NADIE COMO TÚ romance Capítulo 171

Valeria acabó con muchas ansias la entrevista para la ceremonia de apertura y esperaba a ellos a terminar con las fotos.

Ella sola se paraba escondida en una esquina en silencio, cuyo humor tocó fondo.

Estaba pensando que, si Aitor ahora ya se hubiera enterado de estos rumores en Internet, se enfadaría mucho o no, la ignoraría para siempre o no y luego le echaría; y en cuanto al abuelo Julián, no sabía que los también hubiera conocido o no, él…

Cuando ella caía en su imaginación, por otro lado, en el Grupo Lustre.

Tan pronto como Aitor llegó a la compañía, de repente surgieron frente a él una gran cantidad de periodistas, quien se amontaron por aquí como si hubieran acordado, imposiblemente capaces de ser detenidos y anhelaron locamente hacerle la entrevista.

Por un momento, enfrente a la empresa se convirtió en un grave hacinamiento.

Aitor no tenía idea sobre qué había ocurrido, pero según su aguda percepción, suponía que no era algo bueno.

El periodista A formuló pregunta:

—Presidente Aitor, lanza la opinión sobre su esposa Valeria, por favor.

El B siguió:

—Presidente Aitor, ¿tiene alguna explicación más sobre la reputación de su esposa Valera? ¿Se continuará emitiendo Fondo para Valeria?

El C cuestionó:

—Disculpe, ¿es verdadero que Valeria es la hija ilegítima? Cuando ella estaba en la universidad… Ay, presidente Aitor, no se vaya. ¡Presidente Aitor!

Todos gritaban el nombre de su esposa, ¡de inmediato Aitor se dio cuenta de que este asunto atañía a Valeria!

Jacobo en este momento se le acercó a los oídos y le informó de las situaciones en Facebook con luciendo mal.

Y la tez de Aitor, ¡de pronto se volvió tan horrible!

Para su pasado, él lo averiguó muy bien. Si lo programaban e intentaban ciertas personas con motivos ocultos, una vez que lo propagaran en el Internet, por consiguiente, ¡le daría a ella un daño muy considerable!

Sobre todo, él acababa de publicar de alto perfil la identidad de Valeria, por lo que la gente podía reconocerla, además, ahora existían tales crueles noticias negativas, entonces cuán difícil sería la circunstancia actual en que se encontraba ella.

Se perdió el último calor en los ojos de Aitor, detrás de quien Jacobo mantenía el orden de la multitud y dijo:

—No hagan la cobertura equivocada, por favor. Valeria es la esposa del presidente Aitor, ellos se llevan muy enamorados, pues ustedes no hagan caso a cualquiera noticia negativa. Muchas gracias…

Un periodista dijo:

—Presidente Aitor, dicen que anda algo mal con Valeria, y su madre también se conforma mal. ¿Qué opina sobre eso? ¿Realmente usted siempre ha sido engañado por ellas?

Se asombró totalmente Aitor, sin esperar que las informaciones que la calumniaban fueran tan explosivas. Ahora entendió por qué los periodistas insistían tan locamente en conseguir entrevistarlo a pesar de todo.

El A volvió a preguntar:

—Presidente Aitor, diga algo por favor. ¿Es real como lo que dicen en Internet, que Valeria es la hija ilegítima, su vida en la universidad es extremadamente licenciosa…

Antes de que pudiera terminar sus preguntas, solo vio que Aitor de repente giró su silla de rueda para hacerle cara a cara, con miradas torvas, como si una fiera lo estuviera mirando ferozmente.

El periodista paró las palabras y se apuró a cerrar la boca.

Asustó a todos el aura potente de Aitor, cuya ira ya estaba ardiendo, ¡y los ojos parecían se quedaban en llamas! ¡Qué terrible!

Todos casi se hallaban sin aliento y al instante vino el silencio. Bajo su tal gran aura, se atemorizaron tanto que no se atrevieron a sonar.

Sin embargo, justo cuando Aitor estaba a punto de irse en la silla de ruedas, regresaron los ruidos y ellos le hicieron interrogaciones gritando a la vez.

Se mordía los dientes y gritó en voz baja:

—¡Basta! ¡Cállense!

Mientras habló, todos se calmaron, solo mirando a ese hombre enfadado.

Su expresión mostró tanta seriedad que nadie podía poner en duda sus palabras. Aitor dijo:

—Sé mejor que cualquiera quién es Valeria.

Ahora estaba demasiado preocupado por ella, así que ignorando directamente las seguidas preguntas de los periodistas él dio la vuelta empujando la silla a entrar en el ascensor especial, y ellos fueron detenidos afuera.

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