Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 92

Sin mirarla, Édgar retiró la mano y subió los escalones.

Después de seguir algunos pasos, Doria no pudo evitar decir, -¿Hay algún lugar al que el Gerente Édgar quieras ir? Si no, regresaré primero.-

-¿Nadie te dijo nunca que deberías hacer más ejercicios cuando estás embarazada?-

Doria dijo en serio, -Mi médico me acaba de decir que necesito descansar más y mantengo alejada de personas y cosas molestas.-

La mirada de Édgar posó ligeramente en la cara de Doria.

-Por supuesto, quedarse con el Gerente Édgar puede hacer feliz a la gente tanto físicamente como mentalmente, ¿a dónde más quieres ir, Gerente Édgar? Vámonos rápido o estará oscuro.-

Édgar miró la falsa sonrisa en su rostro y se burló, -Ya no iré.-

Doria exhaló, pensó que era mejor.

El camino de regreso parecía ser mucho más corto de lo que era cuando llegara, y después de un rato, ya estaban en la puerta de la casa.

Doria dijo, -Entonces voy arriba primero, y el Gerente Édgar me llamarás si tienes algún problema.-

Mientras escapó sin esperar a que Édgar le respondiera.

Luego de regresar a la habitación, Doria se sentó frente a la cama y sacó su manuscrito, pero su mano sosteniendo el pincel no se había caído.

Ahora estaba llena de imágenes de Édgar parado en la popa extendiéndo la mano hacia ella.

Después de terminar el último trazo, Doria firmó su nombre como de costumbre.

Dejó el pincel y se estiró, en este momento le llamó Claudia.

Claudia dijo, -Cariño Doria, ¿qué estás haciendo?-

Justo cuando Doria estaba a punto de contestar, bajó la cabeza y vio el boceto sobre la mesa, no sabía si ese era el motivo de su conciencia intranquila, se apresuró a cerrar el manuscrito y se rio, -Nada... Acabo de pintar, ¿qué pasa?-

Por suerte, Claudia no descubrió su anormalidad, solo dijo, -Estoy tan aburrida en la Ciudad Sur sola, da la casualidad de que es fin de semana mañana, ¿quiero visitarte? Las fotos de paisajes que me enviaste antes son bonitas.-

Doria dijo sin pensar, -¡No!-

Claudia preguntó, -¿Qué te pasa?-

-Quiero decir que estás demasiado lejos, sí, demasiado lejos. Y solo tienes dos días, parece estar demasiado apurada para divertirte, por lo que es mejor que esperes a la próxima vez, la próxima vez que tengas unas vacaciones largas, vendrás aquí.-

-Está bien, oye, vi a Carmelo hace dos días, Él y la manceba son muy cariñosos ahora, era realmente repugnante que hizo la apariencia de que no podía vivir sin mí. Todos los hombres tienen la misma naturaleza asquerosa, quien no están satisfechos con sus mujeres, ni pierden ninguna oportunidad para seducir a otras mujeres como mariposones.-

Doria se quedó sin palabras.

Ella creía que Claudia tenía razón. No importaba cómo se comportara, no renunciaría a otras mujeres.

Se preguntó ¿qué era el amor para ellos?

Carmelo era así, y Édgar...

Después de que Claudia se quejara por un tiempo, y le dijo a Doria que se cuidara, ella colgó el teléfono.

Doria puso el teléfono sobre la mesa, volvió a abrir el manuscrito, después de pensarlo, arrancó la página, la enrolló y la tiró a la basura.

Después de exhalar, se animó y comenzó a dibujar un borrador del diseño.

Doria estaba inmersa en el trabajo, completamente inconsciente del oscurecimiento del cielo afuera.

No sabía cuánto tiempo pasó, y oyó golpes en la puerta.

Se oyó la voz tibia de Édgar, -Doria, ¿estás dormida?-

Doria se levantó y abrió la puerta de mala gana, -Gerente Édgar, ¿qué pasa?-

-Comamos fuera.-

En este momento, Doria se dio cuenta de que era hora de cenar.

Pero se preguntó a este cabrón no le gustaba salir a comer, ¿por qué salió ahora?

Édgar miró por la ventana, -La temperatura se ha enfriado por la noche, llévate una chaqueta.-

-Vale.-

Doria volvió a la habitación, tomando un abrigo, y luego bajó las escaleras.

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