NADIE COMO TÚ romance Capítulo 33

El anciano tenía la espalda recta, aunque era muy mayor y tenía la cara llena de arrugas y los ojos aguileños, tenía una actitud majestuosa.

Era un anciano que llamaba mucho la atención, por eso Valeria le reconoció con solo una mirada, porque le había visto muchas veces en las noticias y revistas.

El señor era Julián Cabrera, el señor de la familia Cabrera, que era la familia más poderosa de la Ciudad S.

Valeria no podía creer lo que había visto.

¿El abuelo de Aitor era el señor Julián? ¿Entonces Aitor era ese misterioso nieto pequeño de Julián?

La familia Cabrera era la familia más poderosa de la Ciudad S, cuya historia era muy interesada por la gente. El señor Julián solo tenía un hijo, pero su hijo y su nuera murieron cuando eran muy jóvenes, y solo quedaban sus dos hijos vivos.

Los nietos del señor Julián tenían mucha diferencia de edad, el mayor tenía casi cuarenta años, con un hijo que era Vicente Cabrera.

Y el otro nieto del señor Julián era más pequeño, no tenía ni treinta años, pero sufrió un accidente hace diez años. A partir de entonces se quedó muy débil y enfermo, y se fue al extranjero, siempre había sido muy misterioso y poca gente sabía de su historia.

Entonces, ¿Aitor era el otro nieto de Julián?

Valeria tenía la cara pálida y estaba temblando.

Aunque sabía el apellido de Aitor, nunca había pensado que él era de la familia Cabrera. Ya que todo el mundo sabía que Aitor había empezado su negocio desde cero. Le era a Valeria completamente inesperado que Aitor fuera de una familia tan poderosa.

¿Entonces Aitor era el tío de Vicente?

Valeria no esperaba que su vida fuera tan dramática.

¿Su primer amor se convertiría en su cuñado y ella era su tía?

—¿Valeria? —Aitor la llamó con una voz baja y bonita.

Aitor se acercó mirando su pálida cara.

—¿Estás bien?

—Yo —Valeria se dio cuenta de que no podía decir ninguna palabra—, es que Aitor, de repente me duele mucho la cabeza, me estoy mareando y quiero volver.

Aitor se enfadó un poco, pero pronto habló.

—Ya que hemos venido, vamos a comer primero, mi hermano y mi sobrino están llegando.

«¿Su sobrino está llegando?»

La cara de Valeria se quedó completamente pálida por esta frase.

—No, enserio, me encuentro fatal —ella dijo asustada, dio unos pasos hacia atrás—. Señor Julián, lo siento mucho, me encuentro mal de repente, la próxima vez le visito de nuevo y me disculpo con usted.

Sin atreverse a mirar a Aitor ni a Julián, se fue corriendo cuando terminó de hablar.

Cuando se fue Valeria, Julián se rio fríamente.

—Tanto que has estado eligiendo, ¿y acabas encontrando a una mujer así tan maleducada?

Aitor miró a Julián fríamente.

—Si no me hubiera metido tanta prisa, tampoco la habría buscado.

—¡Tú!

Julián se enojó por sus palabras.

Siempre había querido más a su nieto pequeño. Pero después de ese accidente, Aitor se cambió por completo, ¡hasta su abuelo no sabía qué hacer con él!

Aitor no le hizo caso a Julián, movió su silla de ruedas con la intención de irse.

—¡A dónde vas!

—Ya no quiero comer —Aitor movió su silla de ruedas—. Abuelo quédese a comer con Diego y Vicente.

Cuando volvió al chalet, Aitor se enteró de que Valeria se encerró a sí misma en la habitación y no quería salir.

Aitor estaba un poco enfadado.

Llegó a la habitación, abrió la puerta, vio a Valeria tumbada en la cama con ese vestido rojo, quien parecía que perdió su alma.

Al verla así, Aitor se enfadó aún más.

Aitor pensaba que estaba muy enfadado, pero esa frase de Valeria, ¡aumentó su ira al máximo!

¡Mierda!

Ya pasaron diez años.

Él pensaba que su corazón se había muerto, pero no esperaba que ella le pudiera afectar tantas veces.

Cuando descubrió que Vicente era su primer amor, era su jefe y se fueron a un viaje de negocios solos, se hizo un desastre en su cabeza y se fue a la Ciudad Q casi sin pensarlo.

Y cuando vio a ese hombre que la estaba acosando, ¡estaba tan furioso que quería matar a ese viejo directamente!

Casi se le había olvidado de cuánto tiempo hacía que no había tenido este tipo de sentimientos fuertes.

¡Pero hoy esta mujer le estaba tocando el límite otra vez!

Vale que había salido con su sobrino, ¿pero se estaba declarando delante de él?

«¡Qué es él para ella!»

—Sí, yo no entiendo nada —Aitor estaba tan furioso que se rio, se levantó desde la silla de ruedas, cogió la muñeca de Valeria y la tiró hacia la cama—. ¡Pero sé que eres mi mujer!

En el momento que Valeria vio a Aitor ponerse de pie, se quedó atónita por el susto.

—Tú —ella gritó—, ¿tus piernas?

Ella quería levantarse, pero Aitor era más rápido, se puso encima de ella, y le bloqueó las manos. En un instante, Valeria se quedó en sus brazos.

—Valeria —Aitor la llamó en voz baja y muy fría—. Me he dado cuenta de que ya nos hemos casado hace un mes, pero aún no hemos tenido relaciones íntimas.

Lo que dijo Aitor le asustó mucho y a Valeria ya no le importaban sus piernas y empezó a gritar con mucho miedo,

—¡Qué quieres hacer!

Su vestido rojo se despedazó en un momento antes de que terminara su interrogación.

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