En el Grupo Santángel.
Después de informar sobre su trabajo, Vicente dijo, -Presidente, si no hay otro asunto, me voy ahora.
-Espera- lo llamó Édgar, quien se detuvo unos segundos antes de levantar la cabeza y dijo a la ligera-¿Doria se ha traslado acá?
-Aún no…
Édgar dejó el bolígrafo y dijo infeliz, -¿Qué está haciendo todavía?
Vicente respondió, -La señora fue a la prisión de la Ciudad Sur esta mañana, recibió las cenizas de su padre y fue al cementerio por la tarde. Por el momento debe estar en el camino de regreso.
Al escuchar eso, Édgar solo se burló en voz baja, no dijo nada más que, -Afuera.
Doria en realidad era indiferente con él que desperdició sus sentimientos en los asuntos tan inútil.
En este momento, sonó el teléfono de Édgar. Era Alex.
Tan pronto como se conectó el teléfono, Alex dijo, -¿He oído hablado de que has regresado a La Ciudad Sur?
-Sí.
-No esperaba que este proyecto fuera tan complicado. Te tomó tanto tiempo resolverlo.
Édgar dijo fríamente, -¿Por qué dices esto?
Alex se rió un momento, -Es que estoy preocupado por ti. ¿Puedo preguntarte qué estás pensando? Ahora la lucha dentro de la familia Santángel está en pleno apogeo. ¿Por qué comienzas el proyecto de la Calle Puente que no es nada importante para el grupo? Durante este período, tu padre debe estar muy alegre.
-Si no lo dejo sentir que él pueda aprovechar esta oportunidad para recobrar mi poder y así que deja de competir conmigo, entonces, este juego no será nada interesante.- El tono de Édgar no era frío ni emocionante, -Además, el proyecto de la Calle Puente es un proyecto más importante del Grupo Santángel en el fin de este año. ¿Quién dice que es prescindible?
-Vale, vale. Eres el jefe. Mira, ¿por qué no salimos a tomar una copa esta noche?
Édgar echó una mirada sobre la pila de documentos frente a sus ojos, y sus delgados labios presionaron ligeramente, -No tengo tiempo.
Alex no sabía cómo responder.
Él era realmente un hombre que no quería admitir sus pensamientos.
Después de colgar el teléfono, Édgar miró su teléfono celular por un momento y marcó el número de Doria.
Por otro lado, Doria acababa de llegar a casa. Antes de sentarse en el sofá, vio que sonaba el teléfono.
Ella conectó lentamente, -Presidente, ¿hay algo más?
El tono de Édgar era frío e indiferente, -Doria, debes saber que la familia Santángel me está vigilando rigurosamente ahora.
-Sí, sé un poco.
También había leído los periódicos financieros que había comprado Roxana. Tal vez Édgar se estaba volviendo cada vez más difícil de controlar. Ya era obvio que su padre quería dividir su poder y ni siquiera ocultó sus intenciones.
De lo contrario, no reuniría a Abraham y Aitana.
-Entonces, ¿por qué no das prisa?
Doria se quedó sin palabras.
Édgar volvió a decir, -Ya te dije que será inútil rogarme si te descubran afuera.
-Gracias por recordarme. Ahora mismo empaco mis cosas.
-Empaca y luego quédate en casa. Dejaré que Vicente te recoja.
-Bueno.
Después de colgar el teléfono, Doria sacó la maleta de ayer y puso los artículos de tocador uno por uno.
Después de casi media hora, Doria recibió una llamada de Vicente.
Antes de irse, vio la bolsa de papel colocada en la puerta, que contenía fotos y relojes de bolsillo encontrados en el lugar de su padre.
Todavía la quedaban cinco meses para que dar luz al niño. Durante este período, si se le ocurría una manera de irse sin que nadie lo supiera.
Había excepciones para todo.
Solo necesitaba esperar tranquilamente una oportunidad.
Cuando Doria se fue, no se llevó muchas cosas. Esta vez que regresó, se llevó incluso menos cosas consigo. Después de un breve arreglo, Doria comenzó a tomar una siesta.
Mientras dormía, le pareció vagamente escuchar una gran explosión. Luego hubo un incendio terrible y una voz fue desgarradora que estaba llamando a papá.
Poco a poco, Doria se dio cuenta de que el sonido provenía de su boca. Quería correr hacia las llamas, pero alguien la sostenía con fuerza.
Luego, el cielo fue devorado por el fuego y la ola de calor abrasador fue como un pinchazo de aguja, envolviendo a la gente con fuerza.
Doria se despertó y de repente se sentó en la cama.
Miró el cielo sombrío afuera, y luego se dio cuenta de que todo fue solo un sueño.
En ese momento, la voz de la sirvienta llegó desde afuera, -Señora, la cena está lista.
Doria se humedeció los labios secos, -Ahora me voy.
Después de ir al baño a lavarse la cara con agua fría, su respiración ondulante se calmó poco a poco.
Doria se paró frente al espejo por un rato antes de salir de la habitación.
Esta pesadilla no vino por ningún motivo. Debería estar relacionada con la foto que vio este mismo día.
Doria volvió a sacar la foto. Aunque la miró fijamente, no podía encontrar ninguna memoria perdida en la mente ni tampoco podía recordar la cara del hombre desaparecido en la foto.
Volvió a coger el reloj de bolsillo que tenía a su lado, pero todavía no podía encontrar ningún recuerdo relacionado.
A juzgar por estas fotos y el diario de Armando, cuando su madre se casó con él, debería llevarla junto. Pero ¿qué pasó en el medio? ¿Por qué no recordaba lo que pasó cuando era niña? ¿Podría ser por la explosión del sueño?
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO
Quiero el finall...