Candela Duarte quedó atónita, pensó que había escuchado mal.
Inmediatamente creyó que Doria Aparicio le estaba mintiendo y que deliberadamente vino a burlarse de ella.
Doria añadió antes de Candela dijera algo,
—Aparte de él, todos los directivos que dejaron el Grupo Collazo durante el accidente volverán.
Estas palabras confundieron completamente a Candela.
Después de un rato, ella preguntó,
—¿Por qué?
Doria miró su reloj, y recorrió con la vista a su alrededor,
—¿Quieres hablar conmigo aquí?
Candela reaccionó en seguida, y salió con Doria ignorando a las demás. De todos modos, no quería quedarse a conversar allí.
No muy lejos, había una cafetería.
Sentada dentro de la cafetería, Candela entrelazó los dedos, se fijó en el agua delante de ella y le preguntó,
—¿Todo lo que dijiste es verdad?
—Pues, ¿piensas que lo hice solo para librarte del apuro?
Candela no le creía,
—Esto es asunto del Grupo Collazo, ¿puedes hacer algo al respecto? O solo lo hiciste para burlarte de mí.
—No tengo tanto tiempo libre, y si lo tuviera, haría otras cosas con más sentido en vez de mvenir a molestarte.
—Pero, ¿cómo harás que...?
Doria le contestó,
—No tienes que preocuparte de eso, solo necesitas decirme si quieres que tu marido regrese.
Candela apretó los dientes. Debido a la situación de su familia, realmente querían regresar. ¿Acaso su esposo iba a pasar toda la vida como guardia de hotel?
Doria le dijo,
—Puedes preguntárselo, y si esta de acuerdo, que vaya al Grupo Collazo a asistir a la reunión que se llevará a cabo mañana por la mañana.
—¿Eso es suficiente? ¿Ni siquiera hay condiciones?
—Ciertamente hay condiciones.
Candela se alborotó dando un resoplido,
—Sabía que no tenías buenas intenciones.
—Nunca he dicho que fuera una buena persona.
Candela levantó la barbilla,
—Entonces, dímelo, si me parece bien, se lo diré.
—Te lo he dicho antes. Espero que aparte de él, todos los directivos anteriores puedan volver. —Doria bebió un sorbo de su taza—. Por supuesto, esto no es forzado, los que estén dispuestos a volver, volverán. Todo depende de sus voluntades. Mi condición es que tu marido se ponga en contacto con ellos por mí y les transmita mi plan.
Ellos fueron sacados del Grupo Collazo de manera indignante, pues fueron utilizados como chivos expiatorios.
Naturalmente tenían odio hacia el Grupo Collazo, por eso sería una suerte que uno o dos quisieran volver.
Candela todavía tenía dudas,
—¿Eso es todo?
—¿Qué más puedo pedir? O ¿espero que me des cien mil euros?
A Candela se le fue un suspiro de alivio,
—Entiendo. Se lo diré.
— Ahora el Grupo Collazo no era el grupo que era en un principio, será un arduo trabajo hasta que pueda recuperarse, pero prometo que una vez que superemos las dificultades, todos recibirán su recompensa. Además, trataré con los malos hábitos, así como los que se enriquecieron y malversaron sobornos, me encargaré de todos ellos.
Doria agregó,
—Solo necesitas decirle estás palabras.
No le quedaba mucho tiempo a Doria, así que no podía ir a buscarlos uno por uno. Lo único que podía hacer era mostrar su visión.
Y no necesitó decir mucho más, el reciente alboroto del Grupo Collazo era tan grande que sería difícil pensar en lo que había pasado.
Dicho esto, Doria se levantó diciendo,
—Me voy.
Candela aún pensaba lo que le dijo Doria. Todo parecía ser decisivo y estruendoso. Se levantó también cuando oyó que Doria quería irse,
—Pues... entonces...
Doria se levantó,
—Un poco.
Édgar rió, y se le acercó,
—Creo que estoy enérgico, ¿por qué no lo probamos en el coche?
Doria le contestó con silencio.
¡Piérdete gilipollas!
De regreso a casa, Édgar le preguntó conduciendo,
—¿Salió bien la conversación?
—No sé. Ya se lo he dicho todo.
—Entonces, lo sabremos mañana.
Doria sonrió un poco sorprendida,
—¿Sabes que haremos una reunión mañana?
Édgar rió,
—Lo sé todo.
Doria le preguntó vacilante,
—¿Colocaste un espía en el Grupo Collazo?
—No exageres, solo tengo buenas fuentes.
—¿Crees que ellos vayan a venir mañana?
—Eso depende de sus pensamientos. —Édgar siguió con sus palabras—. A los que no les va bien en el trabajo y están muy faltos de dinero, esta es la mejor opción para ellos, pero otros no estarán muy seguros. Aunque las cosas fueron hechas por Marcos, ellos han asumido la culpa por el Grupo Collazo, y después de sufrir tal injusticia, es inevitable que no sientan odio por la empresa.
Doria también se estaba preocupando por eso.
Suspiró, y se desperezó,
—Sea lo que sea, no los obligo. Está bien que vuelvan uno o dos, al menos son fieles y diligentes, mejor que los que quedan ahora.
—Los que quedan son lacayos de Jairo. Una vez que nos deshagamos de él, todo será más fácil de tratar.
—Pero no dejó el Grupo Collazo y habló conmigo especialmente, lo cual supone que su posición no es tan fácil de derribar.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO
Quiero el finall...