Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 37

Horas después Graciella se había ido y Mate me estaba esperando abajo. Me sentía rara vestida toda elegante, no era mi estilo. Pero era un evento muy importante y tenía que estar presentable. Además de que mi jefe estará allí y no sé cómo actuará o qué. Solo esperaba que fuera solo. Al menos. Cuando bajé, Mate me esperaba junto a su flamante coche, pero esta vez traía un chofer.

Cuando Mate me vio su mirada me recorrió de pies a cabeza, me sentí un poco incómoda y nerviosa porque no me gustaba que se me quedaran viendo.

—Alicia , estás hermosa —me halagó, acercándose a mi y tomándome de la cintura.

—Gracias.

—Te lo digo muy en serio, Alicia , he hecho una buena elección con el vestido. Te ha quedado increíble.

—Por cierto, gracias por eso. No debiste molestarte. ¿Cuánto te costó? Te lo puedo ir pagando...

Mate rió.

—Por Dios, Alicia ... —el chofer nos abrió la puerta de los asiento traseros.

—¿Qué? —lo miré mal mientras me montaba— ¿me crees incapaz de conseguir la cantidad de dinero? Claro, piensas que con el salario que Nicky me da te lo pagaría en un año —masajeé mi sien.

—Yo no he dicho eso —estando los dos dentro el chofer arrancó. —Es solo que fue un regalo y no tienes por qué pagarme nada. Cómo crees.

—Yo insisto...

—Alicia , es un regalo. —me miró y puso su mano encima de la mía. Respiré profundo y me calmé.

—Está bien, gracias.

—Acostúmbrate a que te de regalos —me dice.

—Ajá.

El resto del camino fue todo normal, el coche se estacionó frente a un enorme local, en realidad habíamos entrado a un enorme lugar, con jardines, pasto verde, algunas estatuas de cisnes o esas cosas. Frente a nosotros había una enorme fuente con algunas luces que hacían que el agua se viera de varios colores. La mansión era enorme y muy lujosa. Habían varios coches estacionados, todos de lujo. Había un chico frente a la casa que se encargaba de estacionar los coches y así. Mate bajó de primero, tendiéndome la mano para bajar después. Todo era otro ambiente, mucho mejor.

—¿Te sientes bien? —me preguntó. Ahora el chico se había llevado el coche y detrás se estacionó otro.

—Me siento un poco nerviosa —acomodé mi pelo, iba suelto y en ondas. Mate me tomó de la cintura, atrayéndome un poco más a él, gesto que me desconcertó un poco pero no le di tanta importancia.

—Tranquila, no te dejaré sola ni un momento —esa frase quizás me tenía que reconfortar, pero hizo mucho hincapié en "ningún momento".

—Está bien.

Ambos íbamos a caminar hacia la entrada, pero una voz femenina a nuestras espaldas nos hizo detenernos.

—¡Mate! —exclamó la chica, al voltear a ver ahí venía Veronica y Nicky. Sentí un vuelco en mi corazón al verlo ahí con un traje que se le adhería perfectamente a su cuerpo, se miraba tan imponente y tan guapo. Pero venía del brazo de Veronica, quien traía un vestido largo en negro con una pierna descubierta. Su pelo largo y rubio venía en una moña alta. Ugh, odiaba las moñas. Y no es por criticar ni nada pero a ella no se le miraba bien. De inmediato mi estado de ánimo cambió. —Tengo semanas de no verte —Veronica la bruja se acercó a Mate y le dio un beso en el cachete ignorándome por completo— ¿Donde te pierdes?

Noté que Mate hizo el gesto de apartarse pero de manera sutil y sin hacerse notar. Yo sí pude hacerlo, era buena leyendo las expresiones de las personas.

—He estado en cosas importantes —respondió Mate— Cosas que sí valen la pena.

Auch. Eso debió de doler, en eso Mate me tomó de la mano y me acercó más a él, ahí sí la tonta de Veronica me miró de pies a cabeza.

—Nicky, tienes rato de no ir a la oficina —saludó Mate a Nicky que recién se acercaba a nosotros.

—He estado ocupado —respondió Nicky, creo que trataba de ignorarme. Bien, podría hacerlo mejor yo. Me crucé de brazos y me dediqué a ver quienes llegaban. Aunque estaba escuchando toda la conversación. Sabría tomó del brazo a Nicky y se recostó en su hombro. Agh, qué pegadiza. ¿Por qué algunas mujeres serán así? —¿Cómo van tus negocios?

—Bastante bien, hemos crecido las últimas semanas —respondió Mate un poco animado.

—Alicia , —esta vez Nicky sí me habló. Lo miré de inmediato sintiendo algo en mi pecho.

—¿Si? Señor Chance.

—¿Cómo van las cosas en la empresa? ¿Has aprendido bien las últimas semanas?

—Así es, con la ayuda de Kyle, claro está. Se le extraña en la oficina —le medio sonreí. Era consciente de que Mate estaba atento a la conversación.

—Qué bien, en estos días estaré por ahí —hubo un momento en que ambos nos quedamos viendo fijamente a los ojos como por tres segundos.

—Nicky, vamos dentro. —lo apuró Veronica.

—Está bien. ¿Vamos, Mate?

—Vamos.

Los cuatro empezamos a caminar dentro de la enorme mansión. Habían muchas personas vestidas de gala y muy elegantes. Habían mesas perfectamente ordenadas. Nicky empezó a saludar a otros empresarios, supongo que era gente muy poderosa. Veronica dejó la mano de Nicky para encontrase con otras chicas que se veían superficiales y así. El lugar era enorme, habían candelabros súper finos, meseros con copas de champán y con algunos bocadillos. Al parecer era un evento muy importante. Al final había una tarima con un micrófono. Mate me había dicho que elegirían al empresario que ha presentado más ganancias. Al parecer era algo así como el empresario del año. Le darían un premio etc.

Yo tenía tantas ilusiones de que Nicky ganara, aún recuerdo la vez que me llevó a la cena con su padre. Él lo hacía menos y siempre lo comparaba con Mate. Yo más que nadie sabía que Nicky trabajaba duro, todo lo que podía y al parecer no era suficiente para tenerlo contento.

Había tanta gente y yo me sentía menos aquí.

—¿Nos vamos a sentar? —me inquiere Mate —dentro de media hora empezarán a elegir. —Había una pista de baile, pero eran bailes lentos y sofisticados, no como en las discotecas o fiestas. Empezó a sonar una música clásica por algún lugar. —¿O prefieres bailar?

—Les invitamos a tomar asiento por favor porque empezaremos con la ceremonia.

Mate apreció después.

—¿Nos vamos, Alis?

Miré a Nicky una ultima vez, él solo me dio una ultima mirada para después rodearme e irse para su lugar.

—Claro.

Mate y yo nos dirigimos a una mesa del centro, habían dos personas más en la misma mesa. Nicky y Veronica estaban a una mesa antes de la nuestra. El hombre empezó a hablar diciendo cosas de comercio y un montón de cosas que me parecían un poco aburridas. Pronto elegirían al empresario que puso más en alto su empresa. A lo lejos miré que Nicky se sentía un poco nervioso, lo sabía porque él se movía mucho. Cambiaba de posición y así, se miraba ansioso. Quizás estaba esperando el resultado. Si estuviera con el tomaría su mano para que se tranquilizara un poco y le hiciera saber que sea cual sea el resultado él sería el mejor. No tenía la necesidad de demostrárselo a nadie más.

—Ahora sí, ha llegado el momento más esperado de la noche —el hombre sacó un sobre negro en donde estaría el nombre de la persona. —En este sobre está el nombre del empresario que se ha vuelto más poderoso el último año, quien ha echo crecer su empresa a ritmos impresionantes. Quien ha demostrado ser capaz de todo, quien sí se merece el puesto de jefe. —el hombre abrió el sobre. Yo estaba cruzando los dedos para que fuera Nicky. A mi lado Mate se veía tranquilo, como si no le importara un resultado. O quizás se miraba más confiado más bien.

Que sea Nicky, por favor, que sea Nicky.

—El premio al mejor empresario es... —suspenso, suspenso—... ¡Mate Russel!

Aplausos.

Cerré los ojos por un momento, sentí el mismo dolor que quizás sintió Nicky. Mate se levantó de su lugar, me dio un beso en la mejilla para después caminar hacia su premio. Noté que Nicky se levantó de su silla a pasos apresurados, me pasó a la par sin siquiera mirarme y se fue por un pasillo. Mate se ponía frente al micrófono, estaba emocionado. Quería quedarme a escuchar su discurso pero me importaba más Nicky. Giré sobre mis talones con estos tacones tan incómodos y seguí a Nicky. Era un pasillo más solitario, corrí hasta llegar a una puerta del final, era el baño de hombres. Escuché golpes así que decidí entrar. Nicky estaba golpeando el espejo del baño, incluso lo había quebrado.

—¡Nicky! —exclamé al ver su mano ensangrentada. Se miraba hecho una furia, incluso noté algunas lágrimas en su rostro.

—¡Vete de aquí, Alicia ! —insistió en seguir golpeando el espejo con sus puños, pero no podía permitirlo. Tomé sus manos y las detuve.

—No lo hagas, no vale la pena —sostuve sus puños con toda la fuerza que pude porque él obviamente era más fuerte.

—¡Se queda con todo lo que quiero! —exclamó después. Se miraba tan frágil. Se miraba como un niño perdido. Un niño a quienes sus padres no le ponían atención y solo le exigían cosas. Un niño quien necesitaba amor.

—¿A que te refieres? —logré que dejara de hacer fuerza con sus brazos.

—¡A todo! ¡Se queda con el premio, con el cariño de mi padre y hasta contigo!

Parpadeé varias veces porque me había tomado por sorpresa lo que me había dicho.

—¿Conmigo?

—Sí. Él ganó. Se quedó con lo que más quería. Se quedó contigo.

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