Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 60

-No te preocupes, me encargaré de esto, y definitivamente te ayudaré a negociar un buen precio-.

Ismael asintió, -Gracias-.

El gerente de Club Crepúsculo le dijo, -¿Por qué eres tan educado conmigo, sólo ...... no te sientes mal?-

-No hay nada que lamentar, necesito el dinero más que esto ahora mismo-.

El gerente suspiró, -Está bien, le solucionaré esto lo antes posible-.

Ismael hizo una mueca y se alejó pavoneándose.

El gerente se dio la vuelta, pero vio al hombre de pie no muy lejos y se apresuró a acercarse, -Señor Édgar-.

Édgar, vistiendo sólo una camisa blanca, se quedó de pie con una expresión tranquila, una mano en el bolsillo de su pantalón, miró en la dirección en que Ismael se fue, su voz extremadamente ligera, -¿Para qué necesitas dinero?-

El gerente recordó que Ismael le había dado una paliza antes, y dos gotas de sudor frío brotaron en su frente, pero no se atrevió a no responder, -Ismael parece que algo le pasó a su familia-.

-¿Cuánto necesita?-

-Cien miles de euros......-

Édgar resopló, había olvidado que esa familia suya siempre había sido un león, que abría la boca por 100,000 euros.

Al ver que él dudaba en hablar, el corazón del gerente se le quedó colgando de la garganta, -Entonces, señor Édgar, si no hay nada más, me iré primero-.

-Vale.-

Después de que el gerente se fuera, Alex salió de un lado, -¿No preguntas qué pasó?-.

Édgar levantó la pierna para irse, su voz inaudible sin emoción, -No me interesa-.

Cuando salió de Club Crepúsculo, Édgar recibió una llamada de número desconocido.

Él apretó el entrecejo y cuando descolgó, la cautelosa voz de Doria llegó desde el otro lado de la línea, -Señor Édgar, ¿estás ocupado?-.

-Díme-.

-Yo ......- Doria estaba muy vacilante por allí, y no dijo las palabras que siguieron.

De hecho, en el momento en que sonó la fría y gélida voz de Édgar, ella se arrepintió de haber hecho la llamada.

Édgar no fue tan paciente, -¿Qué tal si lo digo yo por ti?-

Doria se quedó helada, -¿Eh? ......-

-¿Qué va a ser, 100,000 euros? ¿O 200,000 euros?-

-No quería decir eso, sólo quería ......-

Édgar la interrumpe, -Doria, ¿te he hecho hoy algún tipo de ilusión que te ha hecho pensar que podías venir a pedirme dinero?-.

Al otro lado del teléfono, Doria permaneció en silencio durante mucho tiempo, sin saber qué decir.

-No eres una chica de diecisiete o dieciocho años, simple y sin corazón, ¿deberías pensar que un beso puede significar que me gustas?- Édgar dijo con voz débil profunda, -Después de haber dormido tantas veces, si me gustas, que habría gustado hace mucho tiempo, ¿qué te parece.-

La voz de Doria era un poco ronca, -No pienso así-.

-Es mejor que no lo pienses así, es inútil pensar en ello-.

Cuando Édgar terminó de hablar, simplemente colgó el teléfono.

Al cabo de dos minutos, Vicente Laguna, que se estaba recogiendo el pelo, recibió un mensaje de Édgar, en el que le decía que no necesitaba encontrar una compañera.

¿Esto era ...... otra pelea?

...

Doria sostuvo el teléfono y se sentó junto a la ventana durante mucho tiempo.

La única razón por la que ella llamó fue para preguntarle si podía ella devolver el dinero en el mes que viene.

Pero no esperaba que ese hombre actuara como una pólvora, ella ni siquiera había dicho una palabra y él ya había dicho muchísimo y la rechazó.

Ella no podía pensar que este hombre la gustaba a menos que estuviera loca.

Después de un rato, Doria marcó el número de Armando Aparicio e inesperadamente no pudo comunicarse. Después de enviarle un mensaje de texto, tiró el teléfono a su lado, se abrazó a la manta y cerró los ojos.

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