En Club Crepúsculo.
Alex acababa de llegar a la caja, y vio a Édgar Santángel sentado solo allí bebiendo, y toda la caja estaba sorprendentemente tranquila.
Se acercó y se sentó frente a Édgar, sirviéndose una copa de vino, -¿Qué ha pasado?-.
Édgar se resignó a guardar silencio.
Alex encontró con agudeza la herida en la comisura de los labios y no pudo evitar hacer tsk, sabiendo lo que había pasado sin preguntar.
Después de que los dos bebieran en silencio durante un rato, Alex dijo, -¿Es tan difícil admitir simplemente que te gusta ella?-
La mano de Édgar que sostenía la copa de vino se detuvo y levantó los ojos con frialdad, -¿Qué has dicho?-.
-No es lo que digo, es lo que pasa por tu mente. Hablas de odiar a tu mujer, pero lo que haces es un indicio de que te guste-.
-Nada de eso-.
-Entonces, ¿por qué dejas a alguien vigilando a Abraham Valerio?-
Después de un rato, Édgar habló con indiferencia, -Ella intentó divorciarse de mí para casarse con la familia Valerio, ¿crees que le daría esta oportunidad?-
Alex no dijo nada.
Nunca se puede despertar a un hombre que finge dormir.
...
Después de que Aitana Santángel regresara a la casa de la familia Santángel, empezó a destrozar cosas en su habitación, dejando caer todo lo que podía.
La criada se quedó en la puerta, sin atreverse a entrar y aconsejar, y se apresuró a buscar a Agustina Secada.
Agustina no pudo evitar fruncir el ceño ante sus palabras, -¿Quién la ha cabreado otra vez?-.
-No sé, la señorita Aitana así al volver.-
Agustina dijo, -¿Ha vuelto el señor?-.
-Todavía no-.
Agustina suspiró y se levantó, -Iré a ver, busca dos hombres para ir allí y limpiar su habitación-.
En estos años el temperamento de Aitana se hacía cada vez más grande, después de todo, su apellido no era realmente Santángel, y Saúl Santángel se impacientaba cada vez más, si no fuera por esta preparación para el matrimonio con la familia Valerio, probablemente la habría echado hace tiempo.
Agustina se dirigió a la puerta de la habitación de Aitana y vio los restos por toda la habitación con dolor de cabeza, -¿Qué está pasando aquí?-
Aitana comenzó a llorar agravado cuando la vio, -Tía ......-
-Deja de llorar y di lo que pasó-.
-Fui a ver a Abraham hoy, pero esa mujer lo estaba molestando de nuevo-.
La cara de Agustina se enfrió, -¿Qué mujer?-
Aitana tartamudeó, -Sólo ...... primo no me deja hablar de ello-.
-No te deja hablar de ello, ¿así que no lo harás? Entonces no llores delante de mí-.
-Tía -. Aitana se mordió el labio, -Es Doria Aparicio-.
Agustina frunció el ceño, -¿Por qué es ella?-
-No sé ...... desde que ella se divorció de mi primo, ella ha estado molestando a Abraham, y no sé lo que mi primo quiere hacer, sólo regañé a la mujer dos veces y él me reprochó-.
Agustina hizo una mueca, -Son todos iguales-.
-Tía ......-
-Basta-. Agustina la interrumpió, -Aitana, no eres demasiado joven, es hora de controlar tu temperamento, si sigues teniendo este aspecto cuando te cases con la familia Valerio después, ¿cómo podría Abraham gustarse a ti?-.
Ante esas palabras, los ojos de Aitana se iluminaron, -Tía, ¿me ayudarás en este asunto?-.
Doria lo pensó, -Bien, vamos-.
Tras regresar a casa, Doria se sentó en su escritorio a dibujar diseños durante la mayor parte del día.
Por el contrario, Claudia, tumbado en el sofá, comía y se iba a dormir, se despertaba del sueño y volvía a comer, y toda la persona vivía una vida confusa.
A medianoche, Claudia se despertó por el timbre de su teléfono en el estudio, y cuando vio que Doria respondía a una llamada. El semblante de Doria cambió, y cogió su chaqueta y se dirigió al exterior.
Claudia preguntó, -¿Qué pasa?-
-Ismael entró en custodia-.
-Mierda, ¿qué está pasando? Me iré contigo-.
-No, iré yo solo, la persona que llamó dijo que Ismael era la víctima, así que no debería haber mucho problema-.
Claudia dijo, -Está bien, llámame si tienes algún problema-.
Doria respondió y se apresuró a marcharse.
Cuando ella llegó al centro de detención, vio a varios hombres de aspecto punk sentados en taburetes, y cuando oyeron entrar a alguien, levantaron la vista, cada uno con una mirada poco amable.
Ismael se sentó a poca distancia, con su bello rostro cubierto de magulladuras.
Respirando profundamente, Doria se acercó y preguntó, -¿Qué pasa?-.
Ismael la miró y frunció el ceño, -¿Por qué te han llamado aquí?-.
-Soy tu hermana, si no, a quién llamaron-.
En ese momento, un oficial de policía se acercó con un libro de registro, -Usted es la tutora de Ismael, ¿verdad?-
Doria se dio la vuelta y asintió, -Soy su hermana, ¿qué pasa?-.
-El caso es que el grupo irrumpió en el lugar de trabajo de tu hermano y luego hubo un enfrentamiento y tu hermano se peleó con ellos-.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO
Quiero el finall...