Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 122

En la editorial de Joyería SG.

Los personales encargados de llevar las joyas a la cena benéfica acababan de irse, y Alba salió de la esquina y marcó un número del teléfono, dijo, -Ya se han ido.

En el otro lado del teléfono, un hombre contestó, -Entendido.

Alba añadió, -Recuerda lo que te dije, asegúrate de hacerlo antes de que ellos entren en la sala de exposición de joyas o te descubrirán fácilmente.

Hubo un silencio en el otro lado del teléfono y el hombre dijo, -Alba, ¿de verdad quieres hacer esto?

Las palabras tocaron el corazón de Alba y esta se rio con sarcasmo, -¿Crees que quiero hacer esto? Hace tres años puse todos mis esfuerzos en ese concurso de diseño, pero ¿por qué sólo conseguí el segundo puesto? Debería ser yo quien iba a París, y al final resultó que me había dado esta oportunidad porque ella no la quería.

Alba se tomó un respiro y dijo, -¿Qué hay de malo en que haga desaparecer a la gente que se interpone en mi camino? Sin ella, mis sueños y ambiciones pueden hacerse realidad, y no quiero llevar una vida en la que me desprecien y me miren por encima del hombro en todas partes. José, me ayudarás, ¿verdad?

-Alba, si esto sea descubierto por los demás, yo asumiré toda la responsabilidad, no te va a pasar nada.

Alba dijo, -José, haz lo que te digo y nadie se enterará.

Tras colgar el teléfono, Alba apretó los puños y se marchó.

¡Esta vez tenía que expulsar a Doria del mundo de diseñadores!

***

En la cafetería.

Ismael le sirvió a Doria un vaso de leche, se sentó frente a ella y le preguntó, -¿Por qué has venido a verme?

Doria tomó un sorbo de leche y le contestó, -Hoy estoy libre, no tengo muchas cosas que hacer.

Ismael se quedó en silencio antes de hablar, -Me ha dicho Claudia que esta noche tienes una cena benéfica.

Doria no esperaba que Claudia se lo hubiera contado a Ismael tan rápido.

Se sonrío y dijo, -No me voy a ir.

-¿Es porque Edgar también asistirá? ¿No quieres verlo?

Doria replicó, -Qué va, no tiene nada que ver con él, sólo que yo…

Doria no sabía cómo explicárselo, así que decidió cambiar el tema y miró a las chicas que echaban miradas furtivas a su mesa, -Mira que hay muchas chicas que les gustas, no sientes nada por ninguna, ¿eh?

Ismael dijo a la ligera, -No tengo intención de enamorarme.

-¿Por qué? Con la edad que tienes ahora, es un buen momento para tener una relación, qué pena no hacerlo.

-Entonces por qué no lo hiciste entonces.

Doria se quedó sin palabras.

Este muchacho había dado en el clavo.

Después de un buen rato, Doria dijo, -Estaba ocupada con el estudio y el trabajo, y aunque no tenía novio, era maravilloso tener a alguien que me gustaba.

-Pero él se ha comprometido con otra mujer y al final vosotros los dos no terminasteis juntos, ¿qué tiene eso de maravilloso?

Doria no dijo nada más y tomó su leche en silencio.

Después de unos minutos, Ismael añadió, -¿Quieres buscar a ese hombre?

Doria se quedó perpleja y preguntó, -¿Quién?

Ismael frunció los labios, -El hombre en la foto.

-Ismael…

Al escuchar esto, Ismael desvió la mirada y se recostó en su silla, relajado y dijo, -No tienes que tener en cuenta mis sentimientos, me da igual, de todas formas, como tú decías, al menos tenemos la misma madre, en cuanto al padre, me da igual quien sea.

-Tu familia tiene buenos genes, eres muy guapa e Ismael también es muy guapo, ¡qué envidia!

Después de salir de la cafetería, Doria se sintió mejor.

Si hubiera sido una adolescente, al menos habría podido hacer lo que quisiera sin miedo y sin que le faltara valor para volver a empezar.

Doria no cogió el taxi y caminaba lentamente por la calle, de todas manearas no tenía nada que hacer cuando volviera a casa.

Antes de darse cuenta, estaba debajo del hotel donde se celebraba la cena benéfica.

Era una gran oportunidad y un honor para cualquier nuevo diseñador poder presentar su obra en una cena benéfica tan grande.

Como Doria no podía asistir a la cena benéfica, a ella le gustaría quedarse debajo del hotel para observar este gran evento.

Doria encontró una tienda que estaba enfrente del hotel y se había sentado dentro, y recibió una llamada de Claudia, -Doria, ¿has ido a la cena benéfica?

-Al final no, he tenido algo que hacer -Doria hizo una pausa, pensando que el tono de Claudia no sonaba como si estuviera simplemente preguntando, y preguntó, -¿Qué pasa?

-Jajaja, nada, sólo por preguntar, es mejor que no hayas asistido. Vengo a por ti, ¿dónde estás?

A través de la ventana de la tienda, Doria miró al hotel que estaba enfrente. -He ido a ver a Ismael y ahora estoy debajo del hotel, me quedo un rato por aquí y me vuelvo a casa.

-¿Hotel? ¿Qué hotel? ¿El hotel donde se celebra la cena benéfica?

-Sí.

Claudia se quedó sin palabras por un momento, mirando la foto que le había enviado su amigo fotógrafo, y de repente sintió un ligero dolor de cabeza.

En la foto aparecía la espalda de una mujer que lo tomó del brazo a Édgar en la cena benéfica.

Se retractó de lo que había dicho antes, Édgar era un cabrón, ¡era un cabrón insaciable!

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