo sombras, pero aun así se interesa por cada cosa que se mueve.

-Matheo Alexander Knight, de verdad creo que deberías dormir un poco. Tu siesta duró menos que antes.

De verdad que no parece muy interesado en dormir así que, mientras lo tengo en brazos, me recuesto en la cama a descansar un poco. Las noches en vela me están afectando y más cuando ya no es tan buen bebé como antes y está un poco más activo. Me cuesta hacerlo dormir. Al menos no he tenido problemas con alimentarlo.

Veo como Matheo hace una pequeña mueca con su cara y sonrío. Es como un pequeño ángel aun cuando sé que cuando crezca va a ser un pequeño diablillo revoltoso jugando por toda la casa. Me encanta tenerlo entre mis piernas cuando mis rodillas están flexionadas. Hace que estemos cara a cara y pueda jugar con sus pequeñas manos y piernas.

Matheo mira hacia un punto fijo donde está mi mesa de noche. Puede que le llame la atención mi lámpara o el retrato que tengo con Mack. Vuelve a hacer una mueca y río sin poder evitarlo.

-Así que ya estás haciendo caritas, ¿eh, Theo?

Mi hijo vuelve la cara hacia donde estoy yo y parece estar mirándome. Me derrito de ternura al verlo, es inevitable.

- ¿Reconoces la voz de mami? - pregunto mientras tomo sus pequeñas manitos y él aprieta uno de mis dedos con fuerza- Tienes fuerza para tener un mes de vida, Theo.

Escucho el timbre de llamada de mi celular y lo contesto sin ver el identificador de llamadas solo porque sé quién es:

-Aquí una linda chica con un bebé muy despierto al habla- digo y escucho la risa de Bren al otro lado de la línea.

-Pues, aquí hay un chico muy enamorado que tenía ganas de hablar con la chica linda- dice Bren y yo me quiero derretir.

-A veces me cuesta creer que un chico con mala fama como tú puede ser tan adorable- le digo riendo.

-Eso es tu culpa, tú me hiciste ser así.

- ¡Hey! yo no hice nada.

-Igual me quieres- dice y yo solo río.

No necesito decirle a cada minuto que lo quiero porque sabe que es así. Lo quiero muchísimo y me encanta que me haga reír de la manera que lo hace y parece que a Matheo le llama la atención mi risa porque no para de mirarme.

- ¿Cómo está el invasor? - pregunta Bren quien muchas veces le sigue diciendo invasor a Theo.

-Muy despierto y curioso- respondo- pero parece que ya le está entrando un poco de sueño.

- ¿Cuánto lleva despierto?

-Una hora, quizá un poco más.

-Va a caer muerto en cualquier minuto- responde Bren entre risas- Los extraño, mujer. No sé qué han hecho en mí.

-Es que soy muy irresistible y más si tengo a un bebé hermoso en mis brazos.

-Claro, porque Theo te da todo el encanto.

-Por supuesto que sí, ¿has visto a mi bebé?

-Si, es un bebé muy guapo que conquistará muchas chicas en el futuro y le enseñaremos a usar un preservativo, ¿sí?

- ¡Bren! - exclamo y él solo ríe al otro lado de la línea- No puedo creer que Theo tenga poco más de un mes de vida y ya te lo estés imaginando teniendo sexo con otras chicas.

- ¿Qué puedo decir? Se nota desde ya que ese bebé va a ser muy cotizado por las chicas.

Ambos reímos, pero me detengo cuando escucho de fondo el timbre que anuncia que el receso se ha acabado. Bren también para de reír y podría jurar que está haciendo una mueca con sus lindos labios.

Veo de reojo a Theo quien tiene los ojos casi cerrados. Es un buen momento para terminar la llamada porque hay un bebé listo para dormir una pequeña siesta hasta que se despierte nuevamente por hambre o un pañal sucio.

-Debo ir a clases- dice él- ¿Los voy a ver en la tarde?

-A ambos nos encantaría eso- le digo acariciando el pequeño estómago de Theo haciendo que se relaje aún más- ¿Después de la escuela?

-Tengo que pasar a dejar unos papeles a la universidad que me quiero inscribir- dice- pero después de eso paso a verlos, aunque sea unos minutos.

Bren decidió inscribirse en una universidad local para estudiar arquitectura. Tiene suerte que sea una de las mejores en esa área, que lo hayan aceptado y que quede cerca de casa. Es una suerte que no muchos corren.

-Claro, te estaremos esperando.

-De verdad que los extraño mucho, linda Cassie.

-Nosotros también te extrañamos, Bren.

-Los quiero muchísimo.

