Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 43

Una de las cosas que varias personas me dijeron después de que Matheo nació es que yo no me tenía que dejar de lado. No tenía que descuidarme ni dejar de salir o privarme de algunos gustos. En ese momento les encontré la razón, pero es difícil. Quiero cuidar de mi hijo a cada momento porque él depende de mí y no me da vergüenza admitir que eso me gusta. Es mi pequeño bebé, simplemente no puedo dejar de querer estar con él.

Así que, cuando Bren me pidió que fuéramos a comer un helado por una o dos horas, automáticamente le dije que hacía mucho frío aun para que Matheo salga y es demasiado pequeño. Si, soy una mamá muy preocupada y puede que, hasta exagerada, pero es que no puedo evitarlo.

Ahora estoy sentada en el living mirando mi teléfono tratando de encontrar un buen mensaje para decirle a Bren que no creo que sea una buena idea, pero quiero ir. Me gustaría tener un momento con él. Tony está sentado a mi lado con Theo entre sus brazos porque mañana se va al regimiento nuevamente y quiere pasar este último día con su hijo.

-Tienes el ceño fruncido- me dice Tony mientras mece con mucho cuidado a Matheo- ¿Qué pasó?

-Nada malo, no te preocupes- respondo mientras grabo la imagen de Tony con Theo en sus brazos. Adorable.

-Puedes contarme- responde Tony rodando los ojos- Somos amigos, ¿recuerdas?

-Bren quiere que salgamos a comer un helado, pero creo que Theo está muy pequeño aun para salir con este frío.

-Eres una mamá sobreprotectora- me dice y yo lo ignoro- Yo puedo quedarme un par de horas con él.

-Yo tengo el alimento que él necesita, no tú.

-Tienes esa cosa rara que saca leche de bebé de tus pechos- dice y yo lo miro mal, aunque no sé muy bien porque- Saca leche, la pones en un biberón y yo se la doy a Matheo cuando tenga hambre.

-No lo sé...

-Vamos, ¿acaso no confías en que yo me quede solo con mi hijo?

Bien, no sé cómo responder a esa pregunta. No, no confío en él porque ha estado dos días con Matheo y dudo que sepa todo lo necesario para poder cuidarlo por un par de horas.

Pero no puedo decirle eso. Tony es el padre de Matheo y supongo que no tiene nada de malo que se queden juntos un par de horas. Podrían afianzar el vínculo padre-hijo, pero me da miedo. Nunca he estado sin Matheo desde que nació y solo confío en mí misma para cuidarlo como siempre.

Aun así, sería demasiado egoísta con Tony.

-Está bien- respondo un poco recelosa- pero me vas a escuchar muy bien, Anthony Knight, porque si llego y algo no está bien juro que voy a sacarte los dientes con mis manos.

-Creo que ya alguien me había amenazado de esa forma- comenta entre pensativo y divertido.

-No quiero encontrarlo muerto de hambre, con el pañal sucio y mucho menos que tú no estés aquí. Eres su padre y tienes que cuidarlo mejor de lo que podrías cuidar tu propia vida.

Me sorprende que Tony no dice nada mientras le doy las indicaciones de cómo cuidar a Matheo. No me pueden culpar por estar siendo tan así con él. La confianza se recupera de a poco y esta es una gran prueba que tiene por delante si es que quiere que la confianza vuelva a ser como era antes.

Y en verdad creo que nunca va a ser la misma, pero espero poder confiar en él en los aspectos que involucran a Matheo.

Después de explicarle paso a paso lo que tiene que hacer, le mandó un mensaje a Bren que me responde que estará aquí en una hora. No le explico todo el tema de Tony porque prefiero hacerlo en persona. Me saco un poco de leche con ese aparato extraño que me causa un poco de dolor para después ir a bañarme. Por fin me doy una ducha decente sabiendo que Matheo está con Tony y me digo a mí misma todo el tiempo que él puede cuidar de nuestro hijo por una hora. Simplemente una hora.

¿Cómo podría no hacerlo?

Me visto con unos jeans negros rotos en las rodillas y una blusa holgada. Me alegro de que por fin puedo ocupar mi antigua ropa y, aunque me quedan un poco más ajustadas que antes, siguen quedándome. Definitivamente Matheo me dejó un par de kilos de más, pero los bajaré luego.

Salgo del baño ya vestida para encontrarme con que Tony está sentado en mi cama con Matheo despierto acostado allí. Veo a mi bebé y sonrío sin poder evitarlo. Perfectamente podría enamorarme completamente de mi hijo. Es tan lindo y adorable...

-Tiene hambre- me dice Tony apenas me ve- Tienes suerte, si come ahora puede que no tenga hambre hasta que vuelvas.

-Subestimas lo mucho que se alimentan los bebés.

Tomo a mi bebé en mis brazos y me siento en la mecedora de mi habitación. Comienzo a alimentar a Matheo bajo la atenta mirada de Tony lo que me hace sentir un poco incómoda.

Bien, sé que no debería incomodarme. Digo, es el padre de Matheo y me vio desnuda una vez, pero es diferente. Yo estaba ebria y ni siquiera recuerdo mucho los detalles. También sé que amamantar es algo muy natural, pero Tony no me mira como si solo fuera una máquina que alimenta a su hijo y, por muy mal que suene, me gustaría que me viera así.

Después de unos largos minutos, Matheo deja de comer y se lo doy a Tony para que le saque los gases. Ayer le enseñé a hacerlo y parece que aprendió muy bien porque lo hace casi perfecto.

Siento que alguien toca la puerta de la casa y sé de inmediato que es Bren. Una sonrisa aparece en mis labios y veo que Tony hace una mueca cuando ve ese gesto. Bien, no sé qué mierda le pasa a este chico, pero no me importa. Mientras cuide bien a nuestro hijo todo bien.

Le abro la puerta a Bren quien me recibe con una sonrisa hermosa en sus labios y me besa apenas me ve.

Si, los besos con este chico podrían muy bien enviarme al paraíso.

-Hola, tú- me dice al oído mientras estamos abrazados- Te extrañe un montón, mi linda Cassie.

-Lo sé, y yo también a ti- le respondo dándole nuevamente un beso en los labios.

Escucho que alguien se aclara la garganta detrás de nosotros lo que hace que dejemos de besarnos. Miro hacia atrás y veo a Tony con Theo en sus brazos. Supongo que ya le quitó los gases y me recuerdo a mí misma que tengo que confiar en Tony. Nunca pensé que eso iba a ser tan difícil.

-Hola, Tony- saluda con ánimo, Bren- ¿Cómo va la milicia?

-Perfecto- responde Tony pareciendo un poco arrogante.

-Genial, me alegro por eso- responde Bren con una sonrisa que parece molestar a Tony- ¡Hola, pequeño invasor!

Bren se acerca a Tony y acaricia la cabeza de Matheo. No me pierdo que Theo trata de mirar a Bren cuando escucha su voz.

- ¿Te vas a quedar tú con Matheo? - le pregunta Bren a Tony.

-Si, ¿algún problema? - pregunta Tony, muy a la defensiva.

-Es tu hijo. Deberías pasar todo el tiempo posible con él. Matheo es un bebé maravilloso.

Sonrío porque Bren parece no darse cuenta de la manera hostil con que Tony lo está tratando y si se da cuenta lo ignora totalmente y se comporta como siempre lo ha hecho.

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