Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 74

Doria tosió y apartó la mirada de forma no muy natural.

Bastaba con que todos tuvieran las cosas claras en mente, porque era vergonzoso decirlo.

Édgar la miró con frialdad, no había emoción en sus hermosos rasgos faciales.

Pasados ​​unos segundos, Doria levantó la colcha, -Disculpa las molestias de hoy, gerente Édgar, voy a regresar primero...-

Édgar se paró frente a la cama con las manos en los bolsillos del pantalón, luciendo frío.

Doria originalmente estaba mareada y sin fuerzas. Casi había agotado toda su energía cuando se levantó a la fuerza de la cama. En el momento en que su pie pisó el suelo, su vista se volvió borrosa e inconscientemente se agarró de algo para no desmayarse.

Después de recuperarse un poco, miró en la dirección de su mano.

Lo que agarró fue la camisa de Édgar.

Doria sonrió secamente y recogió su mano, pero cuando perdió su punto de apoyo, no pudo evitar caerse. Édgar levantó la mano y le envolvió la cintura.

La gran inercia hizo que los dos cayeran juntos en la cama.

Doria parpadeó, tenía las mejillas rosadas y los ojos húmedos.

Édgar apoyó sus manos sobre la cama y se quedó encima de ella. Sus ojos negros eran profundos y su voz era un poco apagada, -¿Qué quieres decir con esa mirada?-

Doria apartó la vista, ¿qué mirada había puesto?

Ella simplemente sentía calor por todas partes, y no pudo evitar... querer acercarse a él.

Édgar le apretó la barbilla para obligarla a mirarle y dijo sin prisa, -Dime, ¿qué quieres hacer?-

Doria no respondió, solo sintió que a pesar de estar tan cerca, no parecía poder ver lo que estaba pensando.

Cuando estaba en la oficina hoy, él parecía un hombre insensible e impasible, además de frío y despiadado. Pero en un abrir y cerrar de ojos, se apresuró a rescatarla, y apareció en un lugar donde no debería estar.

Para agravar su venganza contra ella, se podía decir que hizo todo lo que pudo. Además, simplemente con un pequeño truco podía hacerla cargar con millones de deudas.

Pero nunca mencionó que Armando le pidió dinero.

Después de tres años de matrimonio, pensó que conocía un poco a Édgar, pero ahora se dio cuenta de que nunca lo había entendido de verdad.

Al verla distraída, Édgar frunció el ceño con impaciencia, -Habla.-

Doria dijo lentamente, -No es nada, solo que de repente siento que el gerente Édgar es bastante guapo.-

Édgar no supo qué decir al respecto.

De improvisto, Doria levantó la mano para abrazar su cuello, luego levantó un poco la cabeza y besó sus labios.

Los ojos oscuros de Édgar se apagaron gradualmente. Habían pasado más de cuatro meses desde que ella solicitó el divorcio. Él no la había tocado en mucho tiempo.

Le rodeó la cintura con los brazos e invadió sus labios.

Doria aprovechó la oportunidad para morderle la lengua vengativamente, pero a cambio consiguió que el hombre la besara con más fuerza.

Todo salió con naturalidad, cuando llegaron al último paso, Doria agarró inconscientemente su mano, -Tú... sé gentil.-

Al ver sus ojos llorosos, Édgar sintió pena sin razón. Su voz era baja y ronca, -Vale.-

Como no habían hecho el amor en mucho tiempo, Doria estaba un poco nerviosa y un poco asustada. Por eso, en cuanto él se movió, ella gritó.

Édgar se detuvo y la miró sin expresión alguna, -¿No te estás pasando un poco con la actuación?-

-No estoy actuando... Me duele.-

-Ni siquiera te dolió tanto en la primera vez.-

-Esa vez fue diferente...-

Estaba drogada e inconsciente en ese momento.

Édgar dijo, -¿Tengo que encontrarte algo para animarte?-

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