La boda se celebró en Irlanda y, como había dicho Hermer, Leila no tuvo que preocuparse de casi nada, fue básicamente Ismael quien se encargó de toda la planificación.
Sólo hizo dos viajes a Italia para probarse vestidos.
El diseñador que diseñó su vestido fue el mismo que había trabajado en la boda de Doria.
Todas las joyas de la boda eran del Estudio Estrella, diseñadas por la propia Doria.
Todo el lugar de la boda era muy irlandés y romántico, y la arquitectura que lo rodeaba era como estar en un cuento de hadas.
El lugar de la ceremonia estaba cubierto de rosas Juliette, símbolo del amor puro y sincero.
La boda, sin embargo, no estuvo abierta al público.
El reportero recibió la noticia de alguna parte y recorrió el recinto con dos días de antelación para intentar obtener una imagen lo más nítida posible.
Todos sabían que la boda de un recién llegado a un centro comercial y una reina del cine estaba siendo observada por todas las miradas, no sólo de toda Europa, sino incluso de los medios de comunicación de todo el mundo.
Cualquiera que pudiera conseguir una foto de la escena de la boda podría hacer una fortuna.
Aun así, el día de la boda, se pidió a los periodistas que se marcharan y el personal los llevó a las salas preparadas para el descanso y cada uno recibió regalos de acompañamiento muy caros y también se preparó un buen almuerzo.
Para colmo, el personal les dijo que podían visitar el lugar cuando terminara la boda y llevarse también las rosas Juliette.
Los periodistas que se habían mostrado descontentos por ello cerraron la boca.
En todos sus años de profesión, nunca habían visto una boda tan generosa.
Les habían tratado con cortesía, así que ellos también debían serlo.
Era mejor no ofender al Grupo Santángel.
Ya conocían el carácter y el temperamento de Édgar Santángel.
Mientras los periodistas bebían el Louis XIII más caro y almorzaban, la boda en la arena daba comienzo.
Leila, cogida de la mano de Ruiz Alguacil, subió paso a paso por la alfombra cubierta de flores.
En el escenario se sentaron todas las caras conocidas, Doria, Édgar, Claudia, Daniel, Ning, Boris, Johanna, Hermer, William, Rosalina…
Muchos, muchos más.
Ismael le cogió la mano y le puso suavemente el anillo en el dedo:
—A partir de hoy, legal y nominalmente, eres mi esposa y pasaré el resto de mi vida amándote, protegiéndote y siéndote fiel para siempre.
Leila sonrió y rió, y las lágrimas le corrieron por la cara.
El niño que una vez había buscado a su hermana se había convertido en su marido.
Si pudiera retroceder en el tiempo hasta ese día, diez años atrás, habría tomado la misma decisión.
Mientras tanto, el Grupo Daria envió un tuit.
Todos los amantes de Leila, fans o no, pueden ir a cualquier floristería y recoger una rosa Julieta, ya sea para un ser querido o para ellos mismos.
Espero que todos, en todas partes, se encuentren con sus sentimientos puros y verdaderos.
Esto fue una sorpresa de Ismael para todos.
Se bajó el telón de esta boda tan esperada, con la bendición de todos.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO
Quiero el finall...