-Y nosotros a ti- le digo y lo escucho suspirar- Ve a clase que son las últimas de instituto que te quedan.

-Está bien, nos vemos luego.

Escucho que me lanza un beso antes de cortar la llamada. Jamás pensé que Brennan Coleman pudiera ser tierno y adorable cuando se lo propone y lo mejor es que lo hace sin dejar de ser el chico divertido y sonriente de siempre.

Tomo a Theo en mis brazos y camino un poco por la habitación meciéndolo suavemente. Solo unos minutos más, él ya está dormido y lo dejo suavemente en su cuna.

Prendo el monitor de Theo y me voy a dar una ducha tranquilamente sabiendo que él está muy dormido y que me puedo demorar un par de minutos en hacerlo. Cuando salgo lo primero que hago es ver a mi bebé en el monitor y sigue durmiendo. Me visto con unos pantalones rojos ajustados y una playera negra. Estamos en marzo por lo que el clima está mejorando un poco más.

Peino mi cabello afuera del baño, en mi habitación, teniendo cuidado de no hacer mucho ruido y no despertar a Matheo. También decido que es un buen momento para comer algo así que tomo nuevamente el monitor y me lo llevo a la cocina donde voy a escuchar y ver si es que Matheo despierta.

Es ahí donde me encuentro a alguien que no esperaba ver por ahora.

Tony está sentado en una de las butacas pequeñas que están en la cocina y me sonríe. No tengo idea que hace aquí o cómo entró, pero está ahí tomando un café de la cafetería de Phil mientras me ve fijamente.

-Tony- saludo y sonrío para ocultar mi sorpresa- No me avisaste que ibas a venir.

-Lo siento, iba a hacerlo, pero...

Tony me mira con un poco de duda y sé que espera encontrar un defecto, algo que yo le diga que este mal, pero las cosas van tan bien que sé que no lo va a encontrar.

-Lo quiero, Tony- le digo y eso parece molestarle un poco-Y me gustaría que estuvieras bien con eso.

- ¿Por qué te importa mi opinión?

-Porque eres el padre de Matheo- le digo como si fuera obvio- Y que Bren y yo estemos juntos implica que él va a pasar mucho tiempo con nuestro hijo y de verdad quiero que estés bien con eso.

-No creo que tenga mucho poder en eso, ¿no crees?

- ¿En mi relación? No, no mucho, pero ¿Bren frecuentando a Theo? Si, tienes mucho que decir.

Veo como Tony arruga la frente y niega con la cabeza. Pone dos dedos en el puente de su nariz y yo comienzo a asustarme. No quiero que Tony arruine lo bien que va mi vida ahora.

-Bren es un buen chico- dice y yo suspiro un poco- Mientras le quede claro que yo soy el padre de Matheo y no él, todo bien.

-De verdad que agradezco eso, Tony.

-Ya te he hecho mucho sufrir- dice encogiéndose de hombros- No podría negarte más felicidad.

Le sonrío y me acerco para abrazarlo. Parece que lo tomo por sorpresa porque se demora un poco en devolverme el abrazo y lo hace solo con un brazo.

- ¿Amigos? - pregunto mientras seguimos abrazados.

-Si- responde él- Por Matheo.

-Por Matheo- replico con un poco de tristeza.

Parece que ahora lo único que nos une es Matheo y no puedo evitar sentir tristeza, aunque no siento una atracción amorosa por él, pero fuimos amigos tantos años y me cuesta creer que esa amistad terminó y ahora seamos amigos solo por el hijo que compartimos.

Nos separamos y yo vuelvo a mi asiento. Tony me mira y me da una pequeña sonrisa.

-Eres una gran madre, Cassie- me dice y yo sonrío con un poco de timidez- Estoy orgulloso de ti.

-Es un bebé hermoso- le digo mirando el monitor- Merece a la mejor mamá que pueda tener.

-Y esa eres tú. Lamento haber insinuado la adopción. Era una opción tonta y guiada por el miedo que...

-Tranquilo, ya te perdoné- le digo y le doy una media sonrisa.

Si, es verdad. Lo perdoné, pero no lo he olvidado y eso es lo que me hace sentir algo recelosa ahora.

No sé si alguna vez podré olvidar eso, pero tengo que intentar hacerlo por Matheo. No quiero que crezca sabiendo que su mamá está resentida con su papá. Ya mucho tendré que explicarle con el hecho de que nosotros no estamos juntos y que eso nunca va a pasar. También será raro explicarle que nació de una equivocación de una noche, pero espero que eso sea en muchos años más.

Miro el monitor de bebé y sonrío. Yo haría cualquier cosa por ese invasor llamado Matheo.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pequeño caos (COMPLETO)