Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 496

Resultó que la suposición de Doria era correcta.

Esa tarde, Gonzalo vino a buscarla con una carta de compromiso de todos los ejecutivos que actualmente trabajaban en el Grupo Collazo.

Siempre y cuando ella aceptara hacerse cargo del Grupo Collazo, los ejecutivos y todos los empleados de la empresa harían todo lo posible para cooperar con ella.

Al ver que Doria leyó la carta sin decir nada, él dijo,

—Srta. Doria, puede parecerle que el Grupo Collazo puede ser un problema, pero antes era una empresa muy conocida en la Ciudad Sur, y ahora está pasando por esto, es realmente...

Ella dejó la carta de compromiso y dijo a la ligera,

—Si ayudo al Grupo Collazo, las promesas que han puesto en la carta, ¿van a cumplirlas?

—Por supuesto, todos los ejecutivos han firmado esta carta —él continuó—, además, la persona que tiene el puesto más alto es el gerente Jairo. Ayer él vino a hablar con usted en persona, por lo que no hay vuelta atrás.

Doria dijo,

—Si quieres que me haga cargo del Grupo Collazo, tienes que prometerme que cumplirán algunas condiciones.

Entonces, él respondió,

—Por favor, dígalas, ¿qué condiciones?

—Primero, necesito que liquiden los salarios de todos los empleados actuales del Grupo Collazo, incluyendo los empleados que se despidieron cuando este accidente sucedió.

Gonzalo vaciló un poco y dijo,

—Pero... el Grupo Collazo ya no tiene dinero en sus cuentas, y mucho menos hay dinero para liquidar los salarios de los empleados. Aún tenemos mucha deuda.

Doria dijo,

—En el Grupo aún quedan unos ejecutivos, ¿no es cierto? Ya que están dispuestos a pedirme que me haga cargo, significa que todos todavía tienen puesta la esperanza en el Grupo. Mientras podamos superar este problema, no les faltará dinero en el futuro, ¿no es así?

La sonrisa previa en el rostro de Gonzalo se puso rígida por un momento, —Lo que dice usted es cierto.

—Yo sé que el fondo para cubrir los proyectos o para las obras de construcción, es una cantidad considerable de dinero, algo que no pueden conseguir en poco tiempo. Pero, liquidar los salarios de los empleados, aún es posible, no es algo que no puedan hacer.

Él asintió con su cabeza,

—Le haré saber esto al gerente Jairo. —luego, añadió —Srta. Doria, ¿tiene alguna otra condición?

Ella respondió,

—Sí. En segundo lugar, por favor, entrégueme los datos de los ejecutivos que fueron despedidos cuando ocurrió aquel accidente al Grupo Collazo.

—Lo que Srta. Doria quiere decir es que...

Ella se rió y dijo,

—Después de que lea los datos, te lo diré.

En la realidad, el Grupo Collazo era una empresa enorme, no todos los que trabajaban ahí eran tan intrigantes como Marcos, o tan aprovechadores como Jairo, entre ellos, habían muchos que se habían dedicado a mejorar esta empresa.

Sin embargo, cuando este accidente sucedió, seguramente los ejecutivos que asumieron la responsabilidad no pertenecían al grupo de Jairo. Por eso, si realmente quería salvar el Grupo Collazo, tenía que hacerlos volver a la empresa. Solo así, sería posible salvar al Grupo.

La dificultad de cumplir el segundo requisito de Doria era mucho más simple que la primera, por lo que él asintió de inmediato,

—Le paso los datos esta misma noche.

—Muy bien —Doria continuó —, y ahora te dijo el tercer requisito. Me acabas de decir que la persona que tiene el puesto más alto es el gerente Jairo, ¿verdad?

—Sí.

—Mi tercera condición es que cuando comience a hacerme cargo del Grupo Collazo, mi puesto debe ser el más alto. Todos tienen que seguir mis ordenes incluyendo el gerente Jairo.

Gonzalo vaciló por un momento,

—Esto...

Doria le entregó la carta de compromiso,

—No te preocupes. Sé que no puedes tomar una decisión ahora, así que puedes volver para hablar con ellos, luego me darás una respuesta.

—Gerente Jairo, quédese tranquilo.

Después de colgar la llamada con Jairo, él se puso en contacto con los otros ejecutivos.

Entre los que seguían en la empresa, algunos eran del partido de Jairo, otros tenían problemas financieros, de modo que no podían encontrar trabajo en otras empresas, así que se quedaron atrapados en el Grupo Collazo.

Cuando se enteraron de que les pidió que juntaran el dinero para liquidar los salarios de sus empleados, se pusieron un poco enojados.

Pero el hecho era muy obvio, si Doria no se hacía cargo del Grupo Collazo, su situación solo sería peor. Si la situación seguía empeorándose, Jairo terminaría muy mal, y ellos serían afectados también.

Por eso, ellos juntaron el dinero apretando los dientes.

Dos horas después, Gonzalo apareció de nuevo frente a Doria, le entregó todos los datos que necesitaba ella,

—Srta. Doria, las condiciones que pidió ya han sido cumplidas.

—¿Ya liquidaron los salarios?

Él dijo,

—Ya hemos pedido al departamento de finanzas que trabajen horas extras para hacer las cuentas. A más tardar, los liquidaremos mañana antes de que termine la jornada de trabajo.

Ella asintió con la cabeza, tomó los documentos que contenían los datos y dijo,

—Vale.

Él volvió a hablar,

—¿Cuándo la Srta. Doria piensa ir al Grupo Collazo?

—Mañana —respondió ella mientras hojeaba los documentos —, por favor, ayúdame a convocar una reunión a las diez de la mañana. Todos los ejecutivos tienen que asistir. Si alguien no asiste o llega tarde, se le hará cargo de asumir todo el dinero para liquidar los salarios de los trabajadores de las obras de construcción suspendidas.

—... Les avisaré.

—Pues, te encargo eso, gracias. Nos vemos mañana.

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