Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 75

Cuando Doria abrió los ojos al día siguiente, Édgar ya no estaba en la habitación.

La sirvienta llamó a la puerta desde afuera, -Señora, ¿está despierta?-

Doria se frotó las sienes y se sentó con voz ronca, -Estoy despierta.-

Pronto entró la sirvienta, -Señora, el desayuno está listo, ¿se lo traigo o quiere bajar a comer?-

-Bajaré.-

-Bien.-

La sirvienta respondió, se dio la vuelta y se fue.

Doria se sentó en la cama un rato para recuperar las fuerzas poco a poco. Ya no podía ponerse la ropa de ayer, por lo que tuvo que ir al armario a buscar un conjunto.

En cuanto se sentó a la mesa del comedor, la sirvienta puso el desayuno y al verla cansada susurró, -¿Se encuentra mal, señora?-

Doria negó con la cabeza, -Solo estoy un poco mareada, no es nada.-

La sirvienta volvió a decir, -Antes de que el señor se fuera, me dijo que acompañara a la señora al hospital. ¿Cuándo quiere ir?-

Ahora lo que menos quería oír Doria era la palabra “hospital”, por eso hizo una pausa cuando tomó los cubiertos. Luego de un rato, preguntó, -¿Dónde está?-

-El señor se fue de viaje de negocios y tardará al menos una semana en regresar.-

-¿Viaje de negocios?-

Doria no entendió lo que quería hacer Édgar, ¿no había dicho que quería ir al hospital hoy? ¿O pensaba que ese asunto no era importante para él, y bastaba solo encontrar a alguien que la acompañara?

La sirvienta asintió con la cabeza, -Sí, el señor también me ordenó cuidar bien de la señora durante su ausencia.-

Doria frunció los labios y no habló, “¿Cuidar? Qué bonito lo ha dicho.

Ese cabrón realmente ha sido muy inhumano, ¿cómo puede ser tan frío? Incluso si no quiere a este niño, pero si tuviera un poco de sentido de responsabilidad, tampoco haría tal cosa”.

Se quedó al margen y no se involucró en nada del asunto, e incluso se fue de viaje de negocios. Después de que regresara, todo se habría terminado y ni siquiera necesitaría ser condenado por su conciencia.

Esa estrategia era demasiado despiadada.

Doria masticó con fuerza la comida que tenía en la boca y dejó el cuchillo y el tenedor fuertemente.

La criada se sorprendió, -¿Señora?-

Doria respiró hondo, -Estoy llena.-

-Oh, espere un minuto, señora. Recojo la mesa y la acompañaré al hospital.-

Doria miró hacia el exterior donde ya había un conductor esperando allí.

No podía huir.

Así que solo pudo asentir con la cabeza, -Está bien.-

De camino al hospital, Doria miró por la ventana y guardó silencio.

Parecía que lo que dijo Édgar tenía mucha razón: hacer el amor y gustar eran dos cosas distintas.

Anoche se le fue la olla y no supo por qué pensó que tal vez podría arreglar su relación. Quería hablarlo con él cuando se levantaba hoy. Pero sorprendentemente ese cabrón se fue sin más después de acostarse con ella, e incluso para no dejarle oportunidad de arrepentirse, directamente se fue de viaje de negocios.

La sirvienta sólo sabía que Édgar le pidió acompañar a Doria al hospital para chequear su salud, pero no sabía qué problema tenía. Al llegar al hospital preguntó, -Señora, ¿a qué especialidad vamos?-

Doria estaba mirando a su alrededor en ese momento, ya trazando una ruta de escape en su mente, al escuchar eso dijo, -Cualquiera.-

La sirvienta recordó que dijo que tenía dolor de cabeza y, preguntándose si sería un resfriado, pidió cita con el médico de cabecera.

Después de coger la cita, caminaron hacia la entrada de la sala de tratamiento. Pero en ese momento Doria se detuvo de repente y dijo con calma, -Quiero ir al baño. Espérame aquí.-

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO