NADIE COMO TÚ romance Capítulo 34

En un instante, Aitor apostó, cuyo cuerpo estaba pegando con el de Valeria. El aroma del hombre la rodeó.

—¡¡Aitor!!

Valeria estaba tan asustada que quería gritar, pero Aitor le tapó la boca con la suya.

El beso fue poco agresivo, Aitor quería tenerla y la quería castigar mientras que Valeria no podía evitarlo.

«¡No!»

Ella sentía que estaba pasando otra vez lo de hacía dos años, de pronto, su cuerpo tembló de miedo y le brotaron las lágrimas.

Aitor se dio cuenta de que ella estaba temblando, levantó la cabeza y en el momento que vio sus lágrimas, paró todo.

Él se detuvo, se apoyó con las manos en los lados de Valeria, y habló con una voz grave:

—Valeria, ¿me tienes miedo?

Valeria se abrazó los hombros, temblaba sin decir nada.

En ese momento, Aitor se sintió como si le hubiera caído un tubo de agua fría encima, y todas las ganas desaparecieron.

Él soltó a la mujer que estaba temblando, miró su pálida cara y las lágrimas, le empezó a doler el corazón.

«¡Mierda, qué ha estado haciendo!»

—Valeria.

Él habló de nuevo, con una voz más suave, la quería ayudar a levantarse, pero cuando se acercó, ella huyó como si hubiera recibido una descarga eléctrica.

Su huida al instante le hizo sentir más molesto a Aitor.

—Descansa pronto.

No sabía qué le podía hacer, por eso dijo esta frase y se fue de la habitación.

Después de que se fuera Aitor, Valeria se quedó tumbada en la cama por mucho tiempo y se sentó.

Dos años ya.

Ella pensaba que ya había salido de ese incidente, pero cuando se acercó un hombre, seguía acordándose de esa pesadilla.

Aitor no volvió a la habitación toda la noche.

A la mañana del día siguiente, Valeria tardó mucho en bajar, pensando en cómo enfrentar a Aitor, pero cuando llegó al comedor, le dijo Estela que Aitor se había ido a un viaje de negocios a medianoche.

Valeria se quedó pensando por un segundo.

Parecía que Aitor tampoco sabía cómo enfrentarla.

Valeria no sabía qué actitud tenía Aitor por lo de ayer.

Por supuesto ella no iba a tener la ilusión de que Aitor estaba enamorado de ella, desde su punto de vista, lo que había hecho ayer fue solo una forma de declarar que ella era su mujer.

Debido a su relación con Vicente, Aitor se enfadó, y quería demostrar que ella le pertenecía.

Pero las piernas de Aitor…

Valeria suspiró sin pensar más, terminó su desayuno silenciosamente y se fue a trabajar.

Cuando llegó a la empresa, Valeria vio que todo el mundo estaba como locos en la revista, ella preguntó a una persona y se enteró de que la revista de la Ciudad Q, con la que quería cooperar, había cerrado, entonces el trabajo que había preparado durante medio año fue en vano.

¿La revista de la Ciudad Q?

¿No era la de Camilo López?

Valeria buscó por internet y se sorprendió.

La revista era muy grande, porque había alguien poderoso que la estaba ayudando, pero en pocos días había sido denunciada por miles de personas. Sobre todo, Camilo, el que la había acosado, incluso había sido condenado por informes falsos y difamaciones, se había quedado en quiebra.

Valeria se quedó quieta pero no se dio la vuelta y preguntó fríamente,

—¿Qué pasa?

—¿No tienes algo que explicarme?

La voz de Vicente era un poco más fuerte, se puso de pie y se acercó a Valeria.

—¿Explicar el qué?

—Muchas cosas, por ejemplo, ¿por qué te fuiste de la Ciudad Q sin decirme nada? —la voz de Vicente sonó desde su espalda, que era muy fría—. O también, ¿explicar qué relación tienes con mi tío?

El cuerpo de Valeria tembló inevitablemente, se dio la vuelta y vio la indiferente cara de Vicente.

—¿Cómo lo sabes?

La voz de Valeria estaba temblando.

«¿Vicente sabes que ella está casada con Aitor? ¿Aitor le dijo algo?»

Valeria se quedó aturdida.

Aunque la relación entre ella y Aitor era un simple matrimonio, aún no sabía cómo enfrentarse a Vicente.

Después de todo Aitor era su tío mientras que ella fue su primer amor.

—¿Quieres preguntarme cómo me he enterado de tus relaciones? —Vicente de repente se rio fríamente, se acercó más a Valeria—. Cómo lo sé, no importa, lo importante es si estás claro de que tú estás casada y mi tío también.

Antes Valeria estaba nerviosa, pero cuando escuchó lo que dijo Vicente, se quedó perpleja y le miró ferozmente.

«¿Qué quieres decir Vicente?»

—¡Valeria habla! —enojado por completo por el silencio de Valeria, Vicente le agarró de los hombros y empezó a balancear gritando— ¡Valeria! ¡Por qué te has vuelto así! Ya vale que seas infiel con tu marido, ¡pero por qué le destruyes el matrimonio a mi tío! ¿Dónde está la Valeria que conocía antes?

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