Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 53

A veces me cuesta creer por todo lo que he pasado el último año. Es como si me despertara y creyera que todo fue un sueño, nada más que un extraño y muy realista sueño, pero después veo que no estoy en la habitación en la que solía dormir. No escucho la cafetera de mi mamá sonar porque ella siempre olvida apagarla. No veo la marca de aceite del techo que Robbie y yo hicimos cuando éramos unos niños.

No me siento la misma de antes.

Luego, me doy cuenta de que hay una pequeña cuna a mi lado y que dentro está el ser humano más importante de mi vida. A veces lo encuentro despierto, otras están durmiendo y muchas veces él me despierta porque tiene hambre.

Hoy es uno de esos días en que Matheo solo está despierto. Mi bebé de cuatro meses está despierto y trata de llevarse el pie a la boca, pero no puede hacerlo, aunque está muy cerca.

Tomo a Matheo de su cuna y me recuesto en la cama con él. Hace un año, él ya estaba dentro de mí, pero yo no lo sabía. Hace un año, Matheo Alexander ya había invadido mi cuerpo y mi vida. Jamás pensé que iba a ser tan feliz teniendo a mi pequeño caos a mi lado.

Hace un año yo era una chica cualquiera de quince años. Vivía con mi mamá y no teníamos una buena relación. Era rebelde y salía cuando quería a donde yo quisiera y no me importaba que a ella no le gustara. Tenía a mi mejor amigo y habíamos cometido un error, un gran error, pero intentábamos seguir con nuestra amistad. Añoraba a un chico de lejos y cuando se acercaba a mí solo éramos unos buenos amigos, pero yo siempre soñé con que fuéramos más que eso. Hoy, mi mejor amigo ya no lo es, pero tenemos un hijo en común y el chico al que siempre quise por fin es mi novio.

Las cosas cambian y no podemos detener el curso de las cosas. Lo principal es nunca perder el ritmo y seguir la corriente, sin importar donde nos lleva.

Mi hijo hace un puchero con sus labios de pronto y sé que va a comenzar a llorar. Debe tener un poco de hambre porque no ha comido desde hace un rato. Antes de que se ponga a llorar, comienzo a alimentarlo y eso parece hacerlo más que feliz. Me impresiona lo fácil que es hacer feliz a un bebé de cuatro meses.

Después de que Matheo come, le doy un pequeño baño y lo cambio de ropa. Cuando ya está más que limpio, dejo a mi hijo mirando su móvil de animales que tanto le gusta. Una sonrisa se forma en sus labios cuando se da cuenta donde está y que tiene sobre él.

-Eres muy feliz con los animales, ¿verdad, Theo? - pregunto, pero ni mi voz puede hacer que Matheo quite la atención de ese móvil.

Sonrío porque mi hijo está enorme. Bien, su peso y tamaño son normales, pero el tiempo ha pasado muy rápido y me cuesta creer que él ya tenga cuatro meses.

Me gustaría tener a Bren ahora a mi lado, pero él está en clases ahora. Ya aprobó todas sus clases y en algunas le fue realmente bien. Tiene que seguir yendo porque hacen esas prácticas extrañas para la graduación que es en una semana. Me gustaría estar graduándome con Bren y Mack, pero cada cosa a su tiempo y el mío no ha llegado.

Escucho que suena el timbre de la casa y tomo a Matheo para ir a abrir. Él no parece muy feliz de que haya dejado de ver su móvil. Hace un ruido como de bebé cabreado que me hace reír.

-No seas un bebé malo, solo iremos a abrir la puerta, ¿sí?

Matheo me queda mirando y se acurruca un poco hacia mí. Llego hasta la puerta, la abro y me encuentro con una pelirroja con algunas pecas en sus mejillas que me mira feliz y con una sonrisa en su cara.

Bianca y yo nos hemos hecho buenas amigas. Ella no ha tenido una vida fácil, al igual que yo, pero eso nos ha unido y podemos decir que seguimos adelante a pesar de todo. Tiene que trabajar para costear sus estudios y sus padres ni en un millón de años ganarían el premio a los padres del año, pero al menos ella si conoce a su papá.

Dejo que Bianca entre a casa y me río cuando le hace caras graciosas a Theo, haciendo que mi hijo ría como un bebé muy feliz.

-Hola, Cass- me saluda Bianca.

-Hola, Bi- le respondo.

-Tu bebé está cada día más hermoso- dice mi amiga haciéndole caras graciosas a Theo.

-Y cada día más grande- comento entre risas- Si sigue ganando tanto peso creo que ya no voy a poder tenerlo en brazos mucho más tiempo.

-Entonces, dámelo que yo lo quiero tener.

Entre risas, le entrego a mi hijo a Bianca y ella lo recibe en brazos con gusto. Theo parece un poco desconfiado y receloso de estar en brazos de alguien que no conoce bien, pero luego Bianca comienza a hacerle caras graciosas nuevamente y se gana una linda risa por parte de mi hijo.

Nos sentamos en el sillón del salón y creo que mi hijo ya olvidó por completo su móvil de animales mientras ve el collar de flores que tiene Bianca puesto hoy.

- ¿Cómo van las cosas con Phil? - le pregunto a Bianca.

-Ordenamos los helados y las máquinas de helados ahora así que creo que todo va perfecto- responde mi amiga animada- y podemos hacer todo con mucha calma porque Phil dijo que de todas formas va a estar cerrado todo el día.

-Suele hacer eso cuando se cambia de estación.

-Lo sé, ¿no es genial?

-De lo más genial del mundo- respondo entre risas con Bianca.

Veo como Bianca abraza a mi bebé y sonrío. Parece que mi hijo ha venido a entregar mucho amor y sonrisas a las personas que nos rodean. Me gusta eso y espero que siempre sea así. A todos les gusta tener en su vida a alguien que les alegre el día pasen por lo que estén pasando.

Es que es imposible no amar a Theo cuando uno lo conoce. Para ser solo un bebé de cuatro meses tiene mucha personalidad y es amigable. No suele llorar mucho ni siquiera cuando lo toma en brazos alguien a quien él no conoce. Incluso, les da una sonrisa como la que le está dando ahora a Bianca.

- ¿Y Bren? - me pregunta mi amiga.

-En clases- le respondo con una sonrisa.

-Hablando de eso, ¿cómo va el estudio?

-No tengo mucho tiempo para estudiar- respondo haciendo una mueca- Solo puedo hacerlo cuando Bren viene y las noches en que se queda conmigo y Theo.

-Bren es un amor- dice Bianca con una sonrisa- Se ve que te quiere de verdad.

- ¿De verdad lo crees?

- ¿Bromeas? Hasta un ciego se daría cuenta que ustedes dos son perfectos el uno para el otro.

Río un poco y me sonrojo. Jamás había tenido una relación tan seria como la que tengo con Bren y que me digan esas cosas hace que me dé cuenta de que he tomado la decisión correcta al permitirme estar con el chico al que amo.

- ¿El papá de Matheo no está en contra de tú y Bren? - pregunta Bianca siendo una chica muy curiosa.

-Al principio parecía un poco receloso, pero sé que él confía en Bren y en mí tomando una buena decisión que no pone en peligro a nuestro hijo.

-Eso es muy maduro por parte de ambos.

-Cuando uno tiene un hijo madura lo quiera o no.

Con Bianca escuchamos que la puerta suena. Frunzo el ceño porque a la única persona a la que estaba esperando era a Bianca. Me levanto del sillón y camino hasta la puerta donde la abro y me encuentro con una agradable sorpresa.

Tony está allí parado con su uniforme de militar puesto y me mira con una sonrisa en la cara.

- ¡Tony! - exclamo emocionada.

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