Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 284

Doria estuvo un poco avergonzada por él y su cara se sonrojó, —No soy una niña, no hace falta que me acompañes.

Y ella dijo de nuevo, —Está bien, eso es todo, cuelgo.

Al final, rápidamente agregó otra frase, —Buenas noches.

Después de que Doria colgó el teléfono, Édgar colgó lentamente el teléfono, sus delgados labios se curvaron levantando una leve sonrisa.

En ese momento, una mujer joven se acercó a Édgar y dijo, —Señor Édgar, el médico dijo que ya se le ha bajado la fiebre al bebé y se acaba de quedarse dormido.

Édgar asintió y entró en el dormitorio de al lado.

En el dormitorio, el médico acababa de salir y Roxana Mohammad estaba sentada junto a la cuna, con el rostro angustiado.

Después de un rato, Édgar dijo lentamente, —Es solo un resfriado, es normal.

Roxana suspiró en silencio, el pequeño ya era mucho más débil de por sí que los otros niños. A los dos primeros meses, estuvo siempre enfermo y era realmente preocupante. Comparado con antes, ya estaba mucho mejor.

Roxana miró la cuna, el pequeño no dormía bien, tenía una pegatina antifebril en la frente y parecía una chiquitito.

Ella dijo, —¿Cuándo se lo vas a declarar a Doria?

Édgar estaba de pie a un lado, con una mano en el bolsillo del pantalón y frunció sus labios finos.

Roxana dijo, —Tú mismo te encargas del tema, no te ayudaré a persuadirla, porque es tu culpa desde el principio.

Édgar no dijo nada.

Roxana lo miró y dijo, —Aquí ya no pasa nada, puedes volver.

Pronto sonó la voz de Édgar, —Agustina te está buscando.

Después de escuchar esto, Roxana se sorprendió por un momento, luego su expresión se volvió indiferente y preguntó, —¿Para qué me busca?

Édgar apartó la mirada, miró hacia otro lado y dijo a la ligera, —Sólo quiere aprovechar el hecho de que soy un bastardo para armar escándalos.

El rostro de Roxana cambió levemente y dijo, —Édgar, lo que pasó en ese entonces no fue...

—Lo que pasó en ese entonces, no me importa.

Édgar contestó con frialdad, —Sólo quiero que pague por lo que hizo.

—¿Te puedo ayudar en algo?

***

El incidente causado por Albina Montenegro se acabó por completo, la tienda de Doria no se vio afectada, sino que fue más popular gracias a ello y muchos blogueros famosos de joyería tomaron la iniciativa de contactar para hacer publicidad.

Incluso la Joyería SG también publicó una edición de joyas diseñadas por la tienda de Doria.

En menos de medio mes, los pedidos de la tienda aumentaron drásticamente.

Claudia estaba exhausta en el sofá y dijo, —Hay demasiados pedidos y empiezan las clases de Ismael, hay que contratar a gente.

Doria dijo mientras ordenaba los pedidos, —No te preocupes, ya he publicado el anuncio de demanda de personal en la red y vendrán a entrevistarse mañana.

Claudia escuchó eso y recuperó su energía, —¿En serio?

Doria asintió, estaba a punto de responder, pero vio un sobre en un montón de pedidos.

Cogió el sobre y su rostro cambió al abrirlo.

Claudia no escuchó su voz, así que la miró, —Doria, ¿qué pasa?

Doria dejó el sobre y negó con la cabeza, —Nada, ya es tarde, volvamos.

Claudia se levantó del sofá en seguida, —Sí.

En el camino de regreso, Claudia dijo, —Oye, por cierto, ¿por qué últimamente no he visto al gili... señor Édgar venir a buscarte?

—Había estado ocupado antes con lo del Grupo Collazo y sigue en un viaje de negocios al extranjero desde la semana pasada.

Claudia no pudo evitar soltar un bufido y dijo, —Una separación temporal es incluso mejor que la luna de miel.

A su lado, Doria estaba pensativa y no habló.

Claudia pensó que aparentaba extraña, porque Doria se avergonzaría cuando ella hiciera tales bromas y le diría que no dijera tonterías.

Pero no hubo ninguna reacción.

Claudia preguntó tentativamente, —Doria, ¿qué te pasa? ¿Te encuentras mal?

Doria se retractó de sus pensamientos y se apretó las sienes diciendo, —Me encuentro un poco mareada.

—¿Voy a comprar alguna medicina?

—No, solo necesitaría dormir a la vuelta.

Claudia dijo, —Está bien, entonces conduciré más rápido.

Después de regresar, Doria fue directamente al dormitorio sin lavarse.

Claudia se rascó la cabeza y fue a servir un vaso de agua.

En la habitación, Doria se sentó en el escritorio y sacó el sobre de su bolso.

Dentro del sobre, había varias fotos y una carta de chantaje.

Cuando vio esas fotos, Doria se puso pálida y sus dedos temblaban levemente.

En aquella noche de hacía tres años, Doria había sido llevada al Club Crepúsculo, aunque consiguió escaparse de la habitación difícilmente y se encontró con Édgar.

Pero...

No esperaba que hubieran tomado fotos de lo que sucedió antes de que ella se escapara de la habitación.

La carta de chantaje ponía que preparara cincuenta mil euros y que lo entregara el siguiente día en la dirección señalada.

Doria respiró hondo y volvió a guardar las fotos en el sobre.

Después de pensar durante mucho tiempo, sacó su teléfono y llamó a Édgar.

Pronto, sonó la voz baja del hombre, —¿Qué ocurre?

—Yo... no puedo dormir, ¿estás ocupado?

Édgar susurró, —Estoy en una reunión, ¿te llamo cuando termine?

Doria admitió, —Olvídalo, me habría quedado dormida después de tu reunión, ve a lo tuyo.

Después de hablar, Doria colgó.

Después de un rato, llamaron a la puerta de la habitación y la voz de Claudia sonó desde afuera, —Doria, ¿estás dormida?

Doria se levantó y abrió la puerta, —Todavía no.

Claudia le entregó una taza de agua tibia y dijo, —He hervido la papilla de mijo, estará lista en un rato, ¿quieres comer algo antes de dormir?

Doria cogió el vaso de agua y negó con la cabeza.

Claudia vio que tenía mala cara y volvió a decir, —Doria, te... ¿te pasa algo? ¿O es que el gilipollas vuelve a ligar con otra? ¡Dime, te ayudaré a regañarlo!

Al escuchar eso, Doria sonrió y dijo, —No, solo me siento un poco incómoda.

Al ver que no quería decirlo, Claudia no preguntó más y dijo, —Bueno, duerme pronto.

—Vale.

Doria se dio la vuelta y cuando estaba a punto de cerrar la puerta, dudó unos segundos y dijo, —Claudia.

Claudia miró hacia atrás y preguntó, —¿Qué pasa?

—Yo...

Doria no sabía cómo explicarlo.

Por mucho tiempo que hubiera pasado, las cosas que habían sucedido en el Club Crepúsculo habían sido sus pésimas pesadillas.

No sabía por qué estas fotos aparecieron de repente después de tres años, ni sabía quién poseía estas fotos. Le vino a la mente toda la ansiedad y el miedo en el momento que vio estas fotos.

Después de mucho tiempo, dijo, —¿Me acompañas a un lugar mañana?

Claudia se quedó atónita cuando escuchó sus palabras, pero no preguntó más y asintió con la cabeza, —Claro.

En circunstancias normales, Doria le contará todo. Por lo general, lo que no quería contar sería que no sabía cómo decirlo o tenía una dificultad indescriptible.

Sabría los detalles cuando fuera el día siguiente.

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