Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 548

Al día siguiente... En cuanto Doria bajó las escaleras, oyó el timbre.

Doria pensó que Édgar había vuelto y se apresuró a abrir la puerta, pero cuando la abrió, descubrió que la persona era el subordinado de Édgar.

Su subordinado le entregó una maleta:

—Sra. Doria, el Sr. Édgar me pidió que le entregara esto.

Doria lo cogió y agradeció:

—Gracias.

—De nada.

Tras marcharse el subordinado, Doria subió la maleta al cuarto y la abrió. Al ver los utensilios de uso diario y su ropa, se le dibujo una sonrisa en el rostro.

A veces ese gilipollas es muy atento.

Doria sacó todas las cosas de la maleta. Luego se lavó, se cambió de ropa y salió de la casa.

Cuando llegó al Grupo Collazo, Gonzalo entró en su despacho:

—Sra. Doria, ¿ya se siente mejor? ¿No debía descansar dos días más?

Como Doria no acudió a la empresa en los últimos días, Eliseo les dijo a los demás que era porque ella estaba enferma.

Doria sonrió y respondió:

—Ya me siento mejor, me he recuperado completamente. Gracias por tu prepocupación.

Tras esto, Gonzalo puso un documento sobre su mesa:

—Qué bueno que regresara. Este es el estado financiero de este mes.

Doria hojeó el documento rápidamente, lo leería detenidamente más tarde. Entonces, preguntó: —¿Hubo algún problema en la empresa en los últimos dos días?

—Bueno..., el señor Ja... Jairo... —Gonzalo tartamudeó.

Al ver esto, Doria dijo:

—Cuéntame todo. ¿Qué le pasa ahora?

Gonzalo respondió:

—El Sr. Jairo fue acusado de estar involucrado en un caso de asesinato, por lo que no ha dejado de quejarse en estos días. Sin emabrgo, Sra. Doria, quédese tranquila, el caso sigue en investigación, además se dice que esto fue provocado por un remncor personal, por lo que no afectará a la empresa.

Doria respondió:

—Ya veo. Por favor, deja que Samuel venga a mi oficina.

Gonzalo dudó un poco y luego preguntó:

—¿Samuel?

Doria le miró:

—¿Hay algún problema?

Gonzalo negó con la cabeza y dijo con una sonrisa:

—Ninguno. Lo llamaré enseguida.

—Anda.

Cuando Gonzalo se dirigió a la salida, éste se giró para echar una mirada a Doria y entrecerró los ojos. Doria había designado a Samuel para que se ocupara de muchas tareas importantes últimamente, parecía que ella estaba evadiendo a él

Sin embargo, Gonzalo tenía claro que las tareas que Doria le pedía a Samuel estaban todas relacionadas con Jairo, ya que quería luchar contra él. Es mejor que no se involucrara en estos asuntos porque podría meterse en problemas.

Gustavo pensaba aprovechaba la disputa entre Doria y Jairo, esperando a que Jairo perdiera su poder. Una vez que sucediera eso, nadie podría volver a amenazarle y así podría deshacerse rápidamente de los problemas que tenía y marcharse.

Samuel llegó poco después de que Gonzalo saliera de la oficina de Doria.

Con el apoyo de Vicente, consiguieron muchas pruebas sobre el soborno y la malversación que Jairo había cometido anteriormente. Pero esto no era suficiente.

No podrían venccer completamente a Jairo con esto.

Samuel dijo:

—Sra. Doria, Jairo se ha inquietado por el caso de asesinato y ahora está tratando de transferir su fortuna. Por lo tanto, tendremos la oportunidad de saber más cosas acerca de él y si seguimos investigándolo, seguro que encontraremos más pruebas.

Doria asintió con la cabeza:

—Organízalo como prefieras. Reúne a algunos hombres para que vigilen a Perla. No le des ninguna oportunidad a los hombres de Jairo de acercarse a ella.

—Entendido.

***

Por la tarde, cuando Doria estaba dibujando un boceto de diseño, la puerta de su despacho se abrió de repente de una patada.

Jairo entró en la oficina mientras maldecía:

—Por fin vienes a la empresa. Hoy tengo que vengarme de ti por este asunto.

Doria levantó la cabeza y miró hacia él, sin cambiar su expresión.

Varios altos ejecutivos, que siguieron a Jairo hasta el despacho con Gonzalo al frente, intentaron detener a Jairo:

La expresión de Jairo cambió radicalmente y se enfadó cada vez más:

—¡Me has calumniado! No lo he dejado claro. Yo...

—Sr. Jairo, cálmese. Las leyes de nuestro país garantizarán la justicia. Se demostrará su inocencia si usted no tiene nada que ver con ello. —Doria continuó lentamente—. Pero, en cuanto a los crímenes que usted cometió, lo descubrirán algún día.

Al fin y al cabo, Doria tenía algo contra Jairo y no se atrevía a armar un escándalo allí.

Jairo resopló, se dio la vuelta y salió del despacho a grandes pasos. Los otros altos ejecutivos también siguieron a Jairo fuera de la oficina.

Tras eso, la oficina volvió a quedar en silencio.

Con un bolígrafo en la mano, Doria golpeó el objeto sobre el escritorio.

Antes pensó que se trataba de un simple accidente de coche, pero a juzgar por la actitud reciente de Jairo, supuso que fue él quien mandó a sus hombres a intimidarla.

Doria hojeó el documento que tenía delante. Cuando Jairo ocupaba el puesto de vicepresidente de la empresa, además de sobornos y malversaciones, también hacía muchas otras cosas.

Sin embargo, la cantidad de dinero que malversó y que aparece en este documento no coincide en gran medida con la cantidad que transfirió a las cuentas en el extranjero que Vicente descubrió. Además, tenía conexiones interpersonales complicadas, que requerían una gran suma de dinero para mantenerlas.

Si no fuera por eso, no sería un gran problema para ellos vencer a Jairo.

En conclusión, Jairo debía tener una mayor fuente de ingreso de dinero.

Doria guardó el documento en el cajón de más abajo y lo cerró con llave. A continuación, recogió los bocetos de diseño que había realizado durante ese tiempo y se preparó para ir al estudio.

En cuanto salió del despacho, Gonzalo se acercó:

—Señora Doria, ¿va a salir?

Doria respondió:

—Sí, iré al estudio.

—Entonces déjeme llevarla.

—No es necesario.

—Me enteré del accidente de coche...y para evitar que algo similar vuelva a suceder, debería poner más atención.

Doria respondió:

—Sí, tendré más cuidado.

Al oír la respuesta, Gonzalo no tuvo el valor de decir nada más. Solo pudo acompañar a Doria abajo.

Tras marcharse Doria, él miró a su alrededor, se dio la vuelta y subió las escaleras.

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