—¿Quién está ahí? —Una voz antigua y majestuosa llegó, era el anciano señor Sánchez de la familia Sánchez, Borja Sánchez.
—Son señoras Vargas —Respondió Vicente.
Probablemente se equivocó. ¿Cómo podía tener una mirada tan odiosa una chica que solo tenía veinte años y acababa de graduarse en la universidad?
Y...
Vicente se burló en su corazón.
Isabel siempre había tenido fama de ser una belleza arrogante de buen ver, pero desgraciadamente no era suficientemente inteligente.
Respondió a su abuelo mientras se sentaba de nuevo en el sofá y seguía preparando manzanas.
La suite con todas las comodidades era la mejor del país. Todos los años Borja venía aquí para los controles médicos regulares. Fue inesperado que se encontrara con ellas.
—Hace muchos días que no te veo, parece estar en buena forma. —Luisa sonrió y tiró de Isabel para que la acompañara en la conservación.
Borja que estaba sentado en la cama con una sonrisa:
—Ja, ja, ja, qué va. ¿Cómo le va tu suegro?
En términos de activos, la familia Vargas no era tan fuerte como la familia Sánchez, pero en términos de política, la familia Vargas era absolutamente poderosa. En la Capital Imperial donde se reuían los nobles tambiém era una familia impresionante.
¡Salvo el marido de Luisa que tenía alto cargo, el abuelo Vargas, que era una figura legendaria en la Capital Imperial!
—Ha estado un poco ocupado últimamente y antes había dicho que le buscaría para jugar al ajedrez cuando estuviera libre —Luisa respondió con una sonrisa.
Borja volvió a mirar a Isabel:
—¿Por qué llevas la ropa de hospital? ¿No te sientes bien?
¿Por qué estaba tan silenciosa hoy?
—Probablemente, no se ha recuperado todavía, apresúrate a volver a tu habitación y descansar. Cuando estés bien, vuelve a nuestra casa como invitada. Le pediré a Carmen que haga tu postre favorito. Borja también se había dado cuenta de su anormalidad, pero esta chica, por lo que él recordaba, no era nada, salvo que le gustaba sentirse orgullosa por su origen familiar.
Antes, cuando ella siempre decía que quería ser la novia de Vicente, él lo había considerado, pero...
¡Aquella Celia Moreno no tuvo vergüenza y siguió molestando a Vicente!
En ese momento, Isabel le miró con expresión curiosa:
—Señor Sánchez, Vicente, ¿es cierto que la novia de Vicente tuvo un accidente de coche y se murió?
Toda la sala estaba inusualmente silenciosa.
¡Los dos de la familia Sánchez estaban sorprendidos!
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