Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 364

De regreso a la tienda, antes de que Doria Aparicio pudiera sentarse, la chica de la tienda corrió hacia ella y le dijo misteriosamente,

—Doria, ¿estás ocupada ahora?

—No, ¿qué pasa?

La voz de la chica se hizo más baja,

—El chico guapo de al lado vino y dijo que lo buscaras después de regresar, además dijo que no dejes que Claudia se entere.

—¿Que no me entere de qué?

La chica se sobresaltó por la repentina voz, volvió la cabeza y vio el rostro de Claudia Freixa muy cerca, se rio a secas.

—Nada.

Dado que había cumplido con su misión, ya no tenía ninguna razón para quedarse más, encontró una escusa para escabullirse de allí.

Claudia se apoyó en el escritorio.

—¿De qué estabais hablando? Parecía una conversación entre espías.

Doria sonrió.

—Nada, creo que...

Daniel Fonseca le buscaba por algo.

Probablemente debido a lo que dijo la última vez, Daniel no vino a buscarla directamente para evitar encontrarse con Claudia.

Claudia tampoco era estúpida. Había visto que el personal de al lado sacó a la chica hacía un momento. Se estiró y dijo,

—Me voy a dormir un rato, llámame si me necesitas.

—Vale.

Después de que Claudia se fue, Doria dejó las cosas y salió de la oficina.

Al lado, Daniel estaba sentado frente al piano, al ver llegar a Doria, detuvo sus movimientos y miró al personal que estaba a su costado, este último entendió de inmediato, se dio la vuelta y caminó hacia la puerta.

Doria dijo,

—¿Me buscas por algo?

Daniel cerró el piano y dijo,

—Ayer, Rivera le pidió al asesor legal del Grupo Collazo para que te hiciera un documento de transferencia de acciones, ¿no?

Doria asintió levemente.

Daniel había estado observando al Grupo Collazo atentamente, por lo que no era de extrañar que lo supiera.

—Señorita Doria, ¿qué piensas al respecto?

—Fui a visitar un abogado y me ha dicho que se trata de una transferencia de acciones ordinaria y que no hay ningún problema.

Daniel se levantó.

—Cuando aparentemente no hay ningún problema, es cuando más grande es el problema.

Doria permaneció en silencio, esperando sus próximas palabras.

Daniel prosiguió,

—En una ocasión Briana me pidió que la ayudara a investigar lo que sucedió hace 20 años. Según lo que dijo, me parece que quiere involucrarte en la disputa del Grupo Collazo.

—¿A mí?

—Señorita Doria, una vez que firmes este documento, desde cualquier punto de vista tendrás una relación de interés con el Grupo Collazo, es decir, pase lo que le pase al Grupo Collazo, estarás implicada en ello. Incluso es posible que...

La sacaran como escudo para echarle cualquier culpa.

Al escuchar esta conclusión, Doria no se sorprendió, después de todo, esto era de esperar por parte de Rivera Collazo, tampoco era la primera vez que hacía tal cosa.

Daniel agregó,

—Por eso no puedes firmar este documento de transferencia de acciones.

Después de un tiempo, Doria dijo,

—Pero si firmo, ¿significa que tendré derecho a hablar en el Grupo Collazo? ¿Y también tendré turno de palabra con todos los proyectos del Grupo Collazo? Incluso podré sacar alguna información que solo el Grupo Collazo puede conocer.

—Aunque sea así, firmarlo es demasiado peligroso.

Al escuchar eso, Doria sonrió.

—Por muy peligroso que sea, alguien tiene que hacerlo.

Daniel se quedó desconcertado.

—Señorita Doria, quieres decir que...

—Lo sopesaré. Si firmando este documento puedo sacar más ventajas que desventajas, ¿por qué no?

Hacía un tiempo que vivía en la familia Collazo, pero no había encontrado ninguna prueba útil, esta vez era una oportunidad para ella. Una oportunidad peligrosa, pero podría dar la vuelta a la partida.

Los delgados labios de Daniel se movieron, pareciendo querer decir algo, en ese momento sonó el teléfono de Doria, esta miró el identificador de llamadas y luego dijo,

—Gracias por tu amabilidad, señor Daniel, lo sopesaré detenidamente, no seré impulsiva.

Después de hablar, Doria asintió levemente con la cabeza, se volvió y se fue.

Daniel dio un paso adelante, a punto de ir a alcanzarla, entonces el personal que esperaba afuera se acercó y susurró,

—Alguien está espiando desde fuera.

La figura de Daniel se detuvo un poco y no dijo nada más. Entró a la tienda y vio un Jetta negro a través del reflejo del vidrio de la tienda. Después de ver salir a Doria, el coche que espiaba se alejó lentamente.

Frunció el ceño sin dejar rastro, no esperaba que Rivera tuviera sospechas con él. De vuelta a la oficina, Doria marcó la llamada perdida de antes.

Pronto, llegó la voz profunda y magnética del hombre,

—¿Estás liada?

—No mucho, pero tenía algo que hacer antes.

Édgar volvió a decir,

—Me han dicho que fuiste a buscar a Eliseo.

—Sí, dijo que quería defender mi demanda de divorcio.

Édgar se quedó sin palabras.

Eliseo Mastache, que estaba en la oficina lejana, sintió un escalofrío y estornudó.

Después de un rato, Édgar volvió a decir,

—¿A qué hora sales del trabajo por la noche?

Doria miró el borrador que había en el escritorio.

—No lo sé aún, depende de la situación.

—Tengo una reunión más tarde, iré a por ti cuando termine, espérame si no tienes prisa. ¿Vale?

La voz de Doria era baja,

—Vale.

Después de colgar el teléfono, encendió la computadora, ordenó un poco sus pensamientos y continuó dibujando.

Aunque se había dado diez días, ya estaba en el tercer día y ni siquiera había revisado muchos detalles del borrador.

***

Al mismo tiempo, en la casa de los Collazo.

Después de escuchar el informe, Rivera se burló,

—Sabía que tenía otras intenciones.

Incluso si no escucharon lo que dijeron Daniel y Doria, sabía que no podía haber tanta casualidad, porque nada más le dio a Doria el documento de transferencia de acciones, algunas personas se pusieron inquietas.

En cuanto a Daniel, todavía no pudo averiguar sus antecedentes. En teoría solo era un músico que vino a la Ciudad Sur para hacer una gira. Ahora que su gira había terminado hacía tanto tiempo, aún no tenía intenciones de irse. En cambio, a menudo aparecía en lugares donde no debería estar.

Rivera dijo de repente,

—¿Dijiste que vivía al lado de Doria?

—Sí, se mudó allí justo antes de la gira.

Rivera enarcó las cejas y reflexionó.

—Si solo es una gira, ¿qué necesidad tiene de alquilar una casa? A menos que la gira solo sea una excusa para tapar su verdadero propósito.

—Señor, él y Stefano del Grupo Daria también están muy unidos, ¿quiere que vuelva a investigar a Stefano?

Rivera dijo a la ligera,

—No hace falta.

Incluso si no lo investigaba, sabía que el padre de Stefano Carvallo también era alumno de Carmelo Figueroa.

Solo un asunto podía conectar a Daniel, Stefano, Carmelo y Doria.

Rivera entrecerró los ojos y hubo un destello feroz en su mirada, «Ya que tanta gente se ha puesto inquieta, solo me queda pensar que todo es por lo que pasó hace 20 años».

Pero lo único que no estaba claro era hasta dónde habían llegado a saber.

En otras palabras, además de ellos, ¿había alguien más que también tuviera ese propósito?

Pero tampoco le había venido mal, era una oportunidad para acabar con todos de una vez.

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