NADIE COMO TÚ romance Capítulo 172

¿Aitor?

«¿Qué ha hecho él, que puede hacer a Lola admirarlo tanto?», Valeria pensaba.

Lola seguía cayendo en su emoción.

—Ve a ver el video de que entrevistan a Aitor, que está disponible a ver en Internet. ¡Es genial! —ella no pudo contenerse poner el dedo pulgar arriba.

Valeria tomó su móvil, se dio cuenta de que excepto tres llamadas que le había hecho Vicente, Aitor también la había llamado ocho veces, empero antes no había prestado atención a su teléfono.

Aitor la había llamado con tanta ansiedad que ella sabía qué iba a decir sin siquiera preguntar. Ella lo agradecía mucho en el interior, sin embargo, no tenía idea sobre cómo enfrentarlo con su actual estado de ánimo, en el cual que colmaba el sentimiento culpable para Aitor debido a traerle la molestia, y se sentía singularmente dura.

Era un video sobre Aitor entrevistado por los periodistas, filmado especialmente para lo referente a los rumores de Valeria que se difundían en Internet. La escena llenaba de ruidos y caos.

Vio en el video que Jacobo estaba manteniendo el orden y Aitor fue bloqueado por un grupo de periodistas, quien persistían con terquedad en seguirlo para hacer preguntas de su opinión con respecto a las noticias de ella, lo que mostraba un jaleo tremendo.

Y en medio de tantos alborotos, Aitor se sentaba en la silla de rueda, tan tranquilo como una escultura pulida en hielo, quien, entre los ruidos a pesar de mantener el silencio, todavía podía sentirse su aura potente mediante la pantalla.

Alrededor de él finalmente rompió difícilmente de la multitud un periodista, se le acercó y gritó:

—Presidente Aitor, ¡opina algo por favor!

Solo hasta este momento Aitor giró levemente la cabeza, cuya vista cayó en aquella persona.

¡En las imágenes sacudidas, la manera de que la miraba era espeluznante!

Naturalmente, Valeria podía sentir que él estaba enojado, y extremadamente enojado.

Aunque no gritaba ni tenía un cambio aparente de expresión en su cara, con solo una mirada, hizo que todos los periodistas en torno a él se quedaron callados como si el agua fría les tirara la cabeza.

Se solo veía en el silencio muerto que Aitor abrió la boca lentamente.

—Cómo se porta Valeria, lo sé mejor que cualquiera.

Una frase tan sencilla que parecía no expresar nada, mientras tanto, parecía pesar miles de kilo, ¡hacía a todos presentes contener la respiración!

Más que eso, tan siquiera Valeria y los demás quien lo miraban todo a través de la pantalla, podían percibir el poder de lo que dijo Aitor.

Él creía en ella, aunque todo el mundo la maldecía, se fiaba en ella.

Ella sentía una emoción repentina que la hizo querer llorar.

¿Cómo podría obtener su confianza?

Toda la humillación, tristeza e ira que había sufrido hoy se evaporó en el momento cuando Aitor decía.

Valeria en este instante sentía que su corazón cargaba totalmente de luces y fuerzas. Con Aitor a su lado, ¡ninguna tempestad podría formar amenazas!

Percibía demasiado calor en su corazón para no apesadumbrarse mucho.

Entre numerosos chismes en la oficina, se terminó el trabajo hoy. Valeria arregló sencillamente sus cosas y salió de la revista.

No quería hacer frente a los comentarios insignificantes de aquella gente. Algunas cosas no se podían explicar bien con solo unas palabras, así que simplemente los dejó a un lado sin dilucidar.

El inocente era inocente, aunque no dijera nada en su propia defensa.

Mientras acababa de irse por la entrada, ella vio el negro Bentley de Aitor detenerse en la bocacalle.

Fue aquí para recogerla a casa.

¿Tenía el miedo de que la reconocieran en el metro concurrido, entonces la recogía especialmente?

Valeria parada en situ con muchos sentimientos, todavía no pensaba bien con qué expresión lo encaraba.

Hasta que Aitor bajó la ventana y le dijo con voz ronca:

—¿No subes?

Ella le dio una sonrisa y subió al coche.

Apenas entró, él dijo:

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