Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 152

En la familia Santángel.

Dese que lo detuvieron en la puerta del hospital, Saúl estaba todo el rato preocupado, envió a mucha gente para investigar el caso. Pero no recibió ninguna respuesta.

Por la noche, por fin recibió una noticia. Saúl vio que su ayudante entró con prisas y preguntó, -¿Cuál es la situación ahora?

El ayunte contestó, -La Señorita Doria ya se ha despertado, pero aquel bebé…

Su gran preocupación era justamente eso, agarró fuerte su bastón y dijo, -¿Qué le ha pasado al bebé? ¡Habla!

-Lo ha perdido.

-¡¿Qué?!

El ayudante continuó, -La Señorita Doria cuando llegó al hospital había sangrado mucho, entre el bebé y ella, solo podían salvar a una persona, Édgar había elegido la señora.

La cara de Saúl se volvió sombría y gritó, -¡Vaya inútil!

Después de expresar el enfado, recordó algo de repente y preguntó en voz baja, -¿Lo has comprobado? ¿El bebé de verdad se ha perdido? Siete meses… Con siete meses el feto ya está formado, ¿de verdad no han podido salvarlo?

El ayudante asintió con la cabeza, -No tenía señales de vida cuando partió. No se pudo salvar.

Saúl con el bastón suspiró profundamente y sacudió la mano, -Da igual, puedes marcharte.

Cuando el ayudante se marchó, Agustina bajó de las escaleras y dijo en tono despreocupante, -¿Doria se ha despertado?

Saúl la miró y se sentó en el sofá, su expresión mostraba descontento, -¿Has sido tú, verdad?

Agustina sonrió suavemente, tampoco lo negó, se sentó en frente y dijo, -¿Tienes pruebas?

-¿Qué quieres hacer? Tú sabías lo importante que era ese niño, además… -Saúl agravó su voz-. ¿Crees que Édgar no va a saber que has sido tú? ¿Por qué quieres armarla tanto caos?

La sonrisa en los labios poco a poco desaparecía, -¿Soy yo quien quiere armar el caos? Édgar se va a casar con Briana, ¿para qué iba a dejar un bastardo de fuera? ¿A caso quieres que aparezca el segundo Édagar y vuelva para repartir la herencia?

Saúl dijo impacientemente, -Ya ha pasado mucho tiempo, por qué no lo dejas en paz, además, ya he dejado entrar a Aitana a la familia como tú querías, ¿aún no te vale con eso? Además, el accidente de Israel no tiene nada que ver con Édgar, ¡no entiendo por qué tienes que echarle todas las culpas a él!

-Él ha quitado todo lo que mi hijo debería de tener. ¿Acaso no puedo ni culparlo?

-Pero Israel tuvo un accidente, yo tampoco puedo hacer nada, la familia Santángel al fin y al cabo necesita un heredero.

Agustina hizo muecas, -¿Acaso sabes con anticipación el día del accidente de Israel para tener un bastardo?

Saúl no contestó, pero tenía muy mala cara.

Agustina continuó, -Qué más da que Édgar se entere, para mantener su ocupación y su prestigio, ¿qué crees que me hará? Las noticias de antes, solo era una pequeña lección para este bastardo.

-Ahora tiene compromiso con la familia Collazo, me temo que en el futuro será más difícil de controlar.

La expresión de Agustina era sarcástica, -Aunque no se juntara con la familia Collazo, tú tampoco puedes hacer nada con él.

Agustina había terminado, cuando se levantó para marcharse, vio a Israel, que no sabía cuándo estaba ahí, su expresión cambió un poco, -Israel…

La sonrisa de Israel era leve, -He venido porque he escuchado que estáis hablando de Doria, pero ya que está bien, entonces estoy tranquilo.

Acabó de hablar y se fue con la silla de ruedas.

***

Cuando Claudia volvió, vio a Doria sentada en la cama mirando hacia fuera de la ventana.

Se acercó y dijo, -Doria.

Doria la miró y sonrió suavemente, -¿Qué tal?

-El doctor ha dicho que mientras aguante esta noche y pase la fase peligrosa, entonces estará bien.

Doria asintió con la cabeza y dijo dentro de un rato, -¿Alba sigue en la comisaría?

-La policía dice que no hay suficientes pruebas, y la han dejado en libertad, pero han limitado su área de actividad.

-Claudia, déjame un momento tu móvil.

Claudia se lo dio y frunció el ceño, -¿Quieres llamar a Alba para que venga a visitar a José? Pero creo que no vendrá, ya que en la comisaría no ha querido admitir de ninguna manera que esto tiene que ver con ella.

Doria dijo, -Decírselo es asunto mío, que venga o no, es asunto suyo.

Al fin y al cabo, esta vez José le había salvado, y en cuanto a todo lo de antes, ya no quería tenerlo en cuneta.

Doria marcó su número, cuando cogió la llamada, en el otro lado sonó una voz muy impaciente, -Ya te he dicho que esto no tiene nada que ver conmigo, Claudia, ¡déjame en paz!

-Soy yo -la voz de Doria sonaba muy baja.

Alba no se esperaba que fuera ella, se asombró un poco y dijo alertamente, -¿Qué quieres hacer?

Doria contestó, -Solo quiero decirte que José está muy herido, ahora está en el hospital, ven a verlo.

En el otro lado de la llamada hubo un pequeño silencio y se escuchó, -No entiendo qué estás diciendo, tampoco conozco a esa persona.

-Haz lo que quieras. Él ya lo ha dicho, ha dicho que todo esto lo ha hecho él, y ahora está así por mi culpa, de modo que ya no voy a tener en cuenta todo aquello.

En el otro lado, Alba no habló, colgó directamente la llamada.

Claudia dijo, -Ves, te lo he dicho. Alba, tras haber estado unos años estudiando en el extranjero, se ha vuelto muy altiva y arrogante.

Doria le devolvió el móvil, sonrió sin contestar.

Claudia añadió, -¿Quieres llamar a Ismael? Él no sabe lo que te ha pasado, pero también está bastante preocupado.

-No, no quiero que esté preocupado por mí.

Aunque le llamara ahora, no sabría qué decirle.

Claudia suspiró y dio pequeñas palmaditas sobre el hombro de Doria, -Doria, lo pasado ya está pasado.

Eso era lo único que podía decir, todo lo demás no servía para nada.

-Si, ya pasó todo.

“Ahora ya no tengo el bebé, el único hilo de conexión con Édgar ha desaparecido, ahora podré por fin vivir felizmente.” pensó ella.

Claudia preguntó, -¿Qué tienes pensado para más adelante? ¿Vas a volver a la editorial de Joyería SG?

Ella sacudió la cabeza y dijo, -No.

Solo quería buscar un sitio donde no hubiera nada, y vivir tranquilamente, alejada de los males.

Claudia pensó y dijo, -Vamos de viaje al extranjero para relajarnos un poco, ¿vale? Últimamente han pasado demasiadas cosas malas.

Claudia se animó, incluso empezó a organizar el viaje.

Doria estaba sentada a su lado, escuchando silenciosamente. Se veía solo su sonrisa leve, no se podía saber su emoción.

Por la noche, Claudia se acurrucó en el sofá, -Doria, voy a dormir, descansa pronto, buenas noches.

-Buenas noches.

La luz de la habitación se apagó, y solo quedó una inmensa oscuridad.

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