Doria estaba a punto de irse, pero vio a Aitana venir.
¿Los de la familia Santángel eran como las fantasmas?
Aitana como si no la hubiera visto, se paró al lado de Abraham, -Abraham, ¿Por qué no contestas mi llamada? -
El buen humor de Abraham, también fue desgastado por Aitana que le persigue a cada rato, especialmente en estos dos días, él había descubierto que no importaba adonde fuera, ella siempre podía encontrarlo en todas partes.
-Señorita Aitana, por favor, no vuelvas a aparecer en mi vista. -
La cara de Aitana se puso un poco tensa en un instante mirando con cólera a Doria, - Todo era por ella ¿no? Antes de que regresas al país no me tratabas así, es esta puta...-
- ¡Basta! - Abraham se levantó y dijo, -Aitana, ¿Puedes dejar de ser tan irrazonable? -
- ¿Soy irrazonable? Abraham, nuestros padres se han visto, nuestro compromiso es una cuestión de tiempo, ¿No debería yo...-
-Nunca me voy a comprometer contigo, espero que señorita Aitana sea respetuosa a sí misma, de lo contrario, lo que se pierde es la cara de la familia Santángel-.
Esta vez, sin esperar la respuesta de Aitana, se escuchó una voz sin temperatura masculina, -ya que sabes esta verdad, ¿Por qué sigue aquí persiguiendo a Doria?-
Después de escuchar la profunda voz de Édgar, Doria sintió que su corazón estaba a punto de saltar de su garganta y no sabía desde cuándo había llegado aquí tampoco lo que había escuchado.
Al verlo, las espinas de Aitana que había explotado, se retiraron de inmediato y dijo con una voz bajo, -primo-.
Édgar le echó una mirada y miró hacia Abraham.
Los labios delgados de Abraham se levantaron, y le recibió su mirada.
A lo lejos, Vicente podía sentir la chispa que brotaba en ellos.
Abraham dijo, - ¿No se ha divorciado señor Édgar con Doria? ¿Por qué apareces aquí? O si es que, señor Édgar tiene otros pensamientos. -
Édgar no habló, la mirada se enfrió gradualmente.
Doria realmente no etendíam por qué estaba involucrada en este tipo de guerra entre estas dos personas, y mucho menos por qué Édgar estaba presente aquí.
Doria habló con voz débil, -Abraham, vámonos. -
Abraham retiró su vista, -Bien-.
Al ver que se iban, Aitana apenas intentaba de perseguirlos, Édgar dijo en voz fría, -deténgase-.
Ella se volvió un poco apresurada, -primo...-
-Te advierto por última vez que no vuelvas a hablar mal de Doria y que dejes de ser tan ruda-.
Después de haber dicho esto, pasó por el lado de Aitana y se fue con sus largas piernas.
Al salir del restaurante, Doria se quedó por un rato en silencio y dijo, -me voy primero-.
-Doria- Abraham la detuvo, -Espero que pienses lo que te dije hoy-.
Doria le sonrió, -muchas gracias por estar en mi lado hasta ahora, pero han pasado tantas cosas en estos tres años que a veces me preguntó a mí mismo, si hubiera sido mejor que no hubiera habido esos accidentes-.
Después de un largo irato, Abraham dijo, -Doria, ¿Te gusta a Édgar? -
-Ah? - Doria se sorprendió, no habló durante largo tiempo.
Abraham ya había entendido la respuesta, se sonrió y de repente se desvaneció, -ya lo sé, no volveré a decir esas palabras, estaré siempre a tu lado como un amigo-.
Durante mucho tiempo, Doria dijo, -gracias-.
...
Después de irse, Doria tomó un taxi para irse a la casa de Claudia.
Ella envió varios mensajes de texto, pero Claudia no la respondió y se suponía que todavía estaba durmiendo.
Doria se apoyó en la ventana del carro y miró el paisaje.
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