Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 121

-Achís.

No se sabía cuántos estornudos lanzó Doria hoy, se frotó la nariz y tomó un sorbo del vaso de agua que tenía al lado.

Claudia dijo, -Doria, la temperatura ha bajado recientemente, abrígate bien, no te resfríes.

Doria asintió con la cabeza, -Continúa lo que estabas diciendo.

-¿Dónde me he quedado? Vale, ya me acuerdo, decía que Camelo ha sido despedido por la empresa, y luego todo el mundo se ha enterado de su escándalo, ahora ninguna empresa lo quiere contratar. Te cuento, por suerte me he mudado a tu casa, ahora él me espera debajo de mi casa todos los días, he pedido al portero que llame directamente a la policía.

-Es mejor que te mantengas alejado de él estos días, ahora a él no le queda nada, es probable que caiga en los extremos.

-Ya lo sé, no te preocupes -Claudia mordió una pieza de la tarta y añadió, -Por cierto, ¿qué tal te llevas con el gerente Édgar estos días?

Doria guardó silencio un momento.

Y dijo, -¿Por qué has cambiado la actitud hacia él tan rápido? No hace mucho tiempo que lo llamabas cabrón.

Claudia esbozó una sonrisa, -Por supuesto que tengo que ser agradecida, el gerente Édgar me ha hecho un favor tan grande, y cómo voy a sentirme bien si vuelvo a insultarle a las espaldas. He descubierto que no es tan cabrón como pensábamos, en realidad es bastante amable contigo.

Doria no quería hablar nada sobre esto.

Claudia continuó, -Mira lo que pasó con Amaya la última vez, en realidad le malinterpretamos, él hizo todas esas cosas por ti, ¿no crees que es muy dulce? Y él…

A Doria se le puso la piel de gallina al escuchar las palabras de Claudia, y rápidamente la interrumpió, -Para, para, no sigas más.

Doria no veía mucho a Édgar, y después de esa noche, aunque de vez en cuando se cruzaba con él en el desayuno, apenas hablaba con él.

Ese estado a Doria le parecía mejor.

Claudia replicó, -Vale.

Pero rápidamente pasó al siguiente tema, -¿Qué vas a hacer con la cena benéfica de mañana? Ya que la organiza la familia Valerio, y seguro que Abraham estará por allí, y como ahora está comprometido, ¿te sentirás incómoda cuando te encuentres con él?

-No, lo hemos dejado claro.

Habían dejado todo claro aquella noche en la casa de la familia Santángel.

Doria no estaba tan preocupada por eso, pero…

Lo que Doria temía era encontrarse con alguien conocido en la cena benéfica de mañana.

No temía encontrarse con los demás, ya que el tiempo se estaba volviendo más frío, por lo que ella podía ponerse más ropa y nadie se fijaría en su vientre.

Lo que realmente le preocupaba era encontrarse con la loca Aitana.

Aitana era el tipo de persona que regañaría al otro con el que se encontrara por la calle, aunque no la hubiera provocado.

Doria no le tenía miedo, ella temía que si Aitana se enterara de que ella estaba embarazada, lo sabría toda la familia Santángel.

Pero David ya había organizado todo y ella debía asistir a la cena.

Cuando volvió a la casa, Doria no subió al dormitorio, sino que calentó un vaso de leche en el salón y se lo bebió mientras esperaba a Édgar.

Eran casi las once cuando Édgar apareció en el salón.

Doria se levantó, -Gerente Édgar…

Édgar la miró con indiferencia y preguntó con intención, -¿Nos conocemos?

Doria se quedó sin palabras y pensaba que el cabrón empezó a ser irónico de nuevo.

Doria sabía que estaba siendo sarcástico porque no le había hablado estos días, pero si él tampoco quería hablar con ella.

Doria dijo en voz baja, -Hay algo que quiero hablar con usted.

Édgar se sentó en el sofá, sus finos labios se movieron ligeramente mientras dijo una palabra con frialdad, -Dilo.

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