Sabía lo que tenía que hacer ahora, ya no podía quedarse más tiempo junto a Marcus o terminaría desolada. Esperó que creyera en ella pero como siempre, eligió a Emma.
—Liviana…— Jayne la llamó pero ella no se dignó a girarse y prestarle atención, en esos momentos el cielo era su refugio— Sé que estas sufriendo pero… piensa en tu bebé.
—Por mi bebé, precisamente es que estoy de pie ahora, Jayne. — respondió aun sin mirarla. Jayne llevó su mano a sus labios con asombro pensando lo peor ante la confesión de Liviana—
—Liviana…
—Me iré, no quiero permanecer más tiempo en esta residencia.
—Claro, sabes que iré contigo a donde sea, somos amigas Liviana. — dijo Jayne acercándose a ella —
—Gracias. — Se giró para quedar frente a su amiga, sabía que Jayne era más que eso, era como una hermana para ella—
—No tienes que agradecerme nada. — calló por un momento antes de formular la pregunta — ¿Qué pasó realmente?
—No fue mi culpa Jayne.
—Lo sé Liviana… conozco a Emma, ella siempre consigue lo que quiere aunque tenga hacer cosas tan bajas como las de hoy.
—¡Ella fue la que se lanzó por las escaleras! No le importó su vida ni la de su supuesto bebé. ¿Qué clase de mujer es ella?
—Una sin escrúpulos ni sentimientos, Marcus está más que engañado con esa arpía, pensé que Marcus había cambiado tan solo un poco ¡ni siquiera la ama realmente! — dijo Jayne alterando un poco la voz por el enfado —
—Marcus sabe que estoy embarazada, al menos fue lo que dijo Emma.
—¿Qué? ¿Pero cómo?
—Vino a felicitarme y a restregarme en la cara que Marcus prefería más a su hijo que a mi bebé. No entiendo como Marcus pudo saberlo, yo no le he dicho, y si es así, ¿Por qué no habló conmigo?
—Realmente no entiendo, pero aquí hay algo que no cuadra, ¿Por qué no hablas con Marcus primero? — sugirió Jayne —
—¡NO! No quiero hablar con él, no quiero verlo, me ha echado de su vida, otra vez, y ahora me iré. — dijo Liviana muy decidida, estaba cansada de ser ella la que siempre cede, la que más sufre, ahora le tocaba a Marcus —
—¿Y a dónde iremos? — preguntó Jayne —
—Mientras la temporada termina, viviremos en la residencia de mi padre, luego, antes del nacimiento de mi bebé, nos iremos a vivir al campo.
—Bien.
—Pero tú… deberías quedarte y darte una nueva oportunidad, Jayne, aún eres joven para encontrar un buen esposo.
—No… Liviana eso es imposible. Nadie querría estar conmigo… no después del escándalo que protagonicé hace unos años atrás. — respondió Jayne desviando su mirada —
—¿Qué fue lo que pasó realmente para que tus padres te echaran? ¿Y Christian, que hizo?
Liviana sabía algunas cosas que Jayne le había adelantado, pero no sabía toda la historia, según Jayne era algo vergonzoso y doloroso para recordar.
—¿Christian tuvo la culpa de que tus padres te sacaran de sus vidas? ¿Por eso tu hermano Logan no soporta la presencia de Christian, verdad? — Liviana trataba de averiguar algo pero Jayne se rehusaba a hablar —
—Te prometo que te contare todo pero… no ahora por favor, mejor concentrémonos en irnos de aquí.
Liviana solo asintió, no quería presionar a su amiga, sabía que en su momento ella le contaría lo que había pasado. Y en esos momentos ella tenía razón, no quería ver a Marcus y mucho menos a Emma.
La Sra. Rose rápidamente hizo lo que Liviana quería, sin reproche y preguntas mandó a que fuesen recogidas todas las pertenencias de las damas, y por supuesto, las del Conde de Hamilton también. Una vez todo fue organizado Liviana mandó a que sacaran sus cosas y la trasladaran a la residencia de su padre. Salieron de la habitación y bajaron al salón, Emma ya no estaba, y Marcus tampoco.
Su padre la miraba buscando alguna explicación.
—En eso te equivocas, Liviana es mejor que tú en todos los sentidos Emma. En el pasado pude estar vislumbrado por tu belleza pero eso no lo era todo, no te amaba, pero lo que siento por Liviana más vas allá de lo real, de la belleza exterior, ella pudo demostrar que realmente me ama ¿Cuándo lo has hecho tú?
Emma no podía hablar, estaba en shock, Marcus la había descubierto, sabía de las aventuras con sus otros amantes.
—Nunca. Ahora quiero que salgas de mi vida, que nunca más vuelvas a ir a mi casa, o a buscar a mi esposa, ¿quieres una casa? quédate con esta si quieres, pero a mí no me ves nunca más.
—¡No Marcus! Espera… — Marcus no hizo caso y caminó hacia la puerta para salir de ahí — ¡Te vas a arrepentir! ¡Te lo juro Marcus!
Salió de la residencia donde estaba Emma y entró a su carruaje para ir directo a su casa, donde estaba su esposa, en estos momentos Liviana debe odiarlo, sin pensar en los hechos le gritó, le dijo que se fuera sin escucharla. Y lo peor de todo es que de seguro cree que el supuesto hijo de Emma, es suyo.
Al llegar a su residencia rápidamente corrió a la habitación de Liviana, al abrir la puerta no la encontró, frunció el ceño, al no verla ahí, pero siguió buscando en todas las habitaciones de la mansión, pero Liviana no estaba en ninguna.
—¿Excelencia, desea algo? — preguntó la Sra. Rose al verlo parado en la cocina —
—Mi esposa, ¿Sabes dónde está? — su voz sonaba desesperada —
—Su esposa partió hace unas horas con Lady William. — respondió ella —
—¡¿Qué?! — Marcus no podía creer lo que escuchaba, Liviana no podía haberse ido — ¿Sab… sabes a dónde fue?
—Me temo que no, excelencia. Solo pidió que sus cosas y las de su padre fuesen recogidas y llevadas al carruaje.
—Entiendo, gracias. — Marcus dio la espalda a la Sra. Rose quien, miró a las demás mujeres en la cocina, antes de irse, Liviana le había pedido que no le dijera a Marcus a donde se había ido—
Al llegar a su habitación y ver lo desolado y miserable que se sentía decidió ir a la habitación de Liviana, respiró profundamente y sintió su corazón latir fuertemente al reconocer el dulce aroma a flores que su esposa siempre llevaba.
Se recostó en su cama y cerró los ojos, pero sabía que no dormiría, no hasta encontrar y hablar con Liviana, pero sabía que las posibilidades de que lo perdone son muy bajas, debía admitir que la había perdido y todo había sido su culpa.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Miserable Matrimonio (COMPLETO)
Hermosa historia me gustaría leer la continuación de esta historia...