Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 497

Después de que Gonzalo se fue, Doria continuó leyendo la información que tenía delante.

Ella estaba en lo cierto. Estos ejecutivos habían sido los que ayudaron al Grupo Collazo a desarrollarse y fortalecerse. Sin embargo, habían sido utilizados como carne de cañón en el accidente en ese entonces. Ahora, para dicha verdad, Gonzalo solo le proporcionó los datos más básicos, que eran sus nombres completos, los puestos que ocupaban cuando estaban en la empresa y las obras en las que habían trabajado.

Doria también le pidió a Vicente que le ayudara a investigar, resultó que ellos tenían una muy buena reputación dentro de la industria.

Cuando ella miró el reloj, se dio cuenta de que ya era muy tarde.

En los documentos no había manera de contactarlos, así que sería bastante difícil para ella encontrar a estas personas.

Un tiempo después, Doria no sabía qué le había ocurrido y envió un mensaje a Édgar diciendo que iba a volver a casa un poco tarde.

Después de mandar el mensaje, no esperó a que le respondiera y salió mientras hacía una llamada.

Al ver esto, Claudia dijo,

—Doria, ¿vas a volver a casa o vas a ir algún lugar?

Doria colgó su llamada,

—Voy a buscar a Candela, pero no me atendió la llamada. ¿Sabes dónde puedo encontrarla?

—¿Para qué quieres buscarla?

—Recuerdo que su marido era uno de los ejecutivos del Grupo Collazo, también ha sido uno de los que fueron utilizados para asumir la responsabilidad del accidente.

Claudia pensó,

—No estoy muy segura, pero recuerdo que ella era la más activa en el grupo de chat de la clase. Todos los días se jactaba de los regalos que su marido le daba. Pero a partir de aquel accidente, ya ha pasado mucho tiempo que no vi sus mensajes.

Ella hizo una pausa, y continuó,

—Espera, déjame preguntar a la dirigente de nuestra clase. Escuché que Candela fue a pedirle préstamo a ella. Quizás ella sepa dónde está Candela.

Doria asintió con su cabeza,

—Bien.

No tardó mucho tiempo para que Claudia obtuviera una respuesta.

Cuando pasó ese accidente, la familia de Candela gastó mucho tiempo buscando contactos para la ayudaran, y apenas resolvió la situación. Debido a esto, habían vendido su casa y su auto, además que tenían muchas deudas.

Por el hecho de que había sido utilizado para asumir la responsabilidad de ese accidente por el Grupo Collazo, la reputación de su marido en la industria se desplomó, ninguna empresa se atrevía a contratarlo. Pero él tenía hijos que criar, tuvo que encontrar un trabajo siendo guardia de seguridad en el salón de un hotel para poder seguir con su vida.

Además, Candela, quien había llevado muchos años siendo ama de casa, se vio obligada a buscar un trabajo, ahora era una vendedora en una tienda de una marca lujosa.

Después de obtener la dirección, Claudia se lo reenvió a Doria,

—¿Iras sola? ¿Quieres que te acompañe?

Doria se rió y dijo,

—No voy para pelear con ella, no te preocupes. Luego añadió, —¿No vas a ir a ver la peli? ¿Por qué no te has ido todavía?

—Por el momento, él me dijo que tenía algo que hacer. Va a tardar un poco. Lo esperaré en el estudio. Anda con cuidado.

—Está bien, me voy entonces.

Cuando se subió al auto, puso la dirección que le había mandado Claudia en el sistema de navegación, que le mostraba que podría llegar ahí en unos 40 minutos aproximadamente.

En este momento, Édgar la llamó.

Ella conectó la llamada, encendió el altavoz. Mientras arrancaba el auto mirando en el espejo retrovisor, le preguntó,

—¿Has terminado tu trabajo?

La voz de él llevaba un poco de cansancio,

—Recién terminé una reunión. ¿A dónde vas?

—Voy a buscar a una compañera de la universidad, su marido era un empleado del Grupo Collazo.

Él hizo una pausa y luego dijo,

—¿La que se quedó borracha antes?

Ella dijo,

—Sí, es ella.

—¿Cuándo vas a volver?

—Recién estoy saliendo para buscarla. Me va a tardar 40 minutos en llegar para allá. No sé si voy a poder encontrarla. Supongo que será muy tarde —ella dijo—, Cuando vuelvas a casa, ve a descansar, no te preocupes por mí.

Frente a ellas, era Candela Duarte con un rostro pálido.

Los otros empleados de la tienda, excepto los que estaban atendiendo a los clientes, se reunieron aquí para ver lo que estaba pasando, mientras susurraban entre sí.

Parecía que Candela estaba muy enojada, sus labios estaban temblando,

—No mentí, fueron verdaderos.

—Si fueron verdaderos, ¿por qué no sigues siendo la señora que se queda en casa y disfruta de la vida? ¿Por qué estás aquí para trabajar?

—Veo que eres una caradura, ya te hemos descubierto y aún así estás tratando de defenderte.

—Realmente no quieres admitirlo, ¿quieres que mostremos tu verdadera identidad? ¿Así lo admitirás todo?

—Cierto. Se jactó de que su esposo era un ejecutivo de una empresa grande. La otra vez, mi amigo me dijo que su esposo era un guardia de seguridad de un hotel.

—Madre mía. ¡Qué ridículo es!

Escuchando las críticas hacia ella, Candela se quedó en una situación muy vergonzosa que nunca esperaba pasar. La expresión en su cara de vergüenza, y de repente se puso enojada.

Doria se acercó, dijo a la ligera,

—¿Tienes tiempo ahora? Quiero hablar contigo.

Al escuchar sus palabras, todos la miraron.

Una vendedora se quedó atónita por unos segundos, luego les dijo en voz baja,

—¿No es ella la diseñadora? Esa bastante conocida.

—Ya recordé, ella es la esposa del presidente del Grupo Santángel.

En un instante, la atmósfera en toda la tienda cambió.

Las dos mujeres que acababan de burlarse de Candela ahora miraron de izquierda a derecha, sin saber qué decir.

En comparación con ellas dos, Candela al ver a Doria, se sentía aún más avergonzada,

—¿Para qué me buscas?

—Quiero tener el contacto de tu marido, así que si está dispuesto, puede volver al Grupo Collazo cuando quiera.

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