Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 490

Justo cuando Daniel se sentó y levantó los ojos, descubrió que Claudia estaba no muy lejos y, frente a ella, había un hombre sentado.

Estos dos hablaban de algo y ella se sonreía con mucha alegría.

Doria miró su reacción, fingiendo que no vio nada, luego tosió para que él se concentrara.

—Vamos a pedir.

Pero Daniel seguía con los ojos puestos hacia allá y dijo casualmente:

—Pide tú, todo me paraece bien.

Fue también la primera vez para Doria venir a este restaurante, así que pidió al camarero que le recomendara algunos platos especiales.

Después de eso, ella volvió a mirarlo y se dio cuenta de que todavía los contemplaba, con las cejas levemente fruncidas y las manos sosteniendo fuerte la taza que tenía delante.

Al ver tal escena, Doria enarcó por instinto las cejas y tomó el agua despacio.

En cuanto el camarero vino a servir el postre antes de la comida, Daniel finalmente retiró su mirada.

—Ella… ¿con quién está comiendo?

Doria dejó la taza y dijo en un tono muy suave:

—Parece ser una cita a ciegas, un hombre que le presentó su familia, he oído que su condición es bastante buena, al parecer trabaja en una empresa estatal y es muy práctico. Parece que se caen muy bien, supongo que podrán casarse en este año.

—¿Tan rápido?

Ella le explicó con formalidad:

—Tal vez no conoces muy bien la situación aquí. Generalmente, siempre que sea una persona presentado por los padres, y siempre que las dos partes lo consideren adecuado, se casarán en muy poco tiempo. Acabo de decir «un año», pues parece que me equivoqué, parece venir de una familia conservadora, probablemente sea en dos o tres meses.

Daniel se puso más ceñudo.

—¿No van a conocerse más tiempo? Es demasiado imprudente casarse de tal manera.

—Si son aquellos que los padres introducen, la mayoría de ellos saben bien la condición del otro. En cuanto a conocerse, ¿dos o tres meses es más que suficiente?

Daniel apretaba los labios en lugar de hablar.

Un rato después, volvió a preguntar:

—¿Tiene tantas ganas de casarse?

Doria contestó:

—Por ella, está bien soltera, pero sus padres siempre la están presionando. Las citas a ciegas también son parte del destino,. así que creo que es una buena idea que se casen.

Pero, Daniel de repente dijo:

—No lo creo así.

Se veía que aquel hombre no era bueno, obviamente un veterano del amor con halagos en los labios. Claudia tenía una vista aguda, por eso era imposiblemente que no lo notará.

Doria dibujó una sonrisa ligera.

—Si es adecuado o no, lo tienen que decir ellos.

Cuando le oía decir así, al instante él se quedó mudo. Tras un rato en silencio, Daniel preguntó de nuevo:

—Señorita Doria, ¿para qué me buscaste hoy?

Al hablar de eso, su rostro originalmente sonriente se volvió más serio y dijo lentamente:

—Las noticias recientes sobre el Grupo Collazo, las deberías haber visto.

Daniel aproximadamente sabía a qué se refería ella y asintió con la cabeza.

—Sí.

—Te busco para preguntarte, ¿qué piensas sobre dejarlo pasar?

Daniel dijo con voz profunda:

—Con respecto a este asunto, nos estamos haciendo cargo.

—¿De qué manera?

Él no supo qué decir por un momento.

Realmente no era tan fácil tratar este asunto, se hiciera lo que se hiciera, era complicado de resolver, el método más directo y efectivo, sería extremadamente costoso.

Doria apretó los labios.

—Hoy he leído muchas noticias sobre el tema, si bien Marcos es culpable, cuán inocentes son los demás que fueron engañados por él. Además… el que hizo mal es Marcos, no Grupo Collazo. Aunque no tengo alguno sentimiento por el Grupo, si yo dejara que se arruine por sí mismo, se apagarán los sueños y esperanzas de innumerables personas.

Sin saber si era una ilusión, Daniel siempre sentía que había algo más en sus palabras, como si ella no se las dijera solo a él.

Aunque ella ya les había preguntado a veces quiénes eran realmnete, era la primera vez que le hablaba con ese tono sobre las cosas del Grupo Collazo.

Bajo tal pensamiento, él probó a preguntar:

Por otro lado, Claudia y su cita terminaron de cenar y caminaron hacia afuera hablando y riendo.

Daniel también se levantó en seguida y dijo:

—Cuando regrese, discutiré este asunto con... Stefano después de regresar y veré si hay algo más que pueda hacer, si no hay nada más que hablar, me retiro primero.

Mientras hablaba, su vista se movía según el movimiento de la figura de Claudia, y él también comenzó a dar pasos de manera inconsciente. Al instante desapareció del restaurante.

El camarero justamente venía a servir los platos, al ver eso, le preguntó:

—Señora, los platos… ¿todavía los quiere?

Doria sonrió.

—Sí, por favor, que sea para llevar.

—Claro.

Después de que estuvo listo su pedido, ella salió afuera y sacó el móvil para mirarlo, pero Édgar todavía no le había respondido.

Era una conferencia muy larga.

Subió al coche, dejó el teléfono y se partió al Grupo Santángel.

Apenas Doria salió del ascensor, Vicente pasó por el costado de ella agarrando unos documentos. Cuando la vio, él dio la vuelta y saludó:

—Señorita Doria.

Ella preguntó:

—¿Édgar sigue en la reunión?

Vicente asintió con la cabeza.

—Ha durado toda la tarde, quizás dure un rato más, le llevo a la oficina.

Doria miró hacia los papeles en su mano.

—No importa, haz lo tuyo, puedo ir yo misma.

—Vale. —Vicente contestó y caminó apurado hacia la sala de reuniones.

Doria suspiró y se dirigió hacia la oficina de Édgar.

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