Justo en el momento cuando Yara estaba muy emocionada, Maluma dijo en voz alta, -Señores, no se preocupen, iré a hablar con ellos ahora, quédense ustedes aquí para esperar mis buenas noticias.-
Yara sintió que estaba respaldada por Maluma en este momento, y nadie se atreverían ponerles problemas, así que inmediatamente dijo, -¡Maluma, iré contigo!-
René le dijo apresuradamente a Yara, -Madre, será mejor que no vayas, si Maluma no puede resolver esto, ¡te puedes meter en problemas!-
-¡Quítate!- Yara dijo enojado, -¿Todavía te atreves a cuestionar lo que va a hacer Maluma?-
Todos los abuelos habían depositado la esperanza en que Maluma los ayudara a recuperar el dinero que tanto les costó ganar. Ahora, René se inclinó contra todos, por lo que causó el enfado de todos.
Ante las acusaciones de todas estas personas, René dijo la ligeramente, -Madre, es mejor que esperes aquí y no te metas en el berenjenal.-
Yara ni siquiera lo escuchó, inmediatamente maldijo, -¡Cierra tu boca maloliente! ¡¿Alguien ha pedido que hables? !-
La expresión de Maluma también se llenó de arrogancia, y se rio, -No tienes nada de capacidad, pero sí muchos celos, ¿crees que soy como tú, una basura que solo sabe gritar consignas?-
René vio que su suegra no escuchó su consejo, por lo que se rehusó a decir nada más y dijo con indiferencia, -Está bien, entonces espero aquí las buenas noticias del señor Maluma.-
Para René, le estaba disgustándole cada vez más su suegra Yara. Era demasiado envanecida, y muy a menudo se dejaba llevar por las apariencias. Para dejarlo claramente, era una anciana que lo único extenso de ella es su pelo largo, en cambios los conocimientos que tenía son muy escasos.
Lo que pasó hoy parecía no ser más que un fraude, pero con un poco más de investigación, sabrían que tendría más trasfondos. La suegra Yara no tenía la visión del panorama y quería meterse en el berenjenal ella misma, así que no podría hacer nada. Las lecciones de la vida que le haría crecer también serían buenas.
Yara no sabía que la intención de René era buena, le dirigió una mirada borde y le dijo a Maluma disculpándose al instante, -Maluma, no te lo tomes en serio, la tía Yara cree absolutamente en ti...-
Maluma sonrió triunfalmente y dijo, -Está bien tía Yara, no me tomaré enserio un cobarde.-
Después de todo, inmediatamente dijo muy animado, -¡Tía Yara, vayamos!-
-¡Vamos!-
Maluma llevó a Yara, atravesó la multitud y se dirigió a la puerta de Empresa de seguro Martínez.
Los dos llegaron a la puerta, inmediatamente dijo en voz alta a varios empleados que estaban bloqueando la puerta, -Vayan y díganles a sus jefes, que devuelvan el dinero a estos abuelos inmediatamente. De lo contrario dejaré que el equipo de abogados y el órgano de seguridad pública intervengan. ¡Si llegara ese momento, usted y su jefe serán arrestados!-
Yara también lo repitió desde el costado, -¿Perros, habéis oído? ¡Ahora estamos respaldados por alguien! Si su compañía estafadora no nos devuelve el dinero, ¡tenga cuidado de que el señor Maluma os envíe a todos a prisión!-
El empleado joven estuvo un poco nervioso y dijo rápidamente, -¡Lo siento, solo soy un guardia de seguridad y no soy responsable de este negocio!-
Maluma dijo con frialdad, -¡Entonces llama a tu jefe y dile que soy Maluma de la Ciudad J, la familia Navarro! ¡Que venga y se ocupe personalmente de ello, de lo contrario, asumirá las consecuencias!-
Mientras hablaba, la expresión de Maluma estaba llena de arrogancia.
Aunque su familia Navarro no era superior en la Ciudad J, pero al menos era de nivel medio.
Un tan solo jefe de una empresa de estafas, después de escuchar su nombre, ¿Se atrevería a no tratarles bien?
Martínez no tenía tanto poder en la Ciudad J. Pero esta persona tenía una buena cabeza y podía tomar caminos donde no las haya.
Pedro se dedicó a la estafa de la gestión financiera, sabiendo que no podía retener una cantidad tan grande, le pidió ayuda al señor Manuel. Le proporcionó parte de los ingresos ilegales al señor Manuel y solicitó el asilo de él.
Manuel podía hacer absolutamente lo que quiera en la Ciudad J. Por eso él estaba a salvo, porque Manuel era quien lo apoyaba, así que no tenía ninguna preocupación, y el negocio fraudulento también florecía con vitalidad.
Justo cuando Pedro estaba emocionado de estar junto al señor Manuel, sus subordinados le llamaron y dijeron, -¡Jefe, ha sucedido algo! Hay un tipo que dice que se llama Maluma, un señor de la familia Navarro, ha dicho que le devolvemos el dinero de inmediato, de lo contrario, ¡te enviará a la cárcel!-
-Maldita sea, ¿qué está pasando?-
Pedro frunció el ceño y le dijo a Manuel, -Señor Manuel, abajo hay un hombre que dice que es de la familia Navarro de la Ciudad J, ¡está liderando a los abuelos a dar problemas! Dijo que tenía tanto poder en la Ciudad J que quería que devolvamos todo el dinero que obtuvimos, de lo contrario nos mandaría a la cárcel...-
Pedro lo repitió exagerando los detalles, solo para provocar a Manuel.
Lo dijo, también inclinó y suplicó, -Señor Manuel, la familia Navarro sí que tiene alguna influencia en la Ciudad J. Si se aferraran a mí, realmente no puedo hacer nada más. Por favor, señor Manuel, ¡ayúdeme para salir de esta dificultad!-
-¿La familia Navarro de la Ciudad J?-
Manuel dijo con frialdad, -¡La pequeña familia Navarro no es nada para mí! ¡Incluso si viniera el encargado de la familia, también tendría que inclinarse y saludar cuando me ven! ¡Ahora sus descendientes se atreven a provocarme, serán porque están hartos de vivir!-
Después de esto, Manuel se metió en el bolsillo el detalle de la tarjeta bancaria de Pedro y dijo con frialdad, -¡Vamos, voy a ver qué pasa! ¡Quiero ver quién es ese maldito hombre que quiere que le devuelva el dinero!-
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