Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 174

Cuando escuchó las palabras de Édgar Santángel, Aitana Santángel se asustó mucho hasta que sentía que su cuerpo estaba congelado, volvió la cabeza tiesamente, parecía que se quedó rígida su lengua, y no pudo hablar ni una palabra.

En este momento, vino la voz de Agustina Secada en la escalera, -Fue asunto de tres años antes, ¿tiene significado de hablarlo ahora?

Aitana asintió con la cabeza con fuerza porque estaba de acuerdo con sus palabras.

Édgar miró a Agustina y sonrió fríamente, -Yo soy vengativo. No importa que sea un asunto de tres años antes o de treinta años antes, voy a vengar de toda forma.

Agustina dijo, -¿Tienes prueba?

Édgar dijo después de sonreír irónicamente unos segundos, -Bien.

Él se volvió a ordenar, -Desde ahora, una vez que veáis a Aitana salir de la casa de familia Santángel, no importa a dónde vaya, no necesitáis avisarme, romped sus piernas.

Aitana se quedó atónita, y trataba de luchar, -Tía…

Édgar volvió la cabeza a mirar a Agustina, -Voy a buscarte la prueba. No dejaré ninguna persona involucrada escape.

Después de escuchar esto, la expresión de Agustina no cambiaba, pero la mano empuñaba el pasamanos.

Édgar no la miró más y salió.

Después de que Édgar despareció en su vista, Saúl Santángel se sentó en la sofá con su bastón en la mano, y preguntó seriamente, -Aitana, dime la verdad, ¿qué pasó?

***

En el coche negro Rolls-Royce.

Vicente Laguna lo preguntó, -Señor Édgar, ha pasado tres años, Señora Agustina ya destruyó las pruebas, posiblemente no encontramos nada…

Édgar no se sorprendió por esta respuesta, y solo dijo, -Si no puedes encontrar las pruebas de tres años antes, pues buscas las pruebas del asunto más cercano.

-Usted se refiere al accidente de la señorita Doria?

Desde el inicio, todos sabían que Agustina lo hizo, pero el problema era que ellos no tenían pruebas fehacientes.

Dijo Édgar, -Quizás los subordinados de Agustina no se murieron todos, sigue buscarlos.

-De acuerdo.

Después de un rato, Édgar dijo, -Vigila a Aitana, quizás podemos encontrar oportunidades de derrotar a Agustina por ella.

Vicente preguntó cuidadosamente, -Entonces si la señorita Aitana salga de la casa Santángel, ¿de verdad debemos…?

-¿Te parece que estoy bromeando?

Vicente se puso en serio, -De acuerdo.

Édgar se bajó la ventana del coche, y preguntó con inquietud, -¿Últimamente Stefano y Doria llevan muy bien?

-¿Eh?…ahora voy a investigar.

-No es necesario -dijo Édgar-. Vamos al estudio.

Vicente no sabía qué podía decir, y dio un tos, -Señor Édgar, ahora el estudio debe está cerrado.

Édgar frunció el ceño, -Pues vamos a su casa.

-Si vamos a su casa directamente, ella va a enojarse…

Ahora el rostro de Édgar ya estaba mal, -¿Entonces qué hacemos?

Vicente pensó un rato, y le surgió una idea, -Podemos usar la excusa de preguntar cómo está la joya que reservó antes.

-Si insisto a preguntarla, ella va a enojarse más.

Entonces esta excusa no servía para nada.

Vicente seguía pensar un rato, -Señor Édgar, ¿quiere ver señorita Doria ahora?

Édgar levantó la vista, lo miró sin expresión.

Vicente explicó, -Quiero decir que, ahora ya es muy tarde, quizás señorita Doria ya durmió, es mejor que mañana busquemos una excusa mejor…

Édgar no habló nada.

Cuando Vicente pensaba que podía relajarse un poco, escuchó que dijo el hombre, -Dame tu móvil.

En otro lado.

Doria acababa de terminar su dibujo de diseño, y vio que estaba brillando la pantalla de su móvil.

En la pantalla mostraba un número desconocido.

Doria movió la cabeza para relajar su cuello, se levantó y caminó al balcón para descansar y respirar, -Hola, ¿quién?

-Soy yo.

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