Dos meses. Dos meses desde que este hermoso ángel llegó a mi vida. Mi pequeño caos hoy cumple dos meses
Puede que sea un poco tonto e infantil que celebre cada vez que Theo cumple un mes más de vida, pero es que no puedo evitarlo. Lo amo demasiado y me encanta celebrar con él.
Ahora, Matheo está durmiendo en mi pecho porque se quedó así después de tomar leche. Lo acomodé mejor, obviamente, pero está durmiendo de esa forma y es genial sentir su pecho subir y bajar por la respiración profunda y constante que le da el sueño.
Son las ocho de la mañana y Bren ya debe estar en el instituto listo para dar el examen de geometría que tenía a primera hora.
Justo como si lo invocara, escucho que me llega un mensaje al teléfono celular y sonrío cuando efectivamente es de Bren.
"¡El invasor tiene dos meses! No puedo creer que ese enano esté más grande. Te prometo que saliendo de aquí voy a verlos. Los extraños: c. PD: Llevaré comida"
¿Comida? Bien, ese chico me conoce y sabe que no hay mejor forma de conquistarme que la comida.
Tomo mi celular y leo algunos mensajes, como los de Mack diciéndome que tiene una hora con la psicóloga de la universidad a la que está tratando de ir, pero que mañana se pasará a estar con Matheo y conmigo unos largos minutos. También le respondo un mensaje a Robbie donde me pide que le mande una foto de su sobrino y le saco una a Theo, obviamente sin flash.
Mi bebé se ve hermoso durmiendo. Creo que jamás me arrepentiré de haber traído a este niño a mi caótica vida. Lo amo demasiado.
- ¿Cassie? - escucho la voz de Phil desde la puerta y le sonrío para que entre- Hola, hija. Te traje el desayuno.
-Oh, muchas gracias, Phil. No era necesario.
- Tranquila, veo que tampoco te puedes mover mucho.
Río un poco, pero me doy cuenta de que Matheo se mueve mucho cuando lo hago y dejo de hacerlo para que pueda dormir tranquilo. Ya lleva así una media hora, pero a él le gusta mucho dormir.
Veo como Phil deja una bandeja en mi mesa de noche y me sonríe mientras acaricia con cariño a Theo en su cabeza.
-Tiene dos meses- me dice y yo asiento con emoción.
-Crece demasiado rápido.
- ¿Qué te dijo la doctora cuando lo llevaste a control médico? - pregunta realmente interesado.
-Está sano y creciendo como debería- le digo y me sonríe con orgullo- Su desarrollo es normal y que está perfecto.
-Es que tiene a una muy buena mamá- dice y yo me sonrojo.
Muchos me han dicho lo mismo. Bren se encarga de hacérmelo saber todos los días y viniendo de su parte siempre es importante para mí.
-Debo ir a la cafetería, pero cualquier cosa me llamas, ¿sí?
-Claro, tú también me avisas cualquier cosa.
Phil asiente y deja un beso suave en la cabeza de Matheo antes de salir de mi habitación. Me alegra estar viviendo aquí. Me da una tranquilidad que en casa de mamá nunca tuve. Ahora entiendo porque Robbie nunca iba a casa antes.
Siento mi celular sonar con el tono que significa que está llegando una llamada. Lo tomo antes de que Matheo se despierte y contesto sin ver quién es.
- ¿Diga? - pregunto en un susurro. No quiero que Matheo se despierte.
-Cassie- escucho la voz de Tony y miro el identificador de llamadas para darme cuenta de que de verdad es él- ¿Cómo están?
-Bien, ¿y tú? - pregunto acariciando la espalda de mi bebé.
-Algo atareado con el trabajo aquí, pero bien- me responde muy formal, como siempre- ¿Y Matheo?
-Justo ahora está durmiendo en mi pecho- le digo y escucho como ríe al otro lado de la línea.
-Hoy cumple dos meses.
-Lo sé, y se nota la diferencia.
-Me gustaría estar allí para verlo- dice con nostalgia y yo hago una mueca que yo no puedo ver- Hablando de eso, en tres semanas estaré allá de nuevo, pero por el mismo tiempo.
-Claro, no hay problema.
-Y después de eso podré volver para las vacaciones, en junio. Podré graduarme aquí y comenzar oficialmente mi carrera militar
-Eso es genial, ¿estarás todo el verano aquí?
-No, pero casi dos meses- responde y yo sonrío, eso es tiempo suficiente- Tengo que irme, dale un beso a Matheo de mi parte.
-Claro, nos vemos en tres semanas.
-Nos vemos en tres semanas, me mantienes al tanto- dice y luego corta.
Si, así son nuestras conversaciones y me gustan. Tratan solo de Theo y nos comportamos como los adultos maduros que somos.
Si, yo con dieciséis años me convertí en una adulta y todo porque quedé embarazada. Aun así, no me arrepiento. Ser mamá es una de las mejores experiencias que una mujer podría tener.
Siento como Matheo comienza a despertar y sonrío. Dudo que tenga hambre, pero ya se aburrió de dormir.
-Buenos días, hijo- le digo y él bosteza. Cosa que me casa mucha ternura-Si tienes tanto sueño, no despiertes.
Aun así, abre sus ojos y mira un punto entre mis sábanas. Supongo que le llama la atención las pequeñas donas que las adornan.
-Si, Bren tiene razón cuando dice que serás un niño que adora la comida- susurro y beso con cariño su cabeza.
Amo a este bebé.
...
A las cinco de la tarde escucho como tocan la puerta. Tomo a Matheo entre mis brazos ya que le estaba cambiando el pañal y con él en mis brazos le abro la puerta a un Bren muy sonriente que tiene una bolsa en la mano llena de galletas.
-Hay que celebrar los dos meses del invasor, ¿no crees?
-Yo creo que tú lees mis pensamientos- le respondo entre risas.
Bren se acerca a mí y besa mis labios con dulzura para después besar la cabeza de Matheo. Él trata de levantar su cabeza, pero le cuesta porque aún está muy pequeño. De todas formas, el que lo esté intentando es un muy buen indicio.
- ¿Tengo permitido tener en brazos a este campeón? - pregunta Bren y yo se lo entrego.
Bren sabe a la perfección como tomar en brazos a un bebé y me alegra que tenga tanto cuidado con su cabeza. Le da un beso en el estómago a Matheo haciendo que él sonría un poco.
Si, mi bebé ya sonríe. No puedo creer que esté sonriendo, pero lo hace y me encanta verlo cada vez que lo hace.
-No me canso de verlo sonreír- me dice Bren sentándose en el sillón con Matheo.
-Tampoco yo- respondo sentándome a su lado.
-Eso nunca va a pasar- me dice y nos miramos a los ojos. Su mirada me hace saber que está hablando muy en serio- Lo que siento por ti no es un amor de adolescentes, algo pasajero. Es algo muy real y genial que estoy dispuesto a pelear por seguir teniéndolo y sintiéndolo.
-A veces me cuesta saber si eres real- le digo haciéndolo reír.
-Entonces podrías besarme para comprobarlo.
-O podría golpearte y si te escucho quejarte es que eres real.
-Me gusta más la idea del beso- me responde él acercándose a mí y no puedo evitar mirar sus labios- Y no puedes negar que a ti también te gusta más esa idea porque ya me di cuenta de que estás mirando mis labios, mujer lujuriosa.
- ¿Qué puedo decir? Tus labios son algo dignos de besar.
-Mejor no perdamos el tiempo y ven a besarme.
Río un poco, pero la risa es interrumpida por los labios de Bren. Me acerco más a él para profundizar el beso. Sus manos van hacia mis caderas peligrosamente cerca de mi trasero, pero no pasa el límite y estoy muy segura de que no lo hará. Mis manos van detrás de su cabeza y me aferro a él, como nunca pensé que me aferraría a alguien.
Si estoy es amor, estoy jodidamente segura de que quiero esto por toda la vida.
...
Me despierto por el llanto de Matheo. Sé que ya es momento de levantarme, pero siento que un peso a mi lado lo hace antes que yo y me doy vuelta para ver que Bren está tomando a Matheo en sus brazos quien llora no de una manera desesperada lo que me hace saber que tanta hambre no tiene. Miro mi celular para ver la hora y me sorprende que ya sean las siete y media de la tarde.
-Creo que alguien tiene mucha hambre- me dice Bren pasándome a Matheo.
-Ven con mami, Theo- le digo a mi bebé y comienzo a alimentarlo.
Bren mira su celular mientras lo hago.
-Creo que nunca me había dado una siesta desde que Theo nació- le digo a Bren captando su atención- Gracias por cuidarlo.
-Hey, Matheo no duró mucho despierto- me dice y yo río- Si estabas tan cansada debiste haberme pedido ayuda antes, Cass.
-No creí que fuera tu responsabilidad- le respondo en un susurro.
-Eso no importa, Cassie- me dice sentándose a mi lado y mirándome directamente a los ojos- Tú estás cansada y necesitas ayuda. No puedes estar haciendo todo esto sola.
- ¿Y qué quieres que haga?
-Déjame ayudarte algunos días a la semana, en la noche- me dice y yo abro los ojos con sorpresa- Un par de días, quizá tres. De verdad que quiero ayudar, Cassie.
-No lo sé, Bren...
-Tienes que hablarlo con Tony y lo entiendo- me dice y yo vuelvo a sorprenderme porque no había pensado en eso- Solo dile la verdad. Que estás cansada y que necesitas un poco de ayuda en las noches. Si dice que no, lo entiendo, pero tienes que intentarlo.
-Lo haré.
-Y pronto porque justo ahora estás a punto de quedarte dormida de nuevo- dice y acaricia mi cabello.
Puede que Bren tenga razón, pero aun así me da un poco de vergüenza pedirle ayuda. Que cualquiera me ayuda. Y ahora no sé cómo Tony podría tomarlo.
Lo mejor es que yo siga haciendo las cosas sola.
¿O no?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pequeño caos (COMPLETO